Moto del día: Suprine Exodus

Moto del día: Suprine Exodus

Este prototipo surgió como un modelo pensado para largos viajes y máxima comodidad


Tiempo de lectura: 3 min.

Suprine fue una empresa que en 2013 presentó el prototipo de una motocicleta muy particular llamada Suprine Exodus. Digamos que era como una BMW C1, pero pensada para ser utilizada como una cruiser que permitiese recorrer largas distancias y con el máximo confort. Es por ello que el piloto iba sentado de forma reclinada, lo que mejoraba su autonomía y aerodinámica, además de la seguridad en caso de accidente.

Con sede en Delaware, Suprine concibió una moto partiendo de una BMW K 1200 LT. De ella aprovechaban tanto el motor como todo el tren de rodaje trasero (Paralever y rueda trasera) así como la mayoría de componentes. A su alrededor concibieron un chasis en forma de jaula fabricado con aceros de alta resistencia, los cuales se combinaban con placas de aluminio para proteger al conductor y el depósito de combustible. Toda la estructura era vista aunque disponía de un parabrisas que protegía al piloto y mejoraba la aerodinámica.

Este iba sentado en un asiento hecho de aluminio y atado con un arnés de cinco puntos. La Suprine Exodus se manejaba como una moto normal (manillar y controles de los pies), aunque se buscaba una postura lo más cómoda posible, con las estriberas muy adelantadas. Literalmente se iba a ras de asfalto, ya que el asiento se elevaba únicamente 177 mm (esta es más o menos la altura libre al suelo de un coche). El diseño permitía que, a la hora de detenerse, se pudiesen poner los pies en el suelo ya que no había ningún sistema de ruedines como en otras motos similares. Cuando queríamos dejarla estacionada, el caballete central se activaba de forma eléctrica.

Suprine Exodus 04

El motor, un cuatro en línea ubicado de forma longitudinal y tumbado (característica de las BMW K), cubicaba 1.172 cc. La potencia era de 126 CV y el par motor de 120,5 Nm. La caja de cambios no era igual que la de la K 1200 LT, sino que se montaba una de cinco marchas. Al eliminar una velocidad, se conseguía dejar espacio a la marcha atrás, algo imprescindible en una moto de estas características. Como decíamos, la transmisión era por cardán Paralever, mientras que delante montaba con una horquilla telescópica con gran avance. Los frenos eran los mismos que montaba la BMW, incluido el sistema ABS. Algo similar ocurría con las llantas, de 17″ y con los neumáticos en medida 120/70 y 160/70.

La longitud total era de 3,81 metros y la altura de únicamente 1,05 metros. No se especificaba cuál era la longitud entre ejes, pero viendo que las ruedas están en los extremos, para hacer un cambio de sentido se necesitaría el mismo espacio que con un petrolero. Eso si, una vez en marcha y con un centro de gravedad tan bajo, la estabilidad debía ser asombrosa. Como punto negativo, ir entre tráfico debía ser complicado pues la cabeza iría a la altura de los focos traseros de los coches.

Sorprende que fuese más ligera que la BMW K 1200 LT, ya que se quedaba en poco más de 308 kg (la alemana se disparaba hasta los 387 kg). Su cuidada aerodinámica le permitía declarar un consumo ridículo de tan solo 2,9 l/100 km, equivalente a un scooter de 125 cc. Con el depósito de 30 litros que incorporaba era capaz de recorrer 1.000 km sin repostar. Suprine había además conseguido traspasar a la Suprine Exodus todos los gadgets como los puños calefactables o el control de crucero.

Curiosamente acabó saliendo a la venta a un precio de 55.000 dólares (50.300 euros al cambio), pero nos tememos que no llegaron a vender demasiados. A veces, es el precio que hay que pagar por ser diferentes.

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Ender

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