En Estados Unidos hay duelos que son especialmente polarizantes, como Ford Mustang contra Chevrolet Camaro, republicanos contra demócratas, Burger King contra McDonald’s o Harley-Davidson contra Indian. Estos dos fabricantes centenarios representan una ideología muy particular en el diseño de motos custom, baggers y touring, sobre todo con cilindradas gordas.
Como el pulso entre la administración Trump y la Unión Europea a cuento de los aranceles al acero y aluminio ha quedado relajado durante unos meses -al haber concedido EEUU una exención aduanera temporal a la UE- no se van a añadir problemas a la gestión de estos dos fabricantes icónicos. De todas formas, para el que no lo sepa, no es una competición en igualdad de condiciones, ya que Indian llegó a desaparecer como rival, y durante décadas.
Actualmente Indian está comiéndole el terreno a Harley-Davidson, creciendo en ventas mientras su rival no lo hace, y con un mercado que no despega desde el impacto de la crisis de Lehman Brothers en 2008. Es más, este siglo presenta varios retos para el mercado de las dos ruedas: está cambiando la tecnología, la mentalidad de los jinetes, la forma de movernos, y se cuestiona el dogma de que las motos solo pueden moverse con gasolina. Pero antes de mirar al futuro, echemos un vistazo al pasado.
Breve repaso a la historia de Indian
Indian Motorcycle fue fundada en 1901, dos años antes que Harley-Davidson. En la primera mitad del Siglo XX compartieron éxitos vendiendo motos a particulares, cuerpos policiales y el ejército del Tío Sam y aliados durante las dos guerras mundiales, además de competir en el sentido deportivo del término. Sin embargo, Indian no se recuperó de la posguerra y en 1953 echó el cierre tras declararse en bancarrota.
Varios empresarios han intentado reflotar Indian en diversas ocasiones, pero careciendo de músculo industrial o financiero como para hacer un resultado decente. Indian como marca se ha estado dando golpes con las paredes hasta los inicios del presente siglo. El último gran fracaso fue el de Indian Motorcycle Company of America, que duró de 1999 a 2003.
Pasaron tres años, y un fondo de inversión con sede en Londres metió pasta y se fundó Indian Motorcycle Company el 20 de julio de 2016. Comenzando con una producción artesanal de motocicletas, acabó captando el interés de Polaris, fabricante conocido por vehículos todoterreno (ATV, motos de nieve…) y militares, adquiriendo la marca del indio en 2011. Todo cambió a partir de entonces.
Polaris toma el mando y revierte la situación de Indian
De hecho, Polaris contaba con una marca de motocicletas con la que intentó competir con Harley-Davidson, Victory. Fundada en 1998, no consiguió ni el volumen ni los ingresos suficientes para ser rentable. Polaris sorprendió a propios y extraños cuando a principios de 2017 anunció el cese de su marca y centrar sus esfuerzos en la prometedora Indian. La aventura de Victory proporcionó valiosas lecciones, especialmente sobre aquello que no ha de repetirse.
Con la fuerza industrial necesaria, Polaris va convirtiendo poco a poco Indian en un fabricante que puede quitarle terreno a la todopoderosa Harley-Davidson, que todavía vende más motocicletas que todos sus rivales juntos en la categoría de gran cilindrada en Estados Unidos, a pesar de su crisis demográfica. De hecho, este año el fabricante ha tenido que cerrar una de sus fábricas por volúmenes decrecientes, y el pronóstico es que las ventas sigan cayendo.
Harley-Davidson se enfrenta a un problema base de clientela: no para de envejecer, los moteros nacidos en la posguerra se van haciendo mayores y dejan de comprar motos o de montar en ellas, y la tradición no se ha pasado a las nuevas generaciones. Los millenials, que han alcanzado la mayoría de edad a partir del 2000, perciben las Harley como motos caras y poco atractivas para su mentalidad.
Año | 2015 | 2016 | 2017 |
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Norteamérica | 177.909 | 171.861 | 158.053 |
EMEA (Europa + Oriente Medio + África) | 43.287 | 45.838 | 44.935 |
Asia | 32.258 | 32.889 | 30.348 |
Latinoamérica | 11.173 | 9.701 | 9.452 |
Total unidades | 264.627 | 260.289 | 242.788 |
Ventas mundiales de Harley-Davidson (2015-2017)
El año pasado sonaron las alarmas en el cuartel general de Harley-Davidson en Milwaukee y se anuncia un ambicioso plan con 10 años de horizonte. Para aumentar su base de clientes, pretenden formar a dos millones de jinetes en sus Riding Academies, tanto a ellos como a sus madres. Sí, el segmento femenino cobra importancia en Harley-Davidson a pesar de los clichés sexistas. Objetivo: un 50% más de ventas en un decenio.
