¿Qué entendemos por una motocicleta? La explicación más sencilla podría ser un vehículo de dos ruedas autopropulsado. Teóricamente, y según la definición del Oxford English Ditionary debe contar con un motor de combustión interna (gasolina o similar). Pero entonces, ¿una moto eléctrica es o no una moto? Y si consideramos que sí, entonces una moto a vapor también lo es. Y en ese caso podríamos decir que el velocípedo Roper fue la primera moto o al menos, una de las primeras motos.
De hecho nos gusta más la definición que da la RAE para una motocicleta: “Vehículo automóvil de dos ruedas, con uno o dos sillines y, a veces, con sidecar”. Y por automóvil entendemos que es capaz de moverse por él mismo, sin que lo empujen o haya que dar pedales. Así que sí, para nosotros esta es una de las pioneras y culpable de esta maravillosa afición.
Hay discusiones sobre cuándo apareció el velocípedo Roper. Unos dicen que en 1867 y otros que no llegó hasta 1869. Digamos que por ahí anda. Su creador fue Sylvester H. Roper, un inventor de Boston que te fabricaba casi cualquier cacharro, incluso un rifle. Había nacido en 1823 y durante la Guerra Civil Americana ya había construido algún automóvil propulsado a vapor. Un día, a saber que estaría maquinando, se le ocurrió acoplar un motor de vapor que él mismo había fabricado (y de reducidas dimensiones) a una bicicleta pero mejorada.
Sí, históricamente las primeras motos de combustión aparecieron acoplando un motor de pistón a un cuadro de bicicleta, pero en este caso estamos todavía unos años antes. Y el peso de un motor de vapor exigía fabricar un cuadro especial.
Depende de dónde lo consultes se dice que este era de hierro, de madera de nogal e incluso que sí era de una bicicleta. Pero sobre lo que todos están de acuerdo era que el motor (ubicado en la misma posición que las motos de hoy en día), colgaba de un resorte para absorber las vibraciones del terreno mientras circulaba.
Esto era debido a que las ruedas, de 34 pulgadas, estaban fabricadas en madera (radios y llanta) sobre bandas de hierro, y por lo tanto no filtraban nada. En una versión posterior mejorada ya montó neumáticos, con lo que aumentaba el confort de marcha, pudiendo así acoplar de forma solidaria la caldera.
Este motor de vapor era de dos pistones, cada uno de ellos de aproximadamente 44,5 mm de diámetro y con una carrera de 101 mm. Su capacidad era por lo tanto de unos 160 cc, 320 cc en total. El depósito de agua hacía las veces de asiento y se bombeaba a la caldera de forma manual. Una chimenea de tiro forzado evacuaba los gases de combustión.
Además de la moto, a Roper también le debemos otra invención: el acelerador. Era ligeramente diferente, porque en vez de girar solamente el puño, giraba toda la barra del manillar. Si la llevaba hacia adelante el acelerador se abría y si la rotaba hacia atrás (con las dos manos siempre), se cerraba y aplicaba los frenos. En la segunda foto se aprecia perfectamente.
Tras este primer modelo construiría en 1884 otro mejorado. Parece ser que fue un encargo de Albert Augustus Pope, pionero de las bicicletas como las conocemos hoy en día con las dos ruedas iguales. Quería un vehículo que pudiese circular delante de las bicicleta para marcarles el ritmo y, por aquel entonces, los motores de Dion todavía no eran muy fiables.
Le suministró el cuadro de una bicicleta y Roper se encargó de agregarle un nuevo motor mejorado, en este caso de un solo pistón y que era capaz de lograr una potencia máxima equivalente a 8 CV. Y su peso no era demasiado elevado: 68 kg. La autonomía era de unos 10 km con una carga de carbón.
El 1 de junio de 1896, y ya con 72 años, se le pidió que hiciese una demostración en el velódromo de Charles River. Al contrario de los motódromos que surgirían posteriormente, este no estaba fabricado de listones de madera sino de hormigón.
Allí se enfrentó a ciclistas, a los que ganó con facilidad para luego hacer una demostración de la velocidad máxima (estimada en unos 64 km/h). Cuando iba a aproximadamente 60 km/h sufrió una indisposición. Se detuvo a un lado de la pista y cayó víctima casi, con toda seguridad, de un ataque al corazón. La crónica del Boston Globe nos dijo que le dio tiempo a apagar el motor y “murió en el silín”.
Roper falleció sobre su invento, a máxima velocidad y dejándonos un legado imborrable. Fue además casi profeta de lo que años después diría el conocido Burt Munro: “Se vive más llevando una moto cinco minutos a máxima velocidad que lo que muchos viven en toda su vida”. Roper seguro que vivió varias vidas.
Peugeot produjo su primera moto en 1898, el mismo año que se produjo en serie la primera moto en Estados Unidos, la Orient-Aster. Indian Motorcycle se fundó después, en 1901, y Harley-Davidson hizo lo propio en 1903. Roper fue todo un pionero.
Ender
Japan Rules!!Muchas gracias por traernos esa historia, colega.
Como decía el narrador de “Leyendas de pasión”, justo al final, “tuvo una buena muerte”. Le queda que ni pintado.