Si nos paramos a pensar en una sport turismo de principios de siglo en casi ninguna de nuestras cábalas encontraremos a nuestra protagonista de hoy, la Ducati ST4. Casi siempre tendremos como primeras opciones a la incombustible Honda VFR 800 o quizás a las Sprint de Triumph. Bien sea por desconocimiento, o simplemente porque lo del motor bicilíndrico no sea lo nuestro, el caso es que para muchos la ST4 no ha sido una opción a barajar.
Lo que también es cierto y constatable es que todo aquel que prueba la droga de las motos de Bolonia queda literalmente enganchado a ellas, y en este caso no iba a ser menos, ya que la más turística de la marca italiana a finales del siglo pasado y comienzos del nuevo estaba dotada de todo lo necesario para dar en el clavo.
Evidentemente, y como ya hemos mencionado, el funcionamiento de la ST4 fue a lo largo de toda su vida comercial, prácticamente una década (1996 a 2006), era con ese tacto tan típico de las motos de Borgo Panigale. Ese traqueteo tan característico así como la rudeza tan Ducati, sobretodo hasta finales de la primera década del siglo XXI.
Así que podemos decir que la ST4 tuvo dos etapas bien marcadas en su producción. Primeramente desde 1996 hasta el año 2003, y una segunda vida desde el 2004 hasta finales de 2006, donde los cambios más significativos fueron en la estética de la ST4, que se veía ya completamente desfasada frente a sus rivales, que en algunos casos habían cambiado hasta por tres veces el modelo, como es el caso de Honda y su sempiterna VFR.
Con un motor potente y una posición de conducción medianamente cómoda, la Ducati ST4 luchaba dentro de un segmento donde la Honda VFR era el modelo a batir
En cualquier caso, el motor siempre derivó de la más fuerte de la casa. Primeramente con el propulsor de 916 cc refrigerado por agua a 90 grados V-Twin, DOHC y sistema desmodrómico de cuatro válvulas por cilindro. Este pasaba de los 114 CV de la Ducati 916 en origen a 105 CV a 9.000 RPM con un par máximo de 89 Nm a 7.500 RPM, buscando suavizar la curva de potencia y su entrega. A ello ayudó en gran medida una nueva configuración electrónica y un sistema de escape doble, pero en este caso por abajo y no por la parte inferior del colín, como ocurría en la 916.
En cuanto a parte ciclo, y como buena Ducati que se precie, contaba con elementos de primera calidad tales como una horquilla invertida firmada por Showa de 43 mm y totalmente ajustable, así como un monoamortiguador progresivo Sachs en la parte posterior. Para la frenada se optó por un doble disco de 320 mm y pinza de cuator pistones delante y un solo disco de 245 mm en la parte de atrás mordido por una pinza de doble pistón todo ello anclado en unas llantas de tres palos fabricadas por Marchesini.
El chasis, y como también es característico en las motos de la marca italiana, era tubular de acero, siendo su basculante de doble brazo y fabricado en aluminio, con lo que el peso final llegaba hasta los 215 kilogramos, dejándola dentro de la media entre sus competidoras más directas.
En el año 2000 se incrementó la cilindrada hasta los 996 cc, llegando la potencia en este caso a alcanzar los 117 CV a 8.750 RPM y un par máximo de 98 Nm a 7.000 RPM, y se pasó a denominar el modelo como ST4s. Las especificaciones mecánicas seguían siendo las mismas en cuanto a configuración general, aunque bien es cierto que se revisaban elementos como la inyección o la suspensión trasera, que pasaba a ser equipada en este caso por un amortiguador Öhlins de nueva factura. En cuanto a la frenada, se mantenía inalterada con el mismo equipo firmado por Brembo, esta vez en unas llantas de nuevo diseño.
Tan solo tuvo una revisión mecánica y otra estética a lo largo de 10 años en el mercado, dejando constancia de la calidad del producto y sobre todo su eficiencia dentro del selecto y heterogéneo grupo de las sport turismo
Durante las temporadas 2001/02, la ST4s se mantuvo sin cambios algunos, y es en 2003 cuando la marca decide instalar el ABS de serie en una nueva versión y cambiar la nomenclatura del modelo, esta vez pasándose a llamar ST4s ABS de contar con dicho elemento de seguridad, ST4s a secas, de no llevarlo.
Para la temporada 2004 la estética de la ST4 no daba más de sí y los ingenieros de la marca decidieron darle un buen lavado de cara para intentar mantenerla vigente dentro del segmento de las sport turismo. A nivel mecánico y de componentes se confió en los mismos elementos dada la calidad de estos y de sobra para las pretensiones de la moto en sí.
Un nuevo carenado frontal dotaba a la ST4s de una mayor protección para su piloto, además de un nuevo faro, retrovisores e intermitentes con una imagen más acorde al momento. También se le dotó de un asiento de nueva factura con un mejor mullido, algo de lo que siempre se habían quejado los clientes por la dureza de este en versiones anteriores. El cuadro de instrumentos era otro de los puntos en el que hubo cambios, heredado de la versátil Ducati Multistrada.
Con una velocidad punta de 255 km/h, la nueva versión de la sport turismo transalpina se ponía en cabeza en cuanto a prestaciones se refiere, batiendo en conducción deportiva a sus rivales más directas como la nueva Honda VFR 800 VTEC o la Triumph Sprint ST. Entre los opcionales disponibles contábamos con un kit de escapes en carbono o un juego de maletas en el mismo color de la carrocería para los más ruteros.
En el año 2006, y tras 10 temporadas en el mercado, la marca decidió dar por finiquitado el modelo sobre todo por las nuevas restricciones ambientales de Euro 3, que la ponían en una difícil situación y requería de un nuevo remozado mecánico para poder superarlas. Ya que las ventas no eran todo lo buenas que la marca hubiese querido, y sobre todo por la cercanía del modelo de la casa, la Ducati ST3, en cuanto a prestaciones se refiere, Ducati no prosiguió con su ST4s.
En el mercado actual de segunda mano encontramos unidades que van desde los 2.000 euros hasta cifras que se acercan a los 6.000 euros, todo ello dependiendo del año, extras y estado, evidentemente. Así que si lo tuyo es una moto con la que poder viajar medianamente cómodo y además darte una alegría a modo de tramo de curvas de vez en cuando, posiblemente esta italiana sea lo que andabas buscando.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.Otra de esas motos que me tocan la “fibra”, la VFR sería la referencia por aquel entonces, pero me quedaría antes con esta italiana o su compatriota, más exótica todavía, la RST 1000 Futura. La Sprint ST de la que se habló hace poco por aquí también me atrae bastante entre coetáneas, claro que tengo una Aprilia y una Benelli en el garaje, ya podéis imaginar cuales son mis gustos.
Hay unidades de la ST2 a precio de “saldo”, sabiendo lo que se compra es una tentación…
Tu garaje soñado es más grande que el del Sultán de Brunei
Jajaja, en casa casi no me hablan, aparecí recientemente con la Benelli y…