Sin duda, uno de los fabricantes catalanes más apegados a la deportividad ha sido Derbi. De hecho, su apuesta por ser competitiva en las cilindradas más escuetas cosechó algunos de los mayores éxitos en carreras para la historia de España. Algo que hunde sus raíces en los años sesenta, cuando la marca desarrolló un activo departamento de competición en el que se fraguaron máquinas tan interesantes como la Derbi 49 Carreras-Cliente. Pero vayamos por partes. Así las cosas, lo mejor será comprender cómo en la marca intuyeron muy bien la necesidad de reposicionarse en un mercado cambiante tras la irrupción masiva del automóvil.

Para empezar, aunque la gama presentada por Derbi está muy unida a las bajas cilindradas, lo cierto es que durante los años cincuenta incluso llegó a exhibir una motocicleta con 350 centímetros cúbicos. Es más, en las dos primeras ediciones del Campeonato de España de Motocross – 1959 y 1960 – una derivación Cross de la misma interpretó un más que interesante duelo con la homóloga presentada por Sanglas. No obstante, según la popularización del automovilismo fue afectando al segmento de las turismo en Derbi orientaron su futuro a las máquinas más populares.

Pensadas para el día a día, monturas como la Antorcha fueron todo un éxito de ventas gracias a su mezcla de fiabilidad y economía. Un ámbito en el cual no se pararon las ambiciones de la casa catalana pues, desde comienzos de los años sesenta, ésta también se especializó en crear motocicletas de competición con 50 centímetros cúbicos. De esta manera, lograba prosperar por debajo de lo interpretado por Montesa, OSSA y Bultaco. Centradas en cilindradas más generosas al tiempo que, desde mediados de la época, viraban en sus afanes hacia el mercado Off-Road estadounidense.

A comienzos de los años sesenta Derbi ya había puesto en el mercado una carreras-cliente antes incluso de haber logrado éxitos en el Mundial de Velocidad

Derbi Nieto Réplica, una carreras-cliente para 1973

Derivada a partir del motor de la Antorcha – al cual se acopla aquí una caja de cambios con hasta cinco marchas – la Derbi 49 fue el primer paso de la marca hacia el Mundial de Velocidad. De hecho, en 1962 se produjo el estreno de la misma en esta competición internacional con Josep María Busquets a los mandos. A partir de aquí, en Derbi compatibilizaron el desarrollo de su propio equipo con la fabricación de una motocicleta carreras-cliente.

Gracias a ello, la conocida como 49 Carreras-Cliente se convirtió en un verdadero icono para la marca, siendo la base para su evolución en el Mundial. Además, ésta interpretó una excelente campaña publicitaria para la marca pues, no en vano, multitud de pilotos europeos pudieron acceder gracias a ella a una verdadera motocicleta de competición que, de hecho, también usaba el propio equipo oficial Derbi con sus 12 CV a 12.000 revoluciones por minuto para llegar hasta los 150 kilómetros por hora.

Llegados a este punto, la Derbi 49 Carreras-Cliente estuvo disponible bajo pedido hasta 1968 con una producción no superior a las 70 unidades. Asimismo, durante aquellos años la llegada de Ángel Nieto al equipo de la marca – en 1964 – inició un verdadero periodo de esplendor. De hecho, mientras en 1967 y 1968 el zamorano ya conseguía la cuarta posición en el Mundial de 50 Centímetros Cúbicos, en 1969 lograba al fin la victoria absoluta. Además, en 1971 se hacía con el Mundial de 125 y al año siguiente con éste y el de 50. Sin duda, uno de los mejores momentos en su carrera.

Aparecida en medio del furor desatado por el doblete de Ángel Nieto en 1972 – 50 y 125 en el Mundial de Velocidad – esta montura tuvo ciertas diferencias respecto a la usada por el equipo oficial. Para empezar, lo relativo a la refrigeración.

Con todo ello, Derbi aparecía en el panorama europeo como una verdadera referencia en lo relativo a las cilindradas más escuetas. De esta manera, en 1973 al fin presentó una nueva carreras-cliente al hilo de las victorias cosechadas por Ángel Nieto. Conocida como la Derbi RAN o Derbi Nieto Réplica, ésta se basaba en la montura oficial usada para la temporada de 1972 aunque, claro está, con diversos cambios enfocados a producirla en serie corta. Sobre este planteamiento, se prescindió de la refrigeración por agua aunque se mantuvieron finezas técnicas como la válvula rotativa para realizar la carburación junto al IRZ de 26 milímetros. En relación al cambio, éste ofrecía seis velocidades para gestionar los 15,5 CV a 15.000 revoluciones por minuto. Los cuales, según la propia Derbi, podían ascender hasta 17 CV en caso de ciertas unidades preparadas. Obviamente, todo el conjunto era rematado por un carenado aerodinámico en fibra de vidrio. No obstante, lo más curioso de la Derbi Nieto Réplica es cómo se comercializó. Ni más ni menos que a través de un pacto con la Real Federación de Motociclismo Española, la cual puso a disposición de sus federados unas 50 unidades a precio competitivo a fin de poner las cosas más fáciles a las jóvenes promesas del asfalto. Y es que, en 1973, Ángel Nieto ya había animado seriamente a la cantera nacional gracias a su ejemplo repleto de éxitos en el Mundial.