La Honda CRF 250 L es una moto que nos pone en aprietos una vez más a la hora de encasillarla en un segmento concreto. Hay quienes dirán que se trata de una trail muy extrema y enfocada principalmente en el offroad, mientras que otros podrían contra argumentar que se trata de una moto de enduro civilizada para que pueda ser utilizada por carretera.
Lo que está claro es que esta cuarto de litro nos recuerda a aquellas motos de doble propósito que conocimos en la década de los noventa como la Suzuki DR 400 o la Yamaha XT 600. Vehículos que se podían usar por carretera, sin destacar en absoluto en este frente, pero que después ofrecían una diversión y una agilidad sin precedentes por lo marrón, terreno en el que se desenvolvían mucho mejor que las típicas trails, motos bastante más pesadas y aparatosas.
La Honda CRF 250 L cuenta con una parte ciclo de primer nivel, capaz de enfrentarse a los baches, socavones y trialeras más feas que podamos imaginarnos sin despeinarse. Su chasis de doble cuna de acero permite cierta flexibilidad, mientras que el basculante trasero está fabricado en aluminio para aligerar unos gramos.
Las suspensiones son el plato fuerte del conjunto ya que van a tener que lidiar con firmes muy irregulares. En el eje delantero monta una horquilla invertida Showa de 43 mm de diámetro y unos asombrosos 250 mm de recorrido. Atrás emplea el clásico sistema pro-link de Honda con 230 mm. Con semejante recorrido entre topes de la suspensión, es evidente que esta moto se atreve con saltos y socavones de lo más profundo.
El motor es un monocilíndrico refrigerado por agua, cuatro válvulas e inyección electrónica de combustible. Ofrece unos correctos 25 CV a 8.500 vueltas, pero lo mejor son sus 22,5 Nm de par y su tacto casi eléctrico en todo el rango de revoluciones. Tiene fuerza suficiente para sacarte de todos los atolladeros sin tener que estar recurriendo constantemente al cambio, pero como sus cifras tampoco son espectaculares, la cosa no se va a ir de madre si nos pasamos con el gas.
En el apartado de frenos monta un único disco delantero de 256 mm mordido por una pinza de dos pistones, mientras que atrás se recurre a un rotor de 220 mm y pinza monopistón. Puede parecernos poca cosa, pero el sistema de frenado sólo tiene que lidiar con los 146 kg que pesa el conjunto y una cifra de potencia más que razonable, por lo que su respuesta es bastante buena
La Honda CRF 250 L puede ser una buena compañera. Gracias a su filosofía de doble propósito, es una moto que se va a comportar muy bien en ciudad por su bajo peso y buena maniobrabilidad, mientras que en carreteras de doble sentido se desenvuelve razonablemente a velocidades entorno a 100 km/h.
El valor extra está en que, cumpliendo bien en el día a día, es una moto con la que te lo vas a poder pasar muy bien los fines de semana, haciendo pistas e incursiones por lo marrón. Y es que a todos nos gusta correr por una carretera de perfectas curvas asfaltadas, pero algo tendrá el offroad que cuando lo pruebas, no quieres dejar de practicarlo nunca.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS