Las motos de seis cilindros que salieron a principios y finales de los años 70 revolucionaron el mercado. Daban muchos caballos para la época y sus grandes tamaños eran objeto de todas las miradas. Había mucho metal y muy reluciente. Sin embargo, aquella idea era tan ‘bestia’ que apenas se vendieron. Quizá el ejemplo que más nos suene es el de la Honda CBX1000, junto con el de la CB750. Pero retrocedamos un poco más.

Corría el año 1973. El grupo italiano De Tomaso era la propietaria de Benelli desde hacía un año, pero no fue impedimento para saltar a la fama mundial de las dos ruedas cuando lanzó la 750 Sei, la primera motocicleta en incorporar un motor de seis cilindros en línea. Como punto de partida se cogió la CB500 de Honda, tomando así la delantera frente a las motos japonesas. La 750 Sei impresionaba tanto por su comodidad de conducción como -en sus primeras versiones- por sus seis tubos de escape. Hay quienes dicen que es una de las motos que mejor suenan… No seré yo quién para desmentirlo.

Con sus 75 CV refrigerados por aire, tres carburadores y dos válvulas por cilindro, era capaz de alcanzar los 200 km/h. Hoy en día es una motocicleta de culto y muy valorada por los coleccionistas, repercutiendo en un valor de mercado cada vez más a la alza.