En los primeros compases del nuevo milenio la marca española intentaba adaptarse al nuevo mercado y normativas. Para ello creó este modelo con dos versiones distintas, la Rieju SMX/MRX 125, ambas dotadas de una gran facilidad de conducción y con diferencias mínimas, más allá de la adopción de ruedas y llantas en medida para carretera por parte de la SMX y de campo para la versión MRX.
De esta manera y sin complicarse en exceso, Rieju decidió apostar por el chasis perimetral de doble viga de acero que montaba en sus ciclomotores como la Rieju RR 50, ya que a nivel de parte ciclo estaban sobradísimas para soportar las prestaciones de aquellos pequeños propulsores de dos tiempos. En lugar de estos, y tras un acuerdo con la nipona Yamaha, acopló sendos motores de 125 cc de cuatro tiempos y dos válvulas, refrigerados en este caso por aire.
Alimentado por un carburador Mikuni VM de 20 mm, el monocilíndrico del octavo de litro asociado a un cambio de cinco relaciones era capaz de generar una potencia final de unos 14,5 CV. Con una punta cercana a los 100 km/h, que aunque no brillaba por ser fulgurante, sí que era más que suficientes para un uso urbano o salidas camperas en caso de la MRX. En cuanto al arranque seguía confiando en el sistema eléctrico, aunque mantenían el pedal de antaño en caso de fallar este. Además, contaba con encendido electrónico (CDI) y embrague bañado en aceite con sistema de multidisco.
Las Rieju MRX 125 y SMX 125 eran básicamente el mismo modelo, aunque con un enfoque distinto en cada versión. Mientras que la SMX montaba llantas y neumaticos de supermotard, la MRX venía preparada en este aspecto para realizar una conducción más campera gracias a sus neumáticos tipo trail
Para la parte ciclo se optó por una horquilla convencional fabricada por Paioli con barras de 36 mm de grosor en su tren delantero y un monoamortiguador en su parte trasera. La frenada quedaba a cargo de un disco de 260 mm con pinza flotante de doble pistón en su rueda anterior y disco en este caso de 200 mm en la posterior, mordido por una pinza de un solo pistón, todo ello suministrado por la marca AJP.
Como ya hemos comentado la mayor diferencia entre ambas versiones es la configuración de llantas y neumáticos, contando con medidas 90/90 R21 delante y 120/80 R18 detrás en la MRX 125. En cuanto a la Rieju SMX 125, 100/80 R18 en su tren anterior combinado con un 120/80 R17 para el posterior.
En cualquier caso, sus llantas eran del tipo multirradio y el resto de componentes prácticamente iguales en ambas, salvo pequeños detalles estéticos. La longitud total de estas Rieju quedaba en 2.050 mm, mientras que su distancia entre ejes era de 1.332 mm y la altura máxima total de 1.170 mm, con un peso final declarado de 108 kilogramos en ambos casos.
El precio final de estas motocicletas estaba en torno a los 3.400 euros y como competencia más directa contaban con la bicilíndrica Honda XL 125 Varadero, bastante más cara que estas, y la Yamaha 125 TW, además de otras como la Cagiva Planet en su versión supermotard, aunque esta última era algo menos prolífica en nuestro mercado. Todas ellas dentro de un rango de precios, potencia y prestaciones similares, aunque sin la opción de las dos versiones que ofrecía Rieju dentro de un mismo producto.
La producción de la SMX y MRX se mantuvo vigente durante seis temporadas, donde fue uno de los productos estrella de la marca de Figueres, haciendo la delicia de los jóvenes del momento gracias a su buen compendio de características y simplicidad en general.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS