La Honda CB 250 JADE, también conocida como MC23, es una de esas locuras japonesas que se vendieron en su país natal en la década de los 90 con motores cuatro tiempos tetracilíndricos, capaces de escalar en el tacómetro a revoluciones propias de los motores dos tiempos y así conseguir el máximo rendimiento.
Esto se produjo debido a la rebaja fiscal que presentaban estas motos de pequeña cilindrada, sobre todo comparándolas con las de cilindradas superiores. Hecho que influyó en que muchos de estos modelos no llegasen a Europa, ya que aquí podían comercializarse modelos de mayor cilindrada con potencias similares que resultaban mucho más agradables en su uso -y presumiblemente más fiables-.
Si no nos fijamos en los detalles, seguramente os sea una moto familiar, y es que en foto es difícil distinguirla de las CB 500 o Seven Fifty con las que comparte un lenguaje de diseño -e incluso me atrevería a decir que algún componente- muy similar, pero que sin embargo comparte mucho más con la CB 250 Hornet que equipa el mismo propulsor.
El jade es una piedra ornamental que en la cultura oriental además es símbolo de pureza, y en cierto modo es lo que nos trasmiten los trazos de esta moto; una moto de aspecto clásico, de formas neutras y discretas, sin estridencias y que a pesar de ser lanzada en 1991 tiene una imagen que no ha envejecido mal con acabados de gran calidad.
El propulsor sin ninguna duda es lo que más brilla del conjunto. Un tetracilíndrico que se encuentra derivado de la Honda CBR 250 de la época -que tampoco se vendió en nuestro mercado- y que se adaptó para ser un poco menos puntiagudo -importante reseñar lo de poco-. Se realizaron cambios en la altura de las válvulas de admisión, que pasan de 5,9 a 5,2 mm, y escape de 5,4 a 5,0 mm, lo que junto con un nuevo ángulo de la mariposa del carburador repercuten en una respuesta más lineal y una mejoría de los bajos del motor.
Es un tetracilíndrico en línea con doble árbol de levas en cabeza y 16 válvulas. Cubica 249 cc gracias a un diámetro/carrera de 48,5×33,8 mm y se encuentra alimentado a través de carburadores VP21. Con todo esto el motor es capaz de conseguir una potencia de 40 CV a un régimen de giro de 14.000 RPM y un par de 24,4 Nm a 11.000 RPM. Además de todo esto, se encontraba asociado a una caja de cambios de seis relaciones con transmisión final por cadena.
El chasis es un doble cuna de acero, una solución tradicional para una moto de corte clásico, que aunque tenga un motor de carácter deportivo no fue pensada para un uso radical en el que se busque una conducción deportiva. En esta línea podemos encontrar el resto de parte ciclo, en la que se emplean elementos como una horquilla telescópica delantera convencional con barras de 40 mm sin posibilidad de ajustes y un amortiguador trasero ajustable únicamente en precarga.
Las llantas y neumáticos se suman a la tendencia mencionada, ya que se monta un neumático delantero estrecho 100/80 en llanta de 17 pulgadas, y un neumático trasero 140/70 también en llanta de 17 pulgadas, una solución que dota de suficiente agilidad a la moto sin mermar sus prestaciones con neumáticos de mayor medida.
Los frenos son más que suficientes para la potencia y peso de unos 170 kg del conjunto en orden de marcha, delante se recurre a un equipo formado por un disco de 296 mm, que es mordido por una pinza axial de dos pistones, y un disco trasero de 220 mm sobre el que actúa una pinza de un único pistón.
Las prestaciones de la moto, pese a su cilindrada y a una potencia que sobre el papel puede no parecer muy grande, son bastante interesantes. Consigue el 0-100 km/h por debajo de 5 segundos y es capaz de alcanzar velocidades superiores a 180 km/h, que son cifras que manejaban motos como las mencionadas CB o CBF 500, con las que se podría equiparar, pero con la mitad de cilindrada.
Son motos enfocadas a un uso todo terreno que se desenvuelven bien en ciudad y con las que poder desplazarte sin falta de potencia por carreteras secundarias o autovías a velocidades legales teniendo un extra de potencia si decides divertirte, pero sin ponerte en aprietos si no llevas muchos kilómetros recorridos en moto.
Sin lugar a dudas una moto exótica por su motor, naked clásica en su parte ciclo y que tiene que ser una sinfonía para nuestros oídos si alguna vez la escuchamos girar a altas revoluciones.
Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.COMENTARIOS