Alcanzar una velocidad digna de un Bugatti Veyron no es algo a tomarse a la ligera, a menos que seas un piloto con un par de pelotas como Kenan Sofuoglu. Llevar al límite la Kawasaki Ninja H2R 2016, con 310 caballos por litro (998 cm³) y compresor requiere agallas y estar hecho de una pasta especial. El turco se había quedado con ganas de ir más allá de los 391 km/h, y se marcó como objetivo llegar a los 400 redondos.
Se estuvo preparando durante tres meses para la gesta, que tuvo lugar en el puente colgante Osman Gazi (Estambul-Izmirla, Turquía). Este enlace terrestre tiene 3 kilómetros de longitud, por lo que en el momento era el cuarto puente colgante más largo del mundo. Se había inaugurado apenas unas horas antes.
La moto recibió gasolina Elf con dosis extra de espinacas, las llantas neumáticos Pirelli específicos para no deshacerse a alta velocidad, y el piloto recibió un mono aerodinámico de Rev’It. Solo disponía de 30 segundos para alcanzar los 400 km/h, y lo logró. El 1 de julio de 2016 Sofuoglu pulverizó el récord de velocidad. ¿Quién será el atrevido que pretenda batirlo?
PD: poder alcanzar los 400 km/h y evitar los radares españoles tiene un precio: 53.000 euros, preparación y sacramento de extrema unción aparte.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.COMENTARIOS