Una de las mejores y más rápidas historias de éxito en el motociclismo es la de Honda. Y no sólo por haber llegado a ser la empresa dominante en el mercado mundial, sino especialmente por lo rápido que consiguió situarse en lo más alto de la competición desde unos inicios muy humildes. Al fin y al cabo, mientras a comienzos de los años cincuenta sus ingenios para motorizar bicicletas aún eran su producto estrella, tan sólo una década después sus monturas de carreras estaban barriendo en los circuitos europeos a las marcas locales. Una explosión tecnológica de primer orden, liderada por el carácter de su fundador – Sochiro Honda – pero también por ingenieros como Kiyotaka Kawashima. El artífice de la Honda RC160 250 de 1959.
No obstante, lo mejor será irnos unos años atrás. Concretamente hasta 1954, cuando el director de la compañía dirigió una carta abierta a sus empleados manifestando su propósito de ganar en el TT de la Isla de Man. Pero, ¿por qué? ¿Qué interés práctico motivaba a este proyecto cuando en realidad Honda estaba plenamente centrada en ser la marca más vendida en Japón gracias a sus prácticos y baratos ciclomotores? Pues ni más ni menos que el crecimiento. Y es que, aún faltando tiempo para la llegada masiva de las monturas niponas al mercado occidental, en Honda ya intuían que su futuro pasaba por competir de tú a tú con las históricas marcas europeas en sus propios países.
De esta forma, en 1959 Honda se estrenó en lo más alto de las carreras internacionales enviando a la Isla de Man una escuadra equipada con la RC142 de 125 cm3. El desembarco de la marca en las competiciones europeas, francamente minusvalorado por unas marcas que poco después pasarían a bailar el paso marcado por todo lo venido desde Japón. Además, Honda sabía que si quería entrar con fuerza en el mercado británico no sólo valía con dar un golpe de efecto en las cilindradas menores. Debía picar alto y fabricar motocicletas multicilíndricas con las que conquistar, al menos, la categoría del cuarto de litro. Ahí aparece la Honda RC160 de 1959.
Tras desembarcar en el TT de la Isla de Man en 1959, Honda sabía que tenía que ir a por todas también en cilindradas superiores si quería labrarse la buena fama en carreras que ayudó a su éxito masivo comercial en los sesenta llegando a desplazar a las marcas tradicionales del lugar
Honda RC160, la venganza del patito feo
Cuando en 1959 Honda se estrenó con la RC142 los problemas con la falta de rigidez en el cuadro y la escasa calidad de los frenos mermaron sus resultados. Sin embargo, para el año siguiente acudieron con los deberes hechos acercándose peligrosamente a los primeros puestos. Tanto así que, al fin, en 1961 Honda se hacía con el primer puesto en la categoría de los 125 cm3 en la Isla de Man. Y además ganaba el mundial con Tom Phillis a los mandos rompiendo el sempiterno dominio de MV Agusta y Mondial.
Y no, todo aquello no fue una simple casualidad. Lejos de ello volvieron a ganar doce veces más el mundial en aquella categoría, y además penetraron con igual éxito en la del cuatro de litro. Un hecho totalmente inesperado para muchos fabricantes europeos, quienes se habían cebado abiertamente con la Honda RC160 desde que vieron las primeras fotografías que de ella llegaron desde Japón. Y es que Honda preparó con método su estreno en el cuarto de litro internacional. Por ello, las primeras pruebas se efectuaron con calma en 1959, esperando hasta el año siguiente para traer el modelo a competir en Europa.
Respecto al motor, la Honda RC160 montó un cuatro cilindros en línea que daba un aspecto excesivamente alargado a la moto cuando ésta se podía ver sin el carenado aerodinámico. Derivado del biclíndrico de la RC142 con 125 cm3, aquí la cilindrada llegaba hasta el cuatro de litro inclinándose unos 30º para mejorar su ventilación rindiendo 35 CV a 14.000 revoluciones por minuto en su primera evolución aún sin haber salido de Japón. De hecho, para el estreno en Europa ya estaba entregando 40 CV y 50 CV en la variante de 1962 con dos válvulas en cabeza por cilindro.
Cuando los fabricantes europeos vieron las primeras fotografías llegadas desde Japón en 1959 pensaron que no sería un rival en absoluto preocupante. Poco después esta tetracilíndrica estaba ganando tres títulos de pilotos y otros tres de constructores inaugurando una época de dominio japonés en la que aún estamos después de casi sesenta años
Para el chasis se optó por uno en el que el motor iba totalmente suspendido, incorporando a la estructura un doble amortiguador trasero y una horquilla telescópica en el eje delantero. Así las cosas, la temporada de 1960 fue más de pruebas y aclimatación que otra cosa. Sin embargo, para la siguiente el papel de la Honda RC160 fue realmente avasallador. De las 11 carreras de la temporada en el cuarto de litro ganó diez, por lo que evidentemente se hizo con el título de constructores llevando además a Mike Hailwood a ganar el de pilotos. Todo ello con algunas vueltas rodadas a medias de casi 190 kilómetros por hora en circuitos como el de Hockenheim. ¿Se puede pedir un resultado más brillante en su segundo año compitiendo a nivel internacional? De esta manera Honda entró en el campeonato del mundo de una forma terriblemente inesperada para las marcas tradicionales europeas, abriendo una etapa en el motociclismo deportivo de la que, en realidad, aún no hemos salido pues sigue estando dominado por fabricantes nipones. Además, como dato resumen diremos que en los años en los que las diferentes evoluciones de la Honda RC160 estuvieron en activo ésta ganó 3 títulos de marcas y pilotos en 250 cm3. Sencillamente espectacular.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS