Hubo un momento en el que los fabricantes americanos tuvieron que cambiar por completo su percepción del mercado. En un momento donde el capitalismo estaba en uno de sus puntos álgidos, desde Harley-Davidson decidieron ir un paso más allá y apostaban por ampliar su catálogo de productos. En ese sentido, e inspirándose en el mercado europeo, la conocida firma se atrevió a indagar en el segmento de las Cafe Racer, como fue el caso de la Harley-Davidson XLCR. Sí, puede que no te suene y es algo lógico, porque esta moto no fue un gran éxito en ventas y para muchos ha sido el mayor fracaso de la conocida marca.
Todo su diseño se inspiraba en la Sportster y estaba destinada para competir contra las firmas europeas. Con un diseño ligero y compacto, y viendo que este tipo de moto había conseguido un gran éxito a nivel mundial, en Harley-Davidson se arriesgaron, pero lamentablemente no dio el resultado esperado. Bien es cierto que los americanos apostaron un tipo de moto económica en cuanto a la producción, y acuñaba la nomenclatura XL (eXperimental Lightweight) y CR (Café Racer), lo que internamente se conocería como Excelsior.
En este caso, nos encontramos con un motor V-Twin de 997 cc que estaba refrigerado por aire y tenía una trasmisión de cuatro velocidades y 68 CV de potencia. Al mismo tiempo, decidieron dotar a la moto un aspecto más elegante, y por ello rediseñaron la parte trasera del chasis. Diseñada en la década de 1970, contaba con un freno de disco trasero y dos delanteros, que se complementaba con una suspensión regulable, lo que hacía que fuese más estable que cualquier otra Harley.
La historia de un fracaso
Diseñada para el nieto del fundador de la empresa, Willie G. Davidson, la XLCR se hizo realidad gracias al trabajo de Bob Modero y Jim Haubert, se vendía como “la Harley-Davidson de producción más potente jamás construida”. Con un precio de venta de 3.595 dólares, que era superior a las café racer italianas premium, había que sumarle que no tenía ni el rendimiento ni la agilidad de las café originales, por lo que se confirmaba la debacle del modelo y es que en tan solo 3 años de producción solo se vendieron unas 3.133 unidades.
Ahora, varios años más tarde, se está vendiendo este modelo en el mercado de segunda mano a un precio de hasta siete veces más de su valor original, es decir, unos 20.000 dólares. El motivo es simple, este tipo de modelo, que suele encontrarse fuera de las tendencias de la marca son muy cotizadas por parte del mercado de coleccionistas. Esta moto, que estaba al desnudo prácticamente, era el inicio de un camino en el que la marca americana se adentraba al continente europeo jugando con sus cartas. Sin embargo, su estética minimalista, con un diseño reducido, simple, pero al mismo tiempo robusto, lo que le hacía fácilmente identificable como una Harley-Davidson y a la vez, establecía las bases para el diseño de las futuras Harley-Davidson Street 500 y Street 750, que llegaría al mercado en 2013 y que correrían la misma suerte varios años más tarde.
La idea no era mala, pero lo hicieron al estilo norteamericano, con mucho peso y poca agilidad y el resultado fueron muy pocas ventas
Alejandro Delgado
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