La moto de hoy tiene una larga historia a sus espaldas: nada más y nada menos que 44 años desde que se produjo el primer modelo en 1974. Hablamos de la Honda Gold Wing, destinada a realizar viajes largos cómodamente, y que por su envergadura más bien parece un coche al que han quitado dos ruedas. Incluso como los coches, dispone de marcha atrás.
La versión de la que hablaremos hoy será la cuarta generación de tan exitosa saga. Supone un salto de diseño muy significativo respecto a las anteriores, pareciendo una moto más moderna y grande. Cómo no, los objetivos a la hora de diseñarla eran sobre todo la suavidad y el silencio.
Por ello se optó por un motor muy bien equilibrado, un bóxer de seis cilindros y 1.520 cm3 -ya os decía que parecía un coche- cuya alimentación se realizaba por carburador. Este motor producía 100 CV a 5.200 rpm y 150 Nm de par a 4.000 rpm, un rango más parecido a los coches que a las motos. La caja era de manual de cinco velocidades y marcha atrás eléctrica. La suspensión delantera disponía de una horquilla con anti-hundimiento, para mejorar las sensaciones a la hora de frenar. Hablando de frenos, disponía de doble freno de disco delantero de 285 mm y un solo disco en la parte de atrás.
El “bicho” pesaba nada más y nada menos que 360 kg en vacío, así que no esperéis prestaciones de infarto: lograba alcanzar los 159 km/h de máxima y llegaba a 100 km/h desde parado en unos 5,4 segundos, una eternidad si lo comparamos con otras motos.
El equipamiento era muy abundante, incluyendo radio con altavoces frontales, intercomunicador, o calefacción en los asientos. Por cierto, los asientos se parecían bastante más a los de un coche, sobre todo el del pasajero.
Esta moto se producía en la planta de Honda en Ohio, Estados Unidos, desde el año 1974 hasta el 2009, cuando se movió la producción a Japón. Hasta ese momento habían salido de la planta americana más de un millón de motocicletas. Actualmente Honda ha renovado el modelo, lanzando la sexta generación de la Gold Wing con el modelo GL 1800. Larga vida al ala de oro.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.Hace unos años “odiaba” la Goldwing. Me parecía algo así como la “anti moto”. Pero a medida que he ido conociendo más de ella, de su tecnología, de sus peculiaridades y de su “cultura” la verdad es que me está picando el gusanillo. Es toda una obra de arte sobre dos ruedas que tantos gadgets y equipamiento puedan caber ahí.