La presentación de la Ducati 1199 Panigale levantó muchísima expectación, no en balde, la firma de Borgo Panigale ponía sobre el asfalto una de sus creaciones más espectaculares, una moto que iba por su propio camino y apostaba por el casi inmortal L2, mientras los demás lo hacían por los cuatro cilindros. La moto fue tan sensacional, que el jurado del premio Best of de the best 2013, escogió a la 1199 Panigale como la digna ganadora.

Ducati ha sido, durante años, la referencia en el segmento de las Superbikes, había encontrado la fórmula perfecta para superar a todos sus rivales, incluso con las Ducati 999 que tan poco gustaron a los seguidores de la marca lograron estar al frente. Y siempre, inquebrantables con su bicilíndrio en L, un motor y una configuración, que con la 1199 Panigale llegaron a un nivel nunca visto. Sin embargo, la Ducati 1199 Panigale llegó con grandes cambios con respecto a sus antecesoras, cambios que influyeron totalmente en su carácter y por supuesto, en sus prestaciones.

El cambio más importante, el cambio que copó muchos tatuajes, fue la adopción de un chasis monocasco, al que anclaron el motor de forma portante. Desaparecía así el tradicional entramado de tubos, parte casi indispensable de cualquier Ducati y que marcaba claramente la personalidad de sus motos. Y por supuesto, el otro cambio era el motor, el nuevo Superquadro, capa de rendir 195 CV, a la altura de las Superbikes cuyos motores tenían dos cilindros más; era el bicilíndrico más potente que jamás había fabricado Ducati.

Según el presidente de la compañía italiana, Gabriele del Torchio, la 1199 Panigale fue el proyecto más ambicioso en la historia de Ducati” y la prensa lo acogió con un entusiasmo y una pasión que pocas veces se puede encontrar. Pero no era para menos, pues con esta moto, Ducati rompía muchos moldes y demostraba hasta donde se podía llegar con un motor de dos cilindros que, además, presumía de un peso espectacular: 164 kilos. La Ducati 1199 Panigale fue, en su momento, la moto que más potencia por kilo y más par por kilo que se había fabricado hasta la fecha.

Pero además, también era una de las motos más tecnológicas que había creado la marca hasta el momento, con una cantidad de sistemas electrónicos y ayudas a la conducción abrumadoras. Era, aunque suene a topicazo, lo más parecido a un Ferrari sobre dos ruedas –Ferrari, además de coches rápidos y bellos, también es una auténtica especialista en sistemas electrónicos y asistencias a la conducción–.

Muchos probadores contaron lo poco que le gustaba circular por la urbe y lo bien que se sentía cuando la carretera se abría y el motor podía respirar y girar con libertad, aunque también dejaron claro que era como un león enjaulado. La Ducati 1199 Panigale era una moto de circuito y, en su defecto, de carretera con curvas. Incluso se la llego a comparar con una 600 por su comportamiento.

Ducati 1199 Panigale fue el principio del fin para el motor de dos cilindros. Luego llegó la 1299 Panigale, la última Superbike con motor bicilíndrico.