Fundado por Masashuiko Waiku en 2001, Bull Dock es uno de los talleres más activos en un país repleto de empresas de este tipo. Estamos hablando de Japón, el hogar del anime, el sushi y de alguna de las motocicletas personalizadas más geniales que jamás hayamos visto. Bull Dock se dedica a la fabricación de piezas, al mantenimiento de distintos vehículos y como parte más destacada a la restauración y personalización de motocicletas.

Cada producto que sale de este taller lleva la denominación GT-M (Genuine Tunning Machine). El ejemplar que te mostramos hoy fue desarrollado por los expertos de Waiku-San en colaboración con Nitron, la marca de suspensiones con sede en Reino Unido. La división japonesa de los británicos encargó esta unidad con la intención de exhibir y publicitar sus productos. ¡Y vaya si lo consiguieron!

A más de uno nos puede asustar la idea de transformar una icónica Kawasaki Z1-R, algo que no tiene vuelta atrás, aunque hay que reconocer que el resultado ha sido espectacular. Los chicos de Bull Dock cogieron una Kawa de 1978 y la transformaron en algo más actual, tanto desde el punto de vista mecánico como estético.

Después de desmontar la motocicleta por completo se comenzó el trabajo de esta GT-M por el chasis. Se incluyeron varios refuerzos en el esqueleto de la Z1 y se remodeló el subchasis. El basculante original se eliminó por completo y se colocó uno cuadrado de aluminio 15 mm más largo que el original. También es mucho más ancho, lo que permitió engordar considerablemente la rueda trasera. Llegados a este punto entró en juego Nitron con toda su artillería. En la parte delantera, ahora encontramos una horquilla de 43 mm con componentes internos de alta calidad, mientras que en la trasera se han colocado dos amortiguadores NTR R3, que cuentan con regulación manual y depósitos externos.

Se instalaron llantas Lavorante de 17 pulgadas de fibra de carbono que se calzaron con neumáticos Bridgestone. Para la frenada se fue a lo seguro, discos y pinzas de primer nivel Brembo.

El motor de cuatro cilindros en línea de la Z1-R se revisó concienzudamente. Se reemplazaron pistones y levas por otras de alto rendimiento. Se agregaron nuevas válvulas y resortes de titanio junto con un nuevo juego de carburadores Mikuni TMR.

El impresionante escape cuatro en uno está fabricado también en titanio y ayuda considerablemente a alcanzar los 150 CV que rinde esta unidad. Toda esta potencia se transmite a la rueda trasera con una caja de cambios rápida de seis velocidades, lo que supone una mejora significativa respecto a la vieja caja de serie de cinco velocidades. Otras mejoras en la transmisión vinieron por el cambio de embrague y la sustitución de los piñones por otros de mayor calidad.

En cuanto a su estética, realmente sorprende que el conjunto no se aleja demasiado del original. Se creó un nuevo depósito de combustible en aluminio muy parecido al de serie. A continuación, se colocó el panel del asiento y cubiertas laterales, hecho con un polímero reforzado con fibra en una sola pieza. El sillín se hizo a medida y se incluyeron unos elegantes complementos en fibra de vidrio tanto por la parte delantera como por la trasera.

Guardabarros, carenado delantero, carcasas de los retrovisores y el panel de instrumentos también son de fibra de carbono. En cuanto a la instrumentación propiamente dicha, consta de un indicador de combustible y un tacómetro ST200 Clubman del fabricante Stack. Las palancas de freno y embrague son de Galespeed.

El color de los muelles de los amortiguadores de Nitron se trasladó al resto de la carrocería. El cian rematado con reflejos blancos le sienta de maravilla. También se puede ver este color en los discos de frenos y logotipos de Bembo de las pinzas delanteras. Se incluyen unos pequeños detalles en rojo y alguno en oro para terminar de rematar el conjunto.