Entre la amplia vida en los circuitos de la Bultaco TSS hay sin duda un éxito que destaca por encima de todos los demás: haber sido la montura con la que Salvador Cañellas consiguió ser el primer piloto español en ganar un GP del Mundial. Concretamente en 125, quedando primero en la prueba del mismo celebrada en el circuito barcelonés de Montjüic el sábado 4 de mayo de 1968. De esta manera se abría el largo historial del motociclismo hispano en el Mundial, pasando en estos momentos de las 500 carreras ganadas para ser así una de las principales potencias en materia de pilotaje.
No obstante, por mucho que hoy en día el Mundial sea una competición caracterizada por una logística impecable, en aquellos años todavía tenía mucho de los tiempos pioneros. Tiempos en los que la planificación, la asistencia y los grandes números sólo eran una realidad para los equipos más exclusivos de la parrilla, dejando para los demás una vida de necesaria autosuficiencia y no poco ingenio de supervivencia. Así las cosas, cuando Salvador Cañellas ficho por Bultaco en 1967 lo hizo con unas condiciones muy precarias. De hecho, entre ellas se encontraba la exigencia de viajar a los GP en su propio coche, llevando en el remolque la motocicleta y el utillaje necesario para la labor del mecánico. Único trabajador del equipo a disposición del piloto.
Teniendo que gestionar esta situación más propia de un piloto privado que de uno ya inserto en las filas de un equipo oficial, Salvador Cañellas se enfrentaba a las potentes Yamaha bicilíndricas llevadas por Phil Read y Bill Ivy en el Mundial de 125. Y bueno, la verdad es que lo hacía con no muchas esperanzas. Y es que, al fin y al cabo, éstas rebasaban ampliamente a su Bultaco TSS. Una motocicleta muy efectiva desde hacía años en diversos campeonatos nacionales, aunque escasamente apta para rebasar – o al menos plantar cara – a lo más granado del octavo de litro en el Mundial. No obstante, el profundo conocimiento que Salvador Cañellas tenía acerca del trazado de Montjüic obró a favor de aquella gesta enmarcada en 1968.
A pesar de los éxitos arrolladores de las dos Yamaha 125 oficiales, la rotura de ambas y el amplio conocimiento que del circuito barcelonés tenía Cañellas allanaron el camino a la victoria
Bultaco TSS Modelo 40, la responsable de la primera victoria española en el Mundial
Derivada de la Tralla Sport, la Bultaco TSS nace en 1961 como una motocicleta de carreras que ya rendía 20 CV desde su salida de fábrica. Sencilla pero muy ligera, en ella se hacía de la necesidad virtud potenciando la fiabilidad y una respuesta rápida como puntos positivos frente al atraso en el que iba quedando su mecánica temporada tras temporada respecto a las innovaciones procedentes de Japón.
Además, la Bultaco TSS se fue poniendo constantemente al día. Recibiendo actualizaciones como una nueva caja de cambios con hasta seis relaciones, su sistema de refrigeración por agua, un cárter de mayor tamaño e, incluso, un chasis tubular al estilo del que montaban las británicas Norton. De hecho, los nuevos cárter y chasis fueron las señas de identidad de la última evolución de la Bultaco TSS. La Modelo 40. Presentada en 1968 y con la cual Salvador Cañellas se hizo con la primera victoria española en el Mundial.
Algo que ni el propio piloto se esperaba ya que, aún contando con un excelente conocimiento del trazado barcelonés, además de la desventaja frente a las Yamaha éste tenía dentro del propio equipo Bultaco rivales de importancia como Ginger Molloy – neozelandés que pasa por ser el primero en dar una victoria en el Mundial a Bultaco gracias a hacerse con el GP del Ulster 1966 en 250 – o Pedro Álvarez – tristemente fallecido en 1969 tras un accidente en carrera provocado al cruzarse un perro sobre la pista – .
Tras aquella victoria en mayo de 1968 han llegado más de 500 carreras ganadas para el motociclismo español y, además, una más que prolífica carrera en el caso concreto de Salvador Cañellas
No obstante, tras 27 vueltas al circuito de Montjüic y el abandono de las dos Yamaha por problemas mecánicos, Salvador Cañellas cruzó la meta rumbo a marcar el inicio de una gran historia para el motociclismo hispano. Además, Cañellas también llegaría a ser una referencia en el automovilismo, participando con SEAT en el Montecarlo e incluso con los camiones de Pegaso en el Dakar. Sin duda una verdadera leyenda del deporte a motor. Para quitarse el sombrero.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS