La Kawasaki GPZ 500 S es otro de esos modelos con solera que marcaron época. La moto se presentó en 1987 y de aquellas, las tetracilíndricas deportivas todavía no habían llegado al boom que experimentarían en la siguiente década, por lo que aún había sitio para una propuesta bilicíndrica de media cilindrada y con un carácter marcadamente deportivo, pero también asequible.
La Kawasaki GPZ 500 S era algo así como la sport turismo democrática de la época. Era una moto que servía un poco para todo, ya que cumplía bien como utilitaria, se podía viajar con ella incluso a dúo ya que no era muy agresiva de postura y el carenado aportaba un plus de confort. Gracias al carácter rabioso de su motor también servía para roscarla la oreja y pasárselo en grande.
El modelo tuvo una vida muy longeva a nivel mundial y en algunos países aguantó en los concesionarios, con diferentes actualizaciones, eso sí, hasta el año 2009. En lo que a denominación comercial fue una moto bastante camaleónica, ya que en otros países se vendió bajo el nombre de Kawasaki EX 500 o Kawasaki Ninja 500 R.
Estas fibras fueron sufriendo diferentes actualizaciones a lo largo de la vida de la moto tanto en forma como en gama cromática para irse adaptando a los nuevos gustos y tendencias de diseño, aunque en general siempre mantuvo una personalidad constante.
La cúpula era bastante elevada para los estándares de hoy en día y ayudaba a conducir erguido sin tener que soportar la fuerza del viento. Por último, los escapes gemelos, uno a cada lado de la moto y uno para cada cilindro ayudaban a rematar esa imagen de moto grande, deportiva y prestacional.
Hoy en día se venden a precios de absoluta risa de segunda mano. Las unidades arrancan desde 500 euros, mientras que a partir de unos 800 hay cosas interesantes y bien conservadas que, tratándose ya de una clásica, el hecho de que la moto esté de serie o lo más cerca posible a ello para mí es el principal valor que puede tener una unidad de ocasión.
Son 25-30 años de vida a las espaldas de la mayoría de unidades. El motor era pura roca, pero con tanta edad hay algunas cosas que sí o sí tendrán que ponerse a punto si no lo ha hecho ya el dueño anterior. Todos los fluidos seguramente estén pasados: aceite de motor, refrigerante, líquido de frenos, líquido hidráulico de la horquilla… si te quieres hacer con una presupuesta una partida para hacerla todo esto.
Aparte, otras cosas como la instalación eléctrica puede que no hayan aguantado muy bien el paso del tiempo, especialmente si gran parte de su vida la ha pasado a la intemperie.
La verdad que me pongo a analizarlo y la Kawasaki GPZ 500 S me parece una gran oportunidad de comprar una clásica por “4 duros” y restaurarla o ponerla al día para poder disfrutar de su sabor añejo los fines de semana. A nada que te guste la mecánica y tengas un sitio para ir haciéndola poco a poco… me parece un plan sin fisuras.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Tengo 3 meses con esta moto y me encanta, El torque y potencia que tiene, la mia es la ultima que es la 2009, aunque la hice tipo streetfihgter, que ahi va poco a poco, y es facil de hacer el mantenimiento.
Las GPZ 500 de primera serie estan empezando a revalorizarse poco a poco. Ya se ven a precio de la siguiente generacion. La gente las esta utilizando para hacer transformaciones tipo “cafe racer” y se estan empezando a ver en las carreras de motos clasicas en la categoria “clasicas japonesas”. La primera vez que subi en una moto grande de paquete, fue en una GPZ del 94 y me quede sorprendido de la potencia del motor. Para ser un bicilindrico, tiene buena estirada arriba. El dueño de esa GPZ la cambio despues por una Aprilia RSV 1000 del 2002 y… Leer más »