Cuando se piensa en motos trail, casi nunca piensas en que van asociadas a un carnet A2, porque automáticamente lo relacionas con limitaciones, motores capados y que te han dado la moto mala y se han dejado la buena para otros. Ahora, con la Triumph Tiger 900 GT Pro A2 nos encontramos con una moto que es capaz de demostrar que tener clase, músculo y mala leche con una limitación en su potencia.
Es una de las trail más deseadas del mercado y siendo conscientes de que sus números de ventas son realmente buenos, la marca ha decidido jugársela lanzando la versión light. No es una moto cualquiera, es una moto que te invita a viajar, a tomar curvas y sumar kilómetros a la vez, de las que te puedes cruzar el viejo continente, cruzarte un buen puerto de montaña o estar haciendo vida social con esa sonrisa macarra que sale cuando sabes que tienes algo bueno entre tus piernas.
Normalmente, cuando se relaciona con una versión mini se tiene la falsa creencia de que es una moto de iniciación y no es así. Este modelo te hace sentir un motero de verdad desde el día que pones tu trasero sobre ella y te olvidas de la limitación electrónica de potencia.
La esencia británica, pero domesticada
Su corazón sigue siendo el tricilíndrico de 888 cc que tanto éxito ha tenido, y por ello viene con la versión full power, aunque tiene la potencia limitada a 95 CV de origen y así ajustarla a los 47,6 CV legales del A2 y lo hace sin perder la garra ni carácter que le acompañan.
Tu la escuchas y dices sigue siendo la Triumph Tiger 900 con ese rugido tan peculiar y fino que solo es capaz de soltar un tres cilindros. A bajas vueltas empuja con suavidad, pero cuando subes de régimen tiene ese bramido metálico que te impone. La electrónica en este caso es fundamental y no solo por la limitación, viene con modos de conducción, control de tracción ajustable, ABS en curva todo gestionado con una IMU de seis ejes propia de las Superbikes.
Diseño con alma aventurera
Es una moto extremadamente cómoda y lo hace con un asiento ancho, mullido y regulable en altura. El manillar alto, el depósito estrecho y la posición natural hace que estés controlándolo todo, y si a esto le sumas una pantalla TFT de 7 pulgadas, ¿qué más puedes pedir?
Las Triumph parece que no están hechas por ingenieros, sino por diseñadores que tienen buen gusto. Este modelo lo confirma con un pico de pato al frente, las luces LED en T y los acabados que hacen que te gires al verla pasar. No tiene nada que envidiarle a las GS o la Multistrada, llama la atención y deja en evidencia a cualquiera.
En curvas, es ágil, estable, predecible y sobre todo disfrutona. Si vienes de una Naked vas a gozarlo. Las suspensiones semiactivas saben leer el asfalto de la mejor manera posible y eso se puede ver en cualquier superficie a la que te enfrentes con ella.
La moto ideal si quieres empezar en serio
La Triumph Tiger 900 GFT Pro A2 tiene un precio de venta de 15.000 euros, no es barata pero merece la pena sabiendo que puedes descaparla. No es una moto aburrida, tiene la clase y saber estar que todos buscamos en una Trail de sus características y los británicos lo saben.
Triumph ha conseguido lo que parecía imposible, una premium accesible sin comprometer su carácter ni esencia, con la que puedes aprender, viajar y disfrutar de cada kilómetro como si fuera el primero y lo hace con el susurro de quien te dice “ven que te voy a hacer disfrutar de verdad”.


Alejandro Delgado
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