Hoy nuestra protagonista es la Kawasaki ZZR 1100, una viajera de altos vuelos que en 1990, cuando se presentó, era la moto de producción más veloz sobre la faz de la tierra, con una máxima de 305 km/h. Pero ese no es el único híto en su historial.
A un nivel más nacional, en 1992 en plena fiebre de la alta velocidad, esta moto ganó en una carrera de Madrid hasta Sevilla al todopoderoso AVE, una hazaña que recogió la revista Motociclismo en sus páginas de la época. Con semejánte currículum os podéis imaginar que esta moto estaba destinada a todos aquellos fanáticos de ir rápido, sobre todo en línea recta.
La moto recibió una actualización en 1993, donde se renovó la estética del modelo y los carenados para darles un aire más dinámico y actual. Algunas partes de la mecánica también mejoraron. Destaca del modelo original de 1990 la incoporación del ram air, una primicia a nivel mundial en una moto de calle y que en el rediseño de 1993 pasó a ser un doble ram air.
A nivel ténico, exceptuando la novedad de la admisión forzada a alta velocidad, la Kawasaki ZZR 1100 no era una moto especialmente rompedora ni avanzada. Montaba un tetracilíndrico de 1.100 cm3 refrigerado por agua con 16 válvulas. Su potencia máxima llegaba hasta los 147 CV a 10.500 vueltas.
Kawasaki fue de las primeras en empezar esa escalada de potencia a base de subir revoluciones y fabricar motores más puntiagudos, ya lo demostraron el mismo año de presentación de la ZZR 1100 cuando también presentaron la Kawasaki ZZR 600, la primera moto de 600 de producción que alcanzó los 100 CV de potencia.
En el apartado ciclo recurría a las típicas soluciones de la época: chasis de doble viga, horquilla delantera convencional, y doble disco de freno con pinzas axiales de cuatro pistones. Donde destacaba la ZZR era en sus formas y dimensiones.
Era una moto larga y baja, y su carenado integral tenía unas formas redondeadas, naturales y fluidas; por lo que la penetración aerodinámica era de lo mejorcito que había en aquella época y gracias a lo cual podía alcanzar velocidades de infarto con “solo” 147 CV. Si la velocidad máxima os asusta, la aceleración es aún más sorprendente puesto que pasaba de 0 a 100 km/h en unos infinitesimales 2,8 segundos.
Esta moto es el vivo recuerdo de una época pasada que algunos considerarán mejor y otros peor, pero que en resumen es la época en la que “se podía” -seguía sin ser legal- correr por las carretas españolas sin ser poco menos que un diablo, un asesino o un delincuente. Cómo cambia la percepción de la sociedad ante determinados comportamientos en tan solo un puñado de años.
La historia, logicamente, ha tratado muy mal a este tipo de motocicletas, las sport turismo, puesto que hoy en día no tiene sentido comprar vehículos que están pensados para viajar por autovía a velocidades de infarto salvo en Alemania. Aunque gracias a esto, quizá se han creado nuevos segmentos como el de las trail asfálticas.
Volviendo a la Kawasaki ZZR 1100, ya os podéis imaginar que era una moto para correr en línea recta y hacer curvas a alta velocidad, pero que se atragantaba con las carreteras reviradas y la jungla urbana. Su larga distancia entre ejes y su peso de 250 kg en orden de marcha no hacían de ella un conjunto especialmente ágil.
Como puntos positivos cabe destacar su buen nivel de confort pese a las prestaciones de infarto que ofrecía. El carenado protege muy bien de las inclemencias del tiempo mientras que la postura no era excesivamente inclinada gracias a un semi manillar en posición elevada.
Destacaba también por su cómodo asiento de una pieza, que acogía con gusto tanto a uno como a dos pasajeros. En el colín los ganchos porta equpaje así como el asa para el paquete hacían la vida a bordo más fácil.
Hoy en día plantearse adquirir esta moto no tiene mucho sentido, salvo que te guste por una cuestión sentimental o nostálgica. Los consumos son bastante elevados, de entorno a 6,5-7 l/100 km mientras que el tetracilíndrico de carburación tiene un mantenimiento muy laborioso y cada cortos intervalos de kilometraje. Esto no es algo particular de este modelo sino de la mayoría de tetras de altas prestaciones de la época.
De segunda mano ya cotizan como clásicas. En el mercado puedes encontrarte de todo: desde unidades hechas polvo de la primera serie por poco más de 1.000 euros hasta motos bien conservadas de la segunda serie y que respetan la originalidad del modelo por precios que oscilan entre 3.000 y 4.000 euros. De todas formas no quedan muchas unidades a la venta. Si os gusta el concepto, es más fácil pensar en su hermana de 600.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Mi Motaco!, tuve una muchos años que me robaron del garage, supongo que para recomponer una siniestrada. Qué dolor! En un par de ocasiones , en recta vacía, la pude poner a tope, alucinante, parecía que iba a despegar. Viajar por autopista con ella a 200 de media era muy cómodo….qué tiempos ! ahora me hubieran linchado !!
Aun quedan unidades de la 90 c1 en buen estado de hecho tengo una que no vendería por nada conservada al dia de todo y solo 60.000 km ….puto avion cómoda y muy estable en carretera aun hoy da guerra a cualquier maquina moderna
Recuerdo ese reportaje de Motociclismo. Era yo un chaval de 15 años y la verdad es que sentó el precedente de lo que son hoy en día las Sport Turismo hiperrapidas que hay.
Una moda que no tiene mucho sentido hoy día, pero que son maravillas tecnológicas que toda marca ha de tener en su catálogo.
No se necesita tanto para pasarlo bien sobre una moto.
Un reportaje como ese sería impensable a día de hoy, al probador le acusarían de un delito contra la seguridad del tráfico. Como tuvo que parar a repostar más de una vez, es que tuvo que ir a tope gran parte del trayecto, pues el AVE solo hacía ¿3? paradas y más cortas.
Recuerdo que luego, probando una moto en EEUU, no recuerdo si la ZZR o la CBR 1000 XX, lo trincó la Highway Patrol y lo llevó detenido.
Lo contaron todo en otro artículo.
Al probador le llevaron calzoncillos limpios al salir, del miedo que pasó.
Manda huevos hacer eso en EEUU… Ahora también le meterían en la cárcel en España, durante horas, luego le soltarían en libertad con cargos y a la espera de juicio.
Las dos portadas. De lo mejor en relatos de motor.
Augusto Moreno de Carlos y el difunto Cesar Agüi eran los probadores en esa época.
Como bien dices, eran otros tiempos. Hoy día es inconcebible que un profesional haga apología de este tipo de actitudes en una prueba de un vehículo, ya sea coche o moto. Ha cambiado la forma de hacer periodismo. Han pasado 20 años o más.
A mí sí embargo, me gustaba mucho cómo abordaban los artículos, la narrativa que usaban y las opiniones personales que daban.
Eran otros tiempos.