Moto del día: Carters Electric Motorette

Moto del día: Carters Electric Motorette

Un triciclo eléctrico con más de 115 años


Tiempo de lectura: 4 min.

Corría el año 1858 cuando John Carter fundaba la J. and A. Carter, más tarde conocida como Carters. Tal y como podemos leer en Grace’s Guide, página especializada en empresas británicas, su despunte se produjo hacia 1915. Por aquel entonces empezó a desarrollar material hospitalario y en especial ambulancias, así como equipos para ayudar a personas con movilidad reducida o que les facilitasen algunas tareas (os recomendamos ver los carteles publicitarios de Carters). Pero unos años antes, ya había desarrollado triciclos eléctricos. Un ejemplar datado en 1904, y de nombre Carters Electric Motorette, se pondrá próximamente a subasta. Se trata sin duda de un vehículo histórico.

Debemos pensar que aunque “el boom eléctrico” parezca algo reciente, tiene más de un siglo. De hecho, los vehículos eléctricos existieron antes de sus homónimos de gasolina, y fueron ampliamente utilizados hasta que la mayor inversión en los motores de combustión dejó a los eléctricos a un segundo plano. Sirva como ejemplo que ya a finales del siglo XIX había taxis eléctricos en Londres firmados por Walter C. Bersey.

En Nueva York también había vehículos semejantes, desarrollados por la Samuel’s Electric Carriage y la Wagon Company. Hablamos de 1897, momento en el que estos vehículos estaban por delante de aquellos más modernos pero con motores ruidosos, humeantes y que encima olían mal. En el amanecer del automóvil, pocos eran los que se los podían permitir, y en la alta sociedad eran preferibles los eléctricos (sin manivela, sin humos, las señoras no manchaban sus vestidos…).

Carters Electric Motorette 11

J. and A. Carter contaba ya por entonces con un triciclo. Se caracterizaba por su asiento tipo pullman (usados en ferrocarriles) con amortiguación de ballestas, dos ruedas traseras y una delantera sobre la que operaba la dirección. El motor y la batería iban montados detrás del asiento, siendo capaz de funcionar tanto con 6 V o 12 V. En las fotos de World Wide Auctioneers se pueden ver detalles como la de la placa con el número de serie de su constructor Carters (con la fábrica en el 125, 127, 129 de Great Portland Street), o la caja de conexiones eléctricas (por llamarlo de laguna manera), situado en la parte delantera.

Este Carters Electric Motorette en concreto era más pequeño de los que se utilizaban normalmente en Estados Unidos. Su propietario americano lo adquirió en Londres, en 1904, y lo importó a Rutland (Vermont), donde lo estuvo usando de forma asidua hasta 1942 en  sus desplazamientos cotidianos: ir a la tienda, oficina de correos, banco, etc. Su velocidad de 30 km/h y su autonomía de casi 35 km eran más que suficientes. Hoy en día sería las prestaciones que tendríamos en un patinete eléctrico, pero viajando como un marqués, cómodamente sentado.

A pesar del uso que se le dio, de casi 40 años, lo cierto es que se encuentra en un más que perfecto estado, incluyendo el tapizado original (y un techo de tela que no se ve en las fotos). Si tenemos en cuenta que roza los 115 años, no los aparenta, y seguramente que con una batería moderna y un repaso de la instalación eléctrica podría seguir ejerciendo el trabajo para el que fue diseñado sin mayores problemas.

Carters Electric Motorette 07

Su manejo es relativamente sencillo: mientras con la mano izquierda se opera la dirección, con la derecha se maneja un mando que se mueve hacia adelante y hacia atrás, como el telégrafo del puente de un barco, o el controller de una grúa. Nos imaginamos que como en este caso, tendrá varios puntos de contacto intermedios, y con ellos manejamos la velocidad del vehículo a la que queremos circular, pero también frenamos aunque hay también un freno de mano/palanca.

De momento no hay precio estimado, pero hace un par de años otro Carters Electric Motorette similar se vendió en aproximadamente 1.500 euros. Se trata claramente de un vehículo destinado a terminar en un museo, pero no deja de ser curioso ver que la actual revolución eléctrica no es revolución, sino una vuelta a los orígenes.

Comparador de seguros de coche
COMPARTE
Sobre mí

Ender

Japan Rules!!

2
COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
el más nuevo el más antiguo
Notificar de
losejuis
Invitado
losejuis

Creía que era el sofá con ruedas ese que hizo Edd China xDD

Pablo Mayo
Editor

Se parece bastante, la verdad, aunque el de China tiene base Mini:
https://espirituracer.com/curiosidades/edd-china-y-sus-muebles-rodantes/


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.