Allá por 1997, Moto Guzzi celebraba su 75 cumpleaños, tres cuartos de siglo repletos de victorias en competición, innovaciones tales como la Guzzi V8 “Otto” y la Guzzi 500/4 Supercharger, y modelos como la peculiar Guzzi 65 Récord de 1948 o la rarísima Moto Guzzi Hispania Poney. Carácter, estilo italiano y pasión por todo lo que rodea a la moto, Moto Guzzi tenía que celebrar como correspondía la efeméride.
Esa celebración consistió, como suele ser común, en el lanzamiento de un nuevo modelo. Tenía que ser un modelo que aglutinara, obviamente, todo lo que representaba a la marca y que, además, luciera un diseño espectacular, puramente italiano. Esa moto fue la Moto Guzzi V10 Centauro, una de las naked más peculiares y llamativas de finales de los años 90. Aquella década contó con otros lanzamientos llamativos, como la Ducati Monster y la más peculiar todavía, Bimota Mantra. Tampoco podemos olvidar la Aprilia Motó 6.5, aunque esta iba un poco por libre, dado que se movía gracias a un motor monocilíndrico, al tiempo que las demás lo hacía gracias a un bicilíndrico.
La Guzzi V10 Centauro fue diseñada por Luciano Marabese, quien estaba especializado en scooter, como el Piaggio Sfera. Se partió de un chasis procedente de la Guzzi Daytona RS, un marco de acero al cromo-molibdeno con tubos de sección rectangular. De hecho, casi todo se toma de la Daytona RS, pues la horquilla delantera con barras de 40 milímetros y al amortiguador trasero, ambos firmados por WP, también se toman de la mencionada deportiva de Mandello del Lario. Ambos elementos se reajustaron un poco, perdiendo algo de radicalidad, con el objetivo de adaptarse a las aspiraciones de la Centauro. Los frenos Brembo y las llantas Marchesini también procedían de la Daytona.
Aunque el chasis era de la Daytona RS, la montura más deportiva que ofrecía Guzzi en aquellos años, se realizaron algunos cambios para que la V10 Centauro no fuera excesivamente agresiva con el piloto. Así, los estribos cambiaron su posición mediante unas placas, para que estuvieran un poco más bajos. El manillar, como cabe esperar en una naked, estaba algo más elevado y el asiento permitía llegar con los dos pies al suelo.
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La Moto Guzzi Daytona RS suministró algo más para la creación de la V10 Centauro, algo importante: el motor. Un bicilíndrico transversal, característico de Guzzi, con 992 centímetros cúbicos, refrigeración por aire y árboles de levas en cabeza encargados de accionar cuatro válvulas por cilindro. Se cambió ligeramente la puesta a punto del motor para que fuera más usable en el día a día, y la potencia era de 94 CV a 7.400 revoluciones y el par ascendía a 98 Nm a 5.800 revoluciones.
Se le acusó de ser una moto grande, y lo era, al igual que pesada con sus 224 kilos en seco. Incluso hubo quien afirmó que la moto era un fracaso, como Motorcycle News, mientras que otros afirmaban todo lo contrario. Lo que estaba claro es que era diferente, muy en línea con las mencionadas Bimota Mantra, Aprilia Motó 6.5 o con la Ducati Monster, la única de todas las aquí nombradas que ha tenido una vida larga y fructífera.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS