La familia Bandit no es que necesite demasiada presentación. Durante muchos años, sus motos se posicionaron en lo más alto del mundo naked: eran rápidas, cómodas, manejables y fiables. La Suzuki GSF 1200 Bandit podía ser tan válida para ir al trabajo todos los días como cualquier otra moto urbana, pero podía sacar su lado más deportivo la hora de asaltar las carreteras con pequeños ajustes.
Su parte de ciclo había ido directamente trasplantado de la GSX-R 1100, y era más barata que esta última a pesar de ser un modelo nuevo. Cuando se lanzó al mercado la Bandit 600 en 1995, lo hizo bajo una fórmula perfecta: era barata, casi la mitad de lo que costaba la Honda CBR 600 F coetánea; su atractivo aspecto llamaba la atención desde el primer momento, y el rendimiento y manejo era excepcional para aquellos conductores que no eran unos expertos.
Cuando la Suzuki GSF 1200 Bandit llegó, un año después, tenía todo lo anterior pero con más potencia. Los ingenieros de Hamamatsu emplearon en su creación piezas existentes de otros modelos en un chasis de cuna simple y aspecto clásico. Tanto la parte mecánica como el sistema de frenos, las ruedas o el sistema eléctrico provenían de los modelos GSX-R, GSX-F o RF. Al final, el conjunto resultaba pintón, ofreciendo además de un buen rendimiento un gran manejo.
La Suzuki GSF 1200 Bandit era más estable que la GSF 600, especialmente en la parte delantera, aunque con cierta lógica no llegaba al nivel de la GSX-R 750
Con la entrada del nuevo siglo, la Suzuki GSF 1200 Bandit recibió una serie de pequeñas mejoras que hicieron que la moto se sintiese aún más exuberante. La zaga fue rediseñada, la instrumentación pasó a ser electrónica, se montaron nuevos carburadores, filtro de combustible adicional, pinzas de freno Tokiko de seis pistones delante, depósito de combustible de 20 litros (antes 19), mejoras en el chasis y la geometría de giro, y nuevo modelo S carenado.
El motor de la Suzuki GSF 1200 Bandit es un bloque que ya en su día contaba con años a sus espaldas, pero que había demostrado ser realmente duro y potente durante los años 80. Con 1.157 cm3 de desplazamiento y asociado a una caja de cambios de cinco velocidades, era capaz de entregar 99 CV a 9.500 RPM y 84 Nm a 4.500 RPM. Con un peso en seco de 208 kilos (214 kg el modelo S), podía alcanzar una velocidad máxima de 257 km/h.
La calidad general de la Suzuki GSF 1200 Bandit era buena, pero no excelente. Aunque el motor se desgasta bien con el paso de los kilómetros, la suspensión y el sistema de frenado necesitan de una atención regular. Una suspensión y unos frenos que cumplen, pero que tampoco sorprenden, especialmente en las versiones anteriores al 2000. Afortunadamente, el sistema de escape se diseñó en acero inoxidable, a diferencia de la Kawasaki ZRX 1100.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.Genial reportaje. Aunque veo imposible que alcance 257km/h.
Su velocidad maxima real debe rondar los 220km/h, que ya está bien.
Yo tengo una marca 260 y de marcador las coje
Quizás a alguno le parezca exagerado, pero esta moto me parece uno de los modelos más infravalorados de la historia, me explico, tenemos una moto de concepción algo “antigua” pero más que probada, no mucha potencia pero gracias a su cilindrada un motor muy muy utilizable para rutear a ritmo tranquilo casi en monomarcha como para buscar las cosquillas, un mantenimiento y un precio de adquisición notablemente inferior a sus competidoras de gran cilindrada, quizás sin el glamour de algunas centroeuropeas pero que motaza a precio terrenal, en torno al 2012 liquidaron Bandit 1250S al menos en Madrid por 8.999€….Y… Leer más »