Fabricado por la Excelsior Motor Company, el Welbike fue el vehículo más pequeño utilizado en la Segunda Guerra Mundial. En 1942 corrían tiempos díficiles, el conflicto armado entre las potencias aliadas y las del eje había llevado al mundo hacia un paradigma de devastación y desolación. En estas circunstancias, Reino Unido, potencia aliada, ideó junto a la compañía de Coventry el parascooter Welbike. El desarrollo de esta pequeña moto militar lo llevó a cabo el miembro del equipo de operaciones especiales, Harry Lester, bajo el diseño original del teniente coronel John Dolphin.
La moto, desarrollada en Birmingham bajo los estándares de producción de la Excelsior Motor Company, tenía el objetivo de emplearse como vehículo articulado en el campo de batalla. Su diseño permitía desplegarse mediante paracaídas desde un avión y su pequeño tamaño permitía que los soldados pudiesen montarla en tan solo 10 segundos. Y moverse rápidamente por el campo de batalla.
Para conseguir esto, la Excelsior se introducía dentro de un contenedor con paracaídas con el sillín y el manillar plegados. Atendiendo a las medidas del ejército británico, estos paquetes eran de tan solo 130 cm de largo y 40 cm de diámetro; unas medidas impensables para meter una moto si se tratase de una de dimensiones convencionales.
Estos factores condicionantes hicieron que el diseño de la Excelsior Welbike cumpliese con unas características que para una moto eran atípicas. Su diseño innovador nos permite afirmar que este parascooter británico fue el precedente a la aparición de las minimotos y el nacimiento de las pit bike, junto a otras motos para ser lanzadas desde un avión, como la Cushman 53 Airbone Scooter o la Royal Enfield WD/RE “Flying Flea”. El pequeño vehículo militar pasó a la historia como uno de los mayores hitos de la industria automotriz y a la vez fue un auténtico fracaso para el objetivo con el que se había diseñado.
La Excelsior Welbike tenía unas características técnicas muy básicas. Un motor propulsado monocilíndrico de 98 cc de la marca Villiers y refrigerado por aire otorgaba a la moto una potencia de 1,5 CV. El motor en cuestión era pequeño y tan solo aseguraba una velocidad máxima de 47 km/h en terrenos llanos. Sin embargo, la realidad era que el parascooter tenía serios problemas para circular con el peso del soldado y su equipo, además de sufrir de lo lindo en los terrenos de tierra y pedregosos del campo de batalla.
En el paquete de suministro iba un pequeño manual de instrucciones por si la tropa tenía problemas para ponerla en marcha
Carecía de suspensión y de luces, y tan solo tenía un freno trasero. La Excelsior Welbike, debido a sus reducidas dimensiones, tenía una lata adherida que funcionaba como depósito de combustible/aceite y una bomba manual que alimentaba este depósito. Esto era así porque el carburador no podía estar a la misma altura que el depósito. Con este sistema de almacenamiento de combustible el vehículo aseguraba una autonomía de 150 km. En este vídeo podéis ver el procedimiento de arranque.
Varios problemas logísticos hicieron que la empresa de Coventry tuviese que mejorar su producto, considerando los problemas de su moto en el campo de batalla. Hasta tres versiones tuvo que idear el fabricante británico. El primero de ellos, el Mark I, que era la primera versión de la moto con unos pequeños ajustes del propulsor. Su segunda versión, Mark II, no trajo demasiados cambios, solo se implementó el guardabarros trasero. En su tercera versión, y la última en período de guerra, se implementó un tanque de combustible bajo el sillín.
En su uso, la parascooter no fue el vehículo favorito del campo de batalla. Estudios históricos datan que hubo estas motos en el desembarco de Normandía, pero su presencia es casi anecdótica teniendo en cuenta las pocas unidades y el poco uso que tuvieron. En el campo de batalla apenas se veían. Más útiles fueron las Royal Enfield WD/RE “Flying Flea”.
No tenía caja de cambios ni embrague, se arrancaba a empujón y tenía una relación simple de transmisión
Finalmente, quedaron relegadas a su uso para el desplazamiento de los pilotos de la aviación británica en los aeródromos. Su producción durante la guerra rozó las 4.000 unidades, pero todos estos problemas, sumados a una moto incómoda de manejar y que a menudo sus pequeñas ruedas se quedaban atascadas, hicieron que la moto cobrase mucha más importancia en el mundo del motor tras la guerra.
Después de la guerra, John Dolphin que había creado la minimoto vio una oportunidad de negocio en los Estados Unidos, ya que muchas Excelsior acabaron en Norteamérica destinadas al uso agrícola o al propio coleccionismo. A fin de cuentas, no podían circular por vías públicas. Dolphin fundó Corgi y pasó a desarrollar minimotos civiles como director general de la compañía con un gran éxito en el mundo yankee. Esa historia ya os la contamos, ¿o no recuerdas a la Indian Papoose?
Luis López
Me hice periodista para contar historias. Creo que lo más importante no es llegar a la meta, sino disfrutar del camino. Aprendiendo en espírituracer.comCOMENTARIOS