La moto de hoy es una de esas máquinas inolvidables que marcaron un hito. La Suzuki GSX-1300R Hayabusa es mundialmente conocida porque fue la moto de producción más rápida de la Historia cuando se presentó y aun mas sorprendente es que esa corona le duró más de tres lustros, hasta que la Kawasaki Ninja H2R vio la luz en 2016, la cual superó los 400 km/h.
La Suzuki GSX-1300R es toda una veterana del mercado. Se presentó en 1999 y aguantó prácticamente inalterada hasta 2008. En ese año sufrió un restyling importante que actualizó todas las facetas de la moto. Se renovó el carenado y la instrumentación. El propulsor también fue revisado en numerosos aspectos y se le incorporó un sistema que permitía limitar la potencia de la moto en tres escalones. Por último también se mejoró la parte ciclo incorporando pinzas de freno radiales entre otras novedades.
Hablar de la Suzuki GSX-1300R Hayabusa implica habar de sus estratosfericos números. El motor es un tetracilíndrico de 1.300 cm3 que da 173 CV y acelera de 0 a 100 Km/h en 3,1 segundos. La velocidad punta alcanza los 318 km/h en las primeras versiones, aunque al entrar el nuevo milenio, se limitó a 300 km/h, fruto de un pacto entre los fabricantes japoneses para no empezar una guerra de velocidad sin sentido. Lo mejor del propulsor, sin duda, es su usabilidad en todo el rango de revoluciones. Es un motor muy lineal con una curva de par plana, sin picos ni sobre saltos como suele ser habitual en los tetra.
Si ayer os hablábamos de la BMW NineT Racer y que en ella todo se había puesto al servicio de la estética, en la Suzuki GSX-1300R todas las decisiones de diseño se orientaron a conseguir la moto más rápida del mercado. Es por ello que resulta difícil encasillar a la Hayabusa en un segmento concreto.
La Suzuki GSX-1300R es una moto muy larga y bastante pesada (267 Kg), dos características muy interesantes para lograr estabilidad a alta velocidad, aunque sacrificando agilidad en virajes y tramos sinuosos. Por otra parte es una moto baja y sus formas son limpias, redondeadas y fluidas, con un carenado que envuelve prácticamente toda la motocicleta, pensando siempre en obtener la mejor penetración aerodinámica posible. La posición de conducción es muy inclinada sobre el manillar, para que el piloto forme parte del conjunto y no arruine todo el trabajo en el túnel de viento.
Puestos a etiquetar, la GSX-1300R es una Sport Turismo. El problema es que resulta un poco incómoda para viajar por culpa de la postura radical. A parte de eso, es una moto mucho más civilizada de lo que pueda parecer a primera vista. A diferencia de otras motos con potencias de escándalo, la Hayabusa es amable, progresiva y muy dosificable. No te pide ir siempre con el cuchillo entre los dientes. Si quieres, puedes conducirla como si fuese un diésel, cambiando a bajas vueltas, y en esas situaciones incluso te premiará con unos consumos nada exagerados de poco más de seis litros.
Hoy en día se pueden encontrar unidades de la primera serie -de 1999 a 2008- en buen estado de conservación por unos 4.000 euros. Si te dejan y te gusta ir rápido por autovía, es una candidata a tener en cuenta, sin lugar a dudas. Pocas motos con un motor tan bestia podrán comprarse por ese precio.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS