Moto del día: Bimota KB1

Moto del día: Bimota KB1

El primer modelo italiano que utilizó un motor Kawasaki


Tiempo de lectura: 4 min.

Durante las últimas semanas el fabricante italiano Bimota ha cobrado una fuerza inusitada: la reciente adquisición de la mitad de su accionariado por parte de Kawasaki, el prototipo de la Bimota TESI H2 presentada en el Salón EICMA de Milán 2019 o los rumores sobre la llegada de una Bimota KB4 para 2020 nos ha mantenido la mar de entretenidos e ilusionados. Pero es lógico que con todo este maremágnum de noticias acerca de la marca italiana, sea el momento de que conozcamos algo más de su historia junto a su nuevo socio japones. Y para ello nada mejor que hablar de la Bimota KB1.

Fiel a su forma de designar los modelos, la Bimota KB1 fue la primera moto en el que se instaló un motor de Kawasaki en una Bimota. Corría el año 1978 cuando este modelo llegó al mercado y lo hizo como era costumbre con la posibilidad de adquirir la moto terminada o bien en un kit en el que cada uno podía instalar el propulsor. En este caso el motor era el mismo que se utilizaba en la Kawasaki Z 900 y que derivaba del primer modelo de la exitosa serie “Z” que apareció en 1972, un cuatro cilindros de 903 cc.

A él se le podía añadir un kit Yoshimura que elevaba su cilindrada hasta los 984 cc. Este kit incluía además una nueva culata, muelles de válvulas, cadena de distribución, filtro para los carburadores y un radiador de aceite. De esta forma conseguían mejorar las prestaciones de la primera Bimota con motor Kawasaki.

Bimota KB1 01

De la KB1 se construyeron un total de 319 unidades fabricadas entre 1978 y 1981. Pero este no fue el fin del modelo, sino que aprovechando que Kawasaki lanzó al mercado la Z1000, desarrollaron la Bimota KB1 T2. En los dos años que estuvo en producción (1981 y 1982) el éxito fue enorme y se llegaron a fabricar un total de 508 unidades. El motor tetracilíndrico de 1.015 cc refrigerado por aire era capaz de desarrollar 97 CV a 8.000 vueltas.

A su alrededor, Bimota construyó un chasis tubular de acero al cromo-molibdeno mucho más ligero y rígido que el original. Como curiosidad, estaba dividido en dos y se unía de una forma muy ingeniosa, lo que permitía sustituir fácilmente una de las partes en caso de rotura. Este chasis era compartido con otro modelo de Bimota, la SB2 con motor Suzuki. En esta prueba de la revista italiana Motociclismo de 1978 podéis ver un montón de curiosidades técnicas de ambos modelos.

Marzocchi suministró la horquilla delantera de 36 mm, aunque algunas unidades también salían con equipos Ceriani, que en este caso montaban barras reforzadas de 35 mm. Detrás el basculante estaba fabricado en el mismo material que el chasis y era regulable en su punto de pivote, usando un amortiguador del fabricante De Carbon.

Los frenos, como no podía ser de otro modo, se confiaban a Brembo, con tres discos de idénticas dimensiones (260 mm), montando dos de ellos delante y uno detrás. Las llantas de 18 pulgadas y con neumáticos de 90 mm y 130 mm de ancho estaban fabricadas por Campagnolo en magnesio. El peso era de 219 kg.

El carenado de la Bimota KB1 es una auténtica preciosidad, con las formas del colín afiladas en su parte superior y luego más ancho en la zona del guardabarros. Ojo al detalle de las estriberas para el pasajero, integradas en el propio diseño de las tapas laterales posteriores. Hay además versiones, en función de la normativa del país donde se iba a vender, con faro redondo (el más bonito) o cuadrado típico de Japón. Pero a estas alturas creo que ninguno de nosotros se va a poner exquisito.

Si tenéis la suerte de encontrar una a la venta en buen estado como esta (no os perdáis la galería en detalle), no penséis que van a pedir por ella menos de 25.000 euros o incluso 30.000 euros. Cuando la Bimota KB1 salió al mercado ya era tres veces más cara que una Kawasaki Z1000, así que imaginad hoy en día.

Bimota KB1 02
COMPARTE
Sobre mí

Ender

Japan Rules!!

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.