Corría el año 2009 cuando se presentó la Gilera Nexus 300, una evolución respecto de la anterior Gilera Nexus 250 que se venía vendiendo desde comienzos de siglo. Esta moto venía a cubrir ese hueco de todas aquellas personas que por practicidad y comodidad querían un scooter para el día a día, pero que no estaban dispuestos a renunciar a algo de deportividad o una estética sport.
Gilera siempre se ha distinguido por esto, por hacer scooters deportivas para todos aquellos a los que nos gusta conducir y no sólo buscamos un vehículo para ir de A hasta B, cuyo máximo exponente fue la Gilera GP 800. La verdad es que la Nexus consigue esto con creces, aunque nunca ha llegado a ser un superventas. A mí por lo menos me cuesta verlas por las calles. Actualmente se puede volver a ver con otras insignias, la Malaguti Madison 300.
Y es que Gilera siempre ha ido un poco de tapadillo. Salvo aquella mítica Gilera Runner de la época dorada de las “cincuentillas”, pocos modelos más se recuerdan de esta firma. Pero huelga decir que está bajo el paraguas del grupo Piaggio y eso hace que tenga acceso a todo el i+D y ese buen saber hacer en materia de scooters de la matriz italiana, solo que aquí les dan este toque picantón final.
Precisamente, a nivel mecánico utiliza el motor de 278 cc Quasar que ya empleaban otros modelos del grupo italiano como la Piaggio MP3 o la Vespa GT. Desplegaba todo un arsenal tecnológico como las cuatro válvulas por cilindro o la refrigeración líquida, gracias a la cual erogaba unos correctos 22,4 CV de potencia.
Los motores de scooter por norma general no suelen ir tan apretados como los de otras motocicletas. Pensad que son vehículos para rutina, día a día y también orientados a tener unos mantenimientos económicos.
Pese a que la potencia tampoco impresione, es suficiente para ir por vías de circunvalación e incluso viajes por autovía, ya que coge unos 150 km/h de punta, por lo que a 120 km/h, aunque no vaya especialmente relajado, se puede tirar durante cientos y cientos de kilómetros sin miedo a romperlo. Al estar refrigerado por agua, la temperatura del mismo es siempre homogénea y eso ayuda a que se cuide más el motor.
A nivel de parte ciclo es un modelo cumplidor, con un chasis tubular del que destaca su gran rigidez, horquilla frontal de 35 mm y una pareja de amortiguadores gemelos para el tren trasero que permiten regular la precarga en tres posiciones.
Donde quizá falla un poco esta Gilera Nexus es en la vertiente práctica. No se puede tener todo. Precisamente, para conseguir un chasis rígido se renuncia al característico suelo plano de otras scooters y que tan práctico es a la hora de llevar bultos o carga entre las piernas, por no hablar de la comodidad que implica a la hora de subir y bajar de la moto. La Gilera Nexus lo compensa con un generoso hueco bajo el asiento en el que, según la marca, caben un casco integral y otro de tipo jet.
Es por ello que esta moto no está tan enfocada en ciudad y recorridos de rutina como otras scooters más pequeñas y “ratoneras” de suelo plano. La Gilera Nexus, gracias a una potencia respetable, una protección aerodinámica muy correcta y una parte ciclo de garantías, se presta más a salir por carretera e incluso a hacer viajes con ella.
A nivel estético destila diseño italiano por los cuatro costados y además con una personalidad bien marcada. Siguiendo los cánones de aquella época, cuenta con numerosas aristas y ángulos, por no hablar del bifaro delantero, de inspiración claramente sport. De segunda mano se pueden encontrar unidades desde algo menos de 2.000 euros hasta los 3.000 de las que se encuentran en un mejor estado de conservación y kilometrajes más bajos.
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Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS