La entrada en tropel de las firmas japonesas, puso al sector de la moto en Europa patas arriba. Los nipones llegaron con productos que a ojos de todos los usuarios eran mucho más atractivos que los disponibles hasta ese momento, eran motos más potentes, más ligeras, más baratas y por si fuera poco, más fiables. Fue una auténtica debacle y pocos salieron indemnes, porque se mostraron incapaces de adaptarse a tiempo al nuevo panorama y eso era debido, básicamente, a una clara falta de competitividad en el mercado.

El desembarco de los japoneses fue motivo de la desaparición de muchas marcas: Laverda, Morini o Benelli en Italia, junto a Norton o BSA en Reino Unido, se fueron al garete, mientras otros centraban sus esfuerzos en segmentos específicos como Aprilia, que se adueñó de las bajas cilindradas junto a otros italianos como Gilera o Cagiva. KTM pasó a centrarse en el off road hasta convertirse en referencia internacional y otros, como BMW o Ducati, se veían obligados a exprimir su ingenio para no caer por el abismo. De hecho, estos dos últimos fabricantes demostraron que cuando la necesidad aprieta, el ingenio despierta. Los alemanes pusieron en circulación la BMW R80 G/S, un modelo que les permitió crear un nuevo estilo y hasta un nuevo tipo de motor –una off road muy “dakariana”–. Ducati por su parte, se dio el lujo de “robar” un proyecto de Cagiva y dar forma a la moto que les salvó de la desaparición: la Ducati M900 o Ducati Monster 900.

Ducati M900 Monster

Fotos procedentes de handh.co.uk

Curiosamente, ambos modelos, la alemana y la italiana, se han mantenido en el catálogo hasta pleno Siglo XXI, aunque la BMW ya no tiene el mismo espíritu y la italiana mantiene muy poco de su esencia original, la cual, se centraba en ofrecer una motocicleta sencilla y económica, que permitiera precios competitivos y ventas masivas –y así fue; se programaron 1.500 unidades el primer año y finamente se vendieron alrededor de 5.000 ejemplares–. De esto han pasado ya 30 años –la GS de BMW tiene más de 40 años– y Ducati lo celebra con una edición especial de su actual Monster, la cual, como se ha dicho antes, ya no tiene esa esencia de moto popular, ahora es un icono de Ducati y los italianos ya avisaron de que no harían más “motos económicas”. ¿Volveremos a ver una debacle como en los 80 o tienen fundamentos sobre los que apoyarse?

La M900, la primera Ducati Monster, se presentó en el salón de Colonia de 1992 y se puso a la venta en 1993. Era un modelo que presentaba una imagen muy particular, una obra maestra del minimalismo creada por Miguel Ángel Galluzzi, quien en su momento dijo: “todo lo que necesitas es asiento, depósito, motor, dos ruedas y manillar”.

Ducati Monster 30 aniversario

Galluzzi tenía claro que para triunfar no hacía falta mucho más, aunque eso no quería decir que fuera necesario prescindir de buen diseño, obviamente. Sin embargo, hoy todo es más complejo, desde el propio diseño de la moto, hasta el planteamiento de la misma. De entrada, el chasis ya ni siquiera es un entramado de tubos como antaño, parte de las señas de identidad de la Monster y cuya desaparición se ganó un buen rapapolvo de parte de los puristas. Desde que Ducati vive bajo el amparo de Audi, se han cambiado cosas que nadie jamás habría creído posible, como la aparición de un propulsor V4 para la Superbike en lugar del mítico L2, e incluso el desarrollo de una moto eléctrica. Decir adiós al chasis Trellos no es más que un paso lógico en la evolución, ¿no?

Al prescindir de los tubos, obviamente, se afecta a la imagen de la mto y por ello, aunque parece más refinada y conjuntada, también es menos Monster. No pierde la deportividad, que es labase de la existencia de Ducati, y para el 30 aniversario, se toma como punto de partida la Monster SP, aparecida en 2023 bajo el lema “mad for fun”, algo así como “locos por la diversión”; horquilla y amortiguador Öhlins –con una altura con respecto al suelo 20 milímetros mayor para ganar agilidad–, Brembo Stylema para los frenos, bujes de aluminio y el Testastretta 11º con 111 CV, sirven para dar soporte a la celebración del cumpleaños. Todo ello adornado con guardabarros de fibra de carbono, una batería de litio y unos atronadores Termignoni.

La Monster se ha convertido en la moto más vendida y longeva de Ducati y curiosamente, lo mismo que ha ocurrido en BMW con la saga GS. Dos modelos que llegaron para cambiar sus respectivas marcas y para sacarles del agujero en el que apunto estuvieron de caer. Sin embargo, nadie les dijo que, por ejemplo, la Ducati Monster alcanzaría las 350.000 unidades vendidas y que se convertiría en un icono para la compañía, en casi la viva imagen de Ducati desde que desapareciera la apasionante saga de las Ducati 916/998.

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