Si nos ponemos a tirar de tópicos, seguramente pensemos en Harley-Davidson como motos pesadas, con una parte ciclo muy sencilla, de tacto brusco, con vibraciones, sonido clamoroso y par de John Deere… y esto aunque pueda parecer a priori negativo, es algo que personalmente me encanta, porque son máquinas de sensaciones. En esta ocasión tendremos que quitarnos todos esos prejuicios -o parte de ellos- porque nuestra moto del día, la Harley-Davidson XR 1200, es lo que en Milwaukee entienden como una moto deportiva.
Si los que me leéis hoy sois aficionados a la marca centenaria no seré yo quien os descubra lo que significan las siglas XR para Harley, pero si no estáis muy duchos en la materia, os invito a que leáis el artículo de mi compañero Ender acerca de la Harley-Davidson XR 750, la moto más laureada del AMA, con nada menos que 35 títulos en los 45 años que estuvo batiéndose el cobre, ¡ahí es nada!
Corría el año 2008 cuando los de Harley se atrevieron a comercializar un producto en forma de homenaje a su icónica moto de Flat Track, una moto obviamente pensada para circular por vías públicas, pero con claros guiños estéticos a la XR original, y un carácter y parte ciclo mucho más picante a lo que nos tenían acostumbrados -con la salvedad de la familia V-Rod- y basada en la familia Sportster (Forty-Eight, Iron 883, Sportster 1200 Custom, Sportster 1200 Low, Nightster…).
Si damos un repaso visual a la moto podemos encontrar muchas similitudes con el modelo de competición, similitudes como el colín afilado -en este caso con un pequeño asiento para acompañante- hacia arriba, un estrecho depósito -de plástico, algo raro en una Harley-Davidson-, sus escapes saliendo por el lateral derecho, el minimalismo general -con una instrumentación muy escueta-, y, sobre todo y aunque esté disponible en otras opciones cromáticas, con el característico naranja “butano” -quizá tirando más a rojizo- que la hacen tan destacable dentro de la gama Harley.
A decir verdad, es un modelo que se encuentra dentro de la familia Sportster, pero que se diferencia en carácter y comportamiento de sus hermanas aunque partan de la misma base
El motor aunque es el mismo Evolution de unos 1.200 cc con el novedoso sistema de inyección de combustible -antes de 2008 las Sportster se alimentaban mediante carburador-, fue revisado para entregar algo más de potencia que en sus hermanas, aumentando la relación de compresión y aligerando bielas y pistones, además de añadirle un radiador de aceite para el “sobreesfuerzo” del propulsor.
Las características de este propulsor V2 a 45º refrigerado por aire aunque ayudado, como decíamos, por un radiador de aceite, parten del motor Evolution de la familia Sportster; cubicando 1.202 cc gracias a un diámetro/carrera de sus cilindros de 88,9×96,8 mm.
La potencia capaz de desarrollar este enorme bicilíndrico es de 91 CV a 7.000 RPM, y lo que es más importante en este tipo de motores, es capaz de generar 100 Nm a tan sólo 3.700 RPM, por lo que el empuje y la aceleración los tenemos 100 % asegurados. La caja de cambios es similar al de resto de la familia Sportster con cinco relaciones y transmisión final mediante correa dentada.
En la parte ciclo también hay cambios sensibles, ya que aunque se sigue manteniendo un chasis con doble cuna de acero, todo está más “arriba” que en casi cualquier Harley, algo que podemos notar en el momento en que nos subimos a su asiento situado a 742 mm y más estrecho de lo habitual. Todo se eleva para no ir rozando continuamente las estriberas -que además se encuentran algo más retrasadas-, amén de aportar una posición algo más adelantada y sobre el manillar que en sus familiares, manillar que por cierto es ancho y plano.
Pero si buscamos sensaciones deportivas, hay dos apartados a parte del rendimiento del propulsor en los que también se necesita efectividad: suspensiones y frenos. Aquí es donde tenemos que matizar que en su vida comercial se vendió en dos versiones, la XR 1200 (a secas) y la XR 1200 X con un precio algo más elevado, pero con mejoras en los componentes que hacen que merezca pagar el sobreprecio.
Si empezamos por el modelo base, si bien es cierto que tiene una parte ciclo a años luz de otras Harley-Davidson, su suspensión firmada por Showa de tipo invertido y con barras de 43 mm carece de ajustes en la horquilla delantera, aunque es de tarado duro y efectivo en conducción espirituosa. Los amortiguadores traseros tipo PiggyBack -con depósito separado- son firmados por la misma marca, y son ajustables en precarga de muelle.
Los frenos del modelo base cuentan con un buen equipo de frenado, con discos fijos delanteros de 292 mm y pinzas Nissin de cuatro pistones, el freno trasero cuenta con un disco de 260 mm accionado por una pinza más sencilla de un pistón, del mismo fabricante. Las llantas y neumáticos son de 18 pulgadas en el eje delantero, con un neumático 120/70, y de 17 pulgadas el trasero, con neumático 190/50.
En la versión “X” que se presentó un año más tarde los americanos quisieron dotar de un punto más de deportividad a su modelo, que estaba teniendo muy buena acogida en Europa, escuchando además las réplicas de usuarios y probadores. Para ello la equiparon con regulación en la horquilla delantera, que seguía siendo invertida de 43 mm de la misma marca Showa, pero ahora regulable en compresión extensión y precarga, al igual que los amortiguadores traseros, en los que también se incorporarían estos reglajes.
La frenada delantera se vio también mejorada incorporando discos flotantes, que mantienen el mismo diámetro y las pinzas del modelo base. Como última novedad, aunque no afecta al comportamiento de la moto, se añadió en las versiones “X” un nuevo acabado de pintura en tono negro al sistema de escape y al propulsor, que rendía la misma potencia que el modelo original.
Así que si os encontráis buscando una moto alegre dentro de la marca americana quizá sea una de las mejores candidatas. Una moto que por estética no tiene casi rivales, pero que por ese concepto de moto pensada para freír neumáticos dejando a todos atrás en las salidas de los semáforos, cuenta con dos huesos duros de roer como la Yamaha MT-01, que tiene aún mayor cilindrada, y la Yamaha Bulldog 1100 si tu presupuesto es algo más ajustado… por no hablar de las Yamaha V-MAX 1200 o V-MAX 1700, que con sus V4 juegan en otra liga.
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Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.Tengo una color gris, es muy divertida y va muy bien
¡Que la sigas disfrutando! Y si quieres compartir con nosotros fotos o anécdotas estaremos encantados de leerte. Saludos.
Os dejo por aqui unas fotos de una Harley XR1200 X transformada en casa para darle un cambio de aspecto total a la moto
¡Muy chula Nacho! Unas modificaciones bien hechas y con buen gusto. ¡Que la disfrutes!
Brutal el asiento, dónde lo has comprado?
Seré raro, pero de toda la historia de HD es mi favorito, aunque no fue entendida por los incondicionales de la marca, (por lo general algo conservadores), y al final como bien se ha indicado una moto que se quedaba un poco en tierra de nadie, pero a título personal mí HD favorita.
Muchas veces lo que se sale un poco de la norma es incomprendido en su día, pero con el tiempo, se convierte en algo de culto. Mira el DeLorean DMC-12, si hubiese salido la película a la vez que el coche, el destino de DMC habría sido otro.
¡De raro nada! Si mañana se me cruzase un cable (de bujía) y decidiese meter una Harley en mi garaje, sería firme candidata sin duda.