Moto del día: Bimota YB10 Dieci Biposto

Moto del día: Bimota YB10 Dieci Biposto

Exclusividad Bimota, pero para dos personas


Tiempo de lectura: 3 min.

La Bimota YB10 Dieci Biposto no solo es una motocicleta exclusiva y tan peculiar como cualquier Bimota, en realidad, lo que destaca de esta moto es que fue la primera vez que la firma italiana desarrollaba un modelo con dos plazas. Solo se fabricaron 38 unidades entre 1992 y 1993, lo que hace que sea un modelo especialmente exclusivo y difícil de encontrar.

Bimota, tradicionalmente, ha fabricado motos con una sola plaza y un talante claramente racing. Motos con detalles técnicos muy cuidados, con diseños de personalidad desbordante y motores de toda clase y condición, que tenían orígenes de lo más diverso, pero nunca fueron de fabricación propia. Cosas que no han cambiado desde entonces y que, entre otras cosas, han provocado que la marca haya pasado por algún que otro tropiezo económico.

La Bimota YB10 Dieci Biposto es un ejemplo de lo especial y cara que puede ser una motocicleta de Bimota. Para empezar, costaba 3,6 millones de pesetas en 1992, 21.636 euros, unos 48.335 euros con IPC añadido –hasta 2024–. Era, claramente, una montura muy exclusiva, aunque también era rápida, superdeportiva y por supuesto, bonita, aunque esto como siempre es cuestión de los ojos de quien mira, ¿Verdad?

Bimota YB10 Dieci Biposto (2)

Que fuera dos plazas en lugar de una no afectaba a lo demás, que mantenía su tradicional personalidad Bimota en cada tornillo y tuerca que tenía. Pretendía ser uno de los modelos más comerciales, la dos plazas abrían mucho el abanico de usuarios y además, era la moto más barata del catálogo de la marca en aquel momento. La prensa decía que en Bimota confiaban en vender unos centenares de motos y no decenas, como pasaba con otros modelos.

El hecho de ser la moto más barata de la marca en aquel momento, se debía, entre otras cosas, a que se redujo ligeramente la calidad de acabados y componentes, única forma de que los precios se queden en cifras aceptables por una amplia mayoría de usuarios. El proceso de fabricación era, como en todas las demás motos de Bimota, totalmente artesanal y no escatimaban en cosas como el aluminio para el chasis, que según la marca, era de máxima calidad y origen aeronáutico.

Las prestaciones estaban aseguradas por un motor de 1.002 centímetros cúbicos y cuatro cilindros, que se tomaba prestado del banco de órganos de Yamaha. Concretamente, se trata del motor de la Yamaha FZR 1000 EXUP, que recibía nuevos colectores de escape de fabricación propia y silenciadores Termignoni –fabricados según especificaciones de Bimota–. Se anunciaban 145 CV a 10.000 revoluciones y 11 mkg a 9.000 revoluciones, cifras que tenían que mover un peso total de 187 kilos.

Deportiva, atractiva, de una calidad muy elevada, pero tan radical como cualquier otra Bimota. La prensa de la época se quejó de lo duro que estaba el asiento; la revista Motociclismo, en el número 1.282, llegó a decir que parecía madera pintada, que se combinaba muy mal con la dureza de la suspensión, aunque esta era regulable y se podía poner a punto de forma más personal.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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