No solo eso, aparecerán 100 modelos de Harley-Davidson hasta 2027, como algunas Sportster que bajan su precio de la barrera psicológica de 12.000 dólares o 10.000 euros. Indian, que había sido un rival irrelevante durante décadas, recuperó el 10% de la cuota del mercado estadounidense a mediados del año pasado. En 2016 tenía… la tercera parte de esa cuota, según la consultora Baird.
Indian lanzó al mercado ocho modelos el año pasado
Y no ha de extrañarnos eso, ya que Indian Motorcycle tiene auténtico sabor americano, algo que no pueden aportar competidoras como las japonesas Kawasaki Vulcan o Suzuki Boulevard; siempre serán copias del concepto original americano. Además de ser Made in America, las Indian tienen elementos de diseño moderno bajo una receta estilística retro que gusta a los motoristas con mayor poder adquisitivo.
¿Cuántas motos vende Indian ahora mismo? No lo sabemos, ni lo indica ni el informe anual de ventas, ni el departamento de comunicación facilita esa información. Lo que sí sabemos es que el negocio de motocicletas representó para Polaris (como grupo) 576,068 millones de dólares, algo más del 10% de sus ventas. ¿Y Harley-Davidson? Su negocio es casi 10 veces más grande, pero no hay que confundir ingresos con beneficios, ojo.
Si Indian es capaz de conectar con las nuevas generaciones, especialmente con modelos más económicos, será como tirarle un torpedo a la línea de flotación a Harley-Davidson. Un ejemplo, las Indian Scout Bobber edición limitada Jack Daniel’s empezaron a poderse reservar a las 17:00 (hora peninsular) del 13 de marzo, solo había 177 unidades disponibles para todo el mundo.
Fueron todas adjudicadas en menos de 10 minutos, el mismo tiempo en el que volaron las 100 unidades de las Chieftain edición limitada Jack Daniel’s de la misma alcohólica colaboración el año pasado. Indian desde luego despierta interés con su renovado catálogo de motos, y las ediciones especiales tienen un atractivo creciente, eso dicen los datos.
A corto plazo los analistas coinciden en que Indian está lejos de tocar la rocosa posición de mercado de Harley-Davidson, especialmente en el mercado estadounidense, el más importante para ambas marcas. Eso sí, a medio plazo Indian puede hacer mucho daño a su eterno rival, y a largo plazo las apuestas están abiertas. Una salida puede estar en crecer hacia abajo: menor cilindrada, menor precio, mayor clientela (y más joven).
De momento, los dos fabricantes son rentables
Ni uno ni otro puede vivir eternamente de las rentas de su pasado, y sus competidores europeos y asiáticos están aceptando las tesis del Siglo XXI a una mayor velocidad. Es más, la industria del motor americana tiene un interesante precedente de cómo un dinosaurio invencible puede hundirse: General Motors. Fue primer fabricante mundial de automóviles desde el crac del 29 hasta la actual crisis económica, adelantado por una marca japonesa que empezó haciendo telares (Toyota) tras declararse en suspensión de pagos y pedir un rescate a EEUU y Canadá. Después fue superada por una alemana que empezó haciendo utilitarios (Volkswagen).
Más tarde fue planchada por una unión de pequeños fabricantes, aglutinados bajo la batuta de Carlos Ghosn (Renault Nissan Mitsubishi). Ahora GM está en el cuarto puesto mundial y su protagonismo mundial va a la baja, siendo ahora relevante en EEUU y China, pero muy poco fuera. Si Harley-Davidson e Indian saben jugar sus cartas, recuperan el control del mercado americano, y son capaces de seguir enamorando a los asiáticos y europeos con pasta, seguirán su leyenda aunque ya no se asocie a enormes motores V2, motos caras, cromados a saco y atronadores escapes.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.El título del artículo es un chiste
Frag, muy buenas. Si el título es un chiste, todo el artículo también lo es, ¿no? ¿Dónde ves el chiste?