La Macbor Montana XR1 es una trail de acceso de 125 cc. Una trail de iniciación, para principiantes y para todos aquellos que quieren probar las mieles de la moto de aventura, pero que aún no se han sacado la licencia A2 y quieren hacer sus primeros pinitos en el mundo de las dos ruedas aprovechando la convalidación del carné A1 con tres años del carné B.
Celebro enormemente la idea de Macbor de traer una moto así a los concesionarios. A decir verdad, parece un movimiento casi… evidente. Las motos trail hoy en día están de moda, y las motos de 125 son las que más ventas copan en las listas todos los años. Entonces… ¿Por qué demonios hay tan pocos modelos trail de 125, si sobre el papel parece un poco la cuadratura del círculo en el mundo motero?
Y ahí es donde entra en escena nuestra protagonista. La Macbor Montana XR1 es una moto sencilla y económica de comprar, en parte gracias a su fabricación asiática, pero que no renuncia a un equipamiento generoso o a ofrecer una imagen pintona que seduzca al público.
El motor que anima esta moto es un sencillo monocilíndrico refrigerado por aire con culata SOHC de dos válvulas. La potencia se queda en unos razonables 10,5 caballos y la caja de cambios es de cinco velocidades; modesta, pero suficiente. Hay a quien 10 CV le parecerán escasos, o que el hecho de tener un motor refrigerado por aire le sepa a poco.
Sin embargo, esta mecánica tiene un buen par disponible a medio régimen y la potencia máxima se alcanza a 7.500 vueltas, una cifra tirando a baja, por lo que… puede que no sea el motor más potente de la clase, pero al menos sí es una mecánica agradable de usar en el día a día y a la que no hace falta revolucionar mucho, algo que casa fetén con el concepto trail.
Pero en una moto de doble propósito más importante que el motor casi es la parte ciclo, y si atendemos a las frías especificaciones, la Macbor Montana XR1 es lo que llamaríamos una trail asfáltica. Las llantas de aluminio de 17 pulgadas en ambos ejes no dan lugar a dudas.
La altura libre al suelo de 17 cm tampoco es para tirar cohetes, aunque a cambio se consigue una moto bajita y apta para todos los públicos, con un asiento a 78 cm del suelo. En cuanto a suspensiones, destaca la horquilla frontal invertida y el monoamortiguador trasero.
Creo que el mayor aliciente de esta moto es el precio. Se vende por 3.000 euros exactos, y por ese dinero te llevas una moto de 125 en sí, que hoy en día empieza a no ser algo baladí, pero que además está bien equipada con chucherías como la luz LED diurna, caballete central o toma USB, por citar algunas cosas.
Y en verdad, puede que esta moto no sea tan rápida, ni esté tan equipada ni sea tan cómoda como las grandes trails que todos conocemos, pero celebro que haya un modelo así para todos aquellos que no tengan el carné de moto “grande”.
Y hay quien la catalogará inevitablemente como una moto urbana con un pack estético de aventura porque al final… las 125 corren lo que corren, pero… creo que esta moto será tan capaz y tan aventurera como quieran sus dueños que sea.
Aún recuerdo la primera vez que vi una de estas en persona. Iba de ruta con los colegas subiendo a un puerto de montaña en la provincia de León hace tres veranos probando la Hyosung GV 650 Pro Aquila que luego os trajimos a espíritu RACER, y cuando llegamos a la cima vi a un hombre y a su mujer coronando el puerto en una pequeña Macbor Montana XR1.
Parecía una moto de juguete, con sus maletitas de plástico y su tamaño chiquitito, pero desde ese preciso instante la Macbor se ganó mi respeto. Había llegado hasta arriba como todos los demás, y encima con maletas y dos personas a cuestas.
Y el conductor se ganó mi respeto al cuadrado, porque seguramente desoyó a más de uno que le dijo que estaba loco por viajar con su señora en semejante moto y dijo: “pues yo también”. Y ahí estaba, disfrutando de unas vistas impresionantes en la cumbre del puerto, igual que todos los demás.
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Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Menudo cagarro
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Gracias a éste “cagarro” ha conseguido despertarme una pasión por las motos que hasta entonces desconocía. Sólo la usaba para disfrutarla los fines de semana. De ahí descuenta confinamientos, filomenas y spm… Bueno, pues aún así le hice 15600km en un año bicheando por todos los sitios que se me ocurrían y perdiéndome en medio de la nada para volar el drone tranquilo y lejos de miradas… Igualamelo, campeón!!! Evidentemente, cuando se te enquista esa pasión, no tienes más remedio que dar el salto a cilindradas superiores para permitirte hacer rutas mucho más completas en el mismo espacio de tiempo,… Leer más »