Para la temporada de 1993 Yamaha debía darle réplica a su rival más directa del momento, la Honda CBR 900 RR Fireblade. Para ello y hasta ese momento existían las Yamaha FZR 1000, pero estas quedaban ya totalmente desfasadas respecto a la novísima deportiva del ala dorada. Con esto claro por parte de los ingenieros de la marca de los diapasones, es a principios de este año cuando presentan su nueva Yamaha YZF 750 R y también una versión 750 SP con algunas mejoras y destinada para aquellos que deseaban algo más radical y enfocado a la pista.
Hablamos de 125 CV de potencia a 11.200 RPM y 195 kilogramos en vacío, eran las cartas de presentación de la nueva deportiva del segmento, con las que intentaba imponerse como la más dura del lugar. La realidad es que aquella potencia declarada con la intención única y exclusivamente de ponerse a la cabeza en el segmento era algo utópica en la realidad, llegando en el mejor de los casos a unos respetables 115 CV. Tan solo la CBR de 900 cc era capaz de ofrecer lo que prometía con sus 124 CV de potencia a 10.300 RPM.
Centrándonos en la YZF 750 y su propulsor, esta estaba dotada de un tetracilindrico de 749 cc montado en su chasis deltabox de aluminio de forma longitudinal, con una batería de carburadores de 38 mm, que en el caso de la SP aumentaba la medida de estos hasta los 39 mm. Todo ello ayudado por su ya conocido y aclamado sistema EXUP y cinco válvulas por cilindro.
La Yamaha YZF 750 R/SP venía con la intención de liderar un segmento donde la CBR 900 RR había impuesto una nuevas normas gracias a su motor de 900 cc y una compacta silueta
El resultado era una motocicleta fantástica en casi cualquier situación, con una estabilidad y aplomo encomiables, además de un motor suave y lineal que en ningún momento daba signos de desfallecer hasta bien llegados a la línea roja del tacómetro, situada en las 13.000 RPM. Además, su magnífico chasis deltabox le daba la rigidez necesaria para afrontar días de tandas en circuito al ritmo de quien allí estuviera, con un paso por curva de lo mejor dentro de su segmento.
Digno es de mencionar el as que se sacó de la manga la marca, tanto en el apartado de las suspensiones como de la frenada, dotando a su nueva deportiva de “siete y medio” de horquilla invertida con barras de 41 mm en el eje delantero y un monoamortiguador con sistema monocross en la parte trasera. Además, y por primera vez en una motocicleta en serie, venia con la incorporación de unas pinzas de seis pistones, conjunto a dos discos de 320 mm en el tren delantero y un disco de 230 mm con pinza de doble pistón opuesto para el posterior.
Como podéis apreciar, Yamaha tenía claras sus intenciones y no escatimó en dotar a la YZF 750 de lo necesario para dar la réplica a sus rivales. A todo esto debemos sumar sus buenos acabados, tanto en fibras como elementos, amén de unas decoraciones que a lo largo de las seis temporadas que estuvo en el mercado, siempre fueron de lo más acertadas y bonitas del segmento. A destacar también su cuadro de instrumentos, dotado de tacómetro, velocímetro, indicador de temperatura y una tira con diferentes indicadores justo debajo de los relojes.
Gracias a un motor elástico y lineal, y una posición muy forzada, la YZF 750 pronto se convirtió en la “siete y medio” más polivalente del segmento, además de una espléndida base para carreras Endurance gracias a su versión SP
La mencionada versión SP siempre estuvo en venta a la para que su hermana la R. Las diferencias más notables respecto a esta, eran la incorporación de un colín monoplaza de una pieza, la ya mencionada mejora en la batería de carburadores, así como una caja de cambios con la relación de estas más cerradas que en la versión R, todo ello pensado por y para la pista en las diferentes modalidades donde esta competía.
Posiblemente la más famosa de las YZF 750 de competición sea la que pilotaban los hermanos Christian y Dominique Sarron, que se alzaron con la victoria en las 24 horas Bol D’or en la temporada de 1994 a mandos de aquella preciosa SP Factory con los colores de Yamaha Motor France tras rodar durante 667 vueltas en el circuito Paul Ricard.
Si estamos pensando en hacernos con una de estas bonitas YZF 750 R o 750 SP, en el mercado nacional podemos encontrar bastantes unidades de segunda mano donde poder elegir. La versión SP en la actualidad ha subido de precio exponencialmente, dada su escasez y lo exclusiva de esta respecto al modelo R.
Sea como fuere, es una de esas motocicletas noventeras que cualquier motero old school que se precie debe tener al menos una vez en su garaje, por todo lo que representa y la época dorada que brindó al motociclismo durante los años que Yamaha la mantuvo dentro de su gama.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.Como me gustaban y me gusta las extintas deportivas de “siete y medio”, ZX7R, GSXR 750 SRAD, la protagonista de hoy, todas muy personales y para mí gustos atemporales.