Si te gustan las curvas y los tramos de montaña ratoneros seguro que alguna vez habrás babeado pensando en nuestra protagonista de hoy: la KTM 690 SM. Esta moto es hermana de la KTM 690 Duke III de la que ya hablamos en su día pero, si cabe, es incluso más radical y especializada.
La KTM 690 Supermoto está concebida para devorar curvas como si no hubiera mañana, especialmente las de baja velocidad y ratoneras. Todo en ella se ha diseñado con esa finalidad sin dar ni la menor concesión a conceptos como la ergonomía, el confort, la polivalencia o la practicidad.
La mayoría de componentes son heredados de la KTM Duke, o en su defecto cuentan con ligeras modificaciones sobre esa base. Todo en esta moto es muy agresivo y está llevado al extremo. Si empezamos por el motor, de la unidad LC4 690 ya hemos hablado más veces en estas líneas. En su día era el monocilíndrico de producción más potente de la historia. En realidad son 650 cm3, cuatro válvulas, refrigeración líquida e inyección electrónica. Eroga 65 caballos y cuenta con seis velocidades.
Pese a ser un monocilíndrico de alto cubicaje no resulta tosco ni áspero de utilizar, incluso a bajo régimen. Eso sí, su franja de aprovechamiento es bastante estrecha, ya que no destaca por tener unos grandes bajos o medios y casi toda la potencia se encuentra entre las 6.500 y las 7.500 vueltas. Mantener el motor en ese tramo es todo un juego adictivo y uno de los encantos de esta moto, que gracias a sus relaciones de cambio cerradas y perféctamente escalonadas resulta tarea sencilla.
En cuanto a prestaciones, la velocidad punta se queda en unos destacables 186 km/h. Puede parecer poco, pero las supermotard son motos altas con una aerodinámica más bien pobre, y además las marchas son tirando a cortas, por lo que en sexta llegas muy rápido a tocar el limitador. Se pueden hacer cruceros a velocidades elevadas -por encima de lo legal- con el único inconveniente de la nula protección aerodinámica y que el motor irá algo más revolucionado de lo necesario. A cambio siempre contarás con una buena respuesta a la menor insinuación del gas. En cuanto a consumos, con un uso racional y civilizado se puede bajar sin mucha dificultad de 5 l/100 km.
Como todas las motos de la firma naranja, la KTM 690 Supermoto destaca por tener una parte ciclo de primerísima calidad con componentes pensados en el desempeño y las prestaciones. Las suspensiones están firmadas por WP y cuenta con un robusto a la par que ligero chasis multitubular de tipo trellis. Con 152 kg en seco ya podéis imaginaros que los 65 CV no se quedan cortos y que estamos ante un pequeño cohete.
Estéticamente estamos ante una moto… complicada. Las similitudes con las motos de enduro son palpables en numerosas zonas del conjunto como la cintura alta, el asiento estrecho y alargado, o las tapas de plástico laterales; pero la SM tiene una personalidad propia y señas de identidad que la hacen inconfundible. La careta con el pico de pato es peculiar y llamativa cuanto menos, mientras que los dos escapes gemelos en acero inoxidable que rodean al colín, que van de abajo a arriba, son bastante horteras y muy sobredimensionados. ¿Qué pintan dos silenciosos separados en una moto monocilíndrica?
Con todo y con eso tenemos que pensar que la KTM 690 Supermoto es una moto de excesos e irracional a más no poder. No hay que buscarla el sentido. Simplemente hay que entenderla tal y como es e incluso celebrarla, ya que es muy difícil que los fabricantes se desmarquen del rebaño y nos sorprendan con propuestas estrafalarias y originales como esta.
En cuanto a las diferencias con su prima naked, la Duke, ciertamente no son muchas. La SM no cuenta con la bomba de freno radial que sí tiene la duquesa, las llantas son de radios en vez de aluminio, y las relaciones de cambio algo más corta,s por lo que es una moto todavía más enfocada en las carreteras muy reviradas y en los circuitos cortos. La Duke se conduce más como una motocicleta convencional mientras que la SM te permite jugar con el tren trasero con mayor facilidad.
De segunda mano no son baratas precisamente; ninguna KTM lo es, a decir verdad. Se pueden encontrar unidades en estados aceptables en el entorno de los 3.000 euros. El monocilíndrico está más apretado que las tuercas de un submarino, y todos sabemos que la fiabilidad no es uno de los fuertes de KTM; por lo que es mejor invertir un poco más e iros a unidades bien conservadas y con kilometrajes no muy elevados. Al final estas motos son para hacer el cabra un poco los fines de semana, no para meterlas grandes viajes de cientos de kilómetros por lo que es difícil que os “acabéis” el motor.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.PIENSO QUE EN REALIDAD ES UNA MOTO MUY DIVERTIDA Y BUENA MUY POPTENTE QUE ADEMAS PUEDE SUPERAR LOS 22KM/H PERO LO QUE QUISIERA QUE ME QUEDE CLARO ES SI ESTA MOTO SERVIRIA PARA HACER VIAJES LARGOS EN CASO ALGUNO ¿TENDRIA ALÑGUN PROBLEMA EN HACERLO? Y CUALES SERIAN LAS CONSECUENCIAS ?