Aunque hoy en día ya no se ven cosas de estas, hace unos años (en la época de bonanza) a algunos fabricantes les dio por romper con lo establecido y presentar algunas creaciones de absoluta locura que ni siquiera respondían a un interés práctico, sino al noble y legendario principio de ver quién la tenía más grande. Es el caso de la moto que nos ocupa hoy, la KTM 950 Super Enduro R.
Porque sí, una moto de campo de casi 100 CV, con un motor que roza los 1.000 cm3 de cilindrada y 210 kg de peso lista para rodar: era un plan que no podía fallar. A decir verdad, esta moto se explica por una sola razón y se llamaba BMW HP2 Enduro. Los alemanes sacaron una maxi enduro basada en el bóxer de 1.200 cm3, una moto “halo”, algo así como lo más de lo más si querías mancharte de barro.
Este modelo atacaba directamente hacia un tipo de comprador de alto poder adquisitivo que tradicionalmente siempre había sido de KTM. Los austriacos no querían dejar ese feudo sin conquistar y tenían que presentar algo para hacer frente a la ofensiva germana. Es así como nació esta moto, tomando como base el conocido motor LC8 de la firma naranja en su versión de 942 cm3, que era la que estaba vigente allá por 2006, cuando se presentó esta moto y que también daba vida a otras hermanas suyas como la KTM 950 Supermoto o la 950 Super Duke.
Contaba con refrigeración líquida, caja de seis relaciones, ocho válvulas y… como colofón, una pareja de carburadores Keihin de 43 mm para darle ese toque de autenticidad, brutalidad y personalidad del que carecía la BMW por culpa de su frío y calculador cerebro binario.
La trasmisión final era media cadena de eslabones, el otro punto donde marcaba la diferencia con respecto a su competidora germana, que montaba el clásico eje cardán. El cardán es una solución que en motos de turismo está muy bien, pero no es lo mejor de cara a hacer el salvaje por campo. El resto de componentes estaban a la altura de lo que nos tenían acostumbrados los de Mattinghofen.
El chasis tubular de tipo trellis es rígido y puede lidiar con el trato más salvaje que nos podamos imaginar a lomos de esta motocicleta, y a su vez mantiene el peso en valores contenidos; mientras que la suspensión firmada por WP es de lo mejorcito que te puedes echar a la cara.
La horquilla frontal es de tipo invertido y con 250 mm de recorrido entre topes, ahí es nada, por supuesto 100 % regulable. Algo parecido ocurría en el eje trasero, donde el amortiguador central (sin bieletas) ofrecía 255 mm de recorrido y la posibilidad de configurar el setup que mejor le viniese a cada piloto y estilo.
La moto era un auténtico desenfreno de potencia. Con semejante desplazamiento el motor estaba lleno a prácticamente cualquier régimen y la carburación funcionaba bastante fina y acompasada incluso a bajo régimen, algo que los sistemas de inyección tardarían algunos años en igualar en estos grandes bicilíndricos.
Las marchas eran tirando a largas para la práctica del offroad, pero por puro par a bajo régimen al final daba un poco igual, ya que abrías el gas y siempre tenías potencia. Es una moto que se disfruta más en pistas amplias y espacios abiertos, ya que el motor invita a coger velocidades absurdamente altas en la práctica del offroad y la suspensión digiere todos los baches.
Es en espacios cerrados y trialeras donde el conjunto se desdibuja un poco, ya que el peso y las inercias comienzan a pasar factura. Las marchas largas contribuyen también a esto: para que os hagáis una idea, la primera velocidad corta a 70 km/h. Sin embargo, la moto también tenía una cierta faceta asfáltica para lo que son las motos de enduro.
Con semejante motor y por potencia pura, pese a tener una aerodinámica similar a la de un frigorífico cara al viento, es capaz de superar los 180 km/h, y de serie se vendía con los neumáticos Metzeler Karoo3, una goma para nada “endurera” sino más bien perteneciente al mundo trail, y que podríamos catalogar como 50-50.
Moto de enduro, motor gigante, carburación… como os podréis imaginar los consumos no son bajos. Las medias rondan los 6,8 litros a los 100 km. Si ponemos las cosas en su contexto no me parece una cifra tan elevada, ya que hay por ahí algunas enduro monocilíndricas de 40-50 caballos que se plantan en los 6 litros y pico.
Tras una visita rápida a milanuncios, veo que actualmente sólo hay tres unidades a la venta en España y sus precios oscilan entre los 5.000 y 8.000 euros. No es barato si pensamos que este modelo tiene ya 14 años a sus espaldas pero… las motos de enduro en general son bastante caras, y 6.000 euros por una de las mejores enduro en la que podemos acomodar nuestras posaderas… no me parece una cifra descabellada.
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Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS