Reconozco mi debilidad por los motores de uno y dos cilindros en motos de carreras de esas míticas categorías denominadas SoS y BOTT, que invadieron las parrillas durante la década de los 90. Mucho par y empuje a bajas vueltas, unido a una ciclística de competición y un peso extremadamente bajo. La de hoy es una de las primeras que responde a ese concepto. Hablamos de la exclusiva Gilera Saturno Bialbero “Piuma”.
Nombrar Saturno no es mirar al Sistema Solar, es recordar un modelo mítico del fabricante italiano como Gilera. Todo arrancó en 1940, año en el que fue dada a conocer la Gilera Saturno original. En 1987 se lanzó el segundo modelo que usaba esta denominación, la Gilera Saturno Bialbero de 500 cc (y de la cual hablaremos próximamente). Era una moto de aspecto curioso, precursora de las motos sport de un cilindro como la Honda 644 Super Mono, que os hemos traído recientemente.
Cuando el ex ingeniero de Bimota, Federico Martini, se unió a Gilera en 1989, empezó a trabajar en la Gilera Saturno Bialbero Corsa. Se trataba de una versión de competición del modelo de calle, perfecta para devolver a la marca italiana a la competición tras tres décadas apartada. Y la jugada les salió perfecta, porque con una moto acabada el día antes de la carrera, y en manos de Alan Cathcart, se llevó la victoria en la carrera de la categoría Sound of Singles celebrada en Monza ese año.
La victoria no dio sino alas al proyecto. Pero Martini sabía que para ser competitiva debía hacer cambios drásticos en su diseño. Es decir, conservar el motor y poco más, construyendo una moto completamente nueva a su alrededor y que sería conocida como la Gilera Saturno Bialbero “Piuma”. Y lo de Piuma, que no deja de ser “pluma” en italiano, le venía que ni al pelo.
Se construyeron un total de 51 motocicletas entre 1990 y 1991, todas de forma artesanal. De estas, 49 fueron vendidas y una fue regalada al propio Cathcart, por su victoria el año anterior (la número 023), mientras que la última equipada con luces y claxon, se quedó en la fábrica para ser usada como prototipo de una supuesta versión de calle que nunca llegaría.
El primer trabajo se centró en aumentar el rendimiento del motor. Del propulsor de 492 cc (92×74 mm), se aumentó el diámetro hasta los 98 mm y conseguir así cubicar 558 cc. Esto permitió instalar una culata con válvulas más grandes y aumentar la relación de compresión ligeramente. Los árboles de levas tenían un alzado más agresivo y la caja de cambios, de cinco velocidades, contaba con una relación muy cerrada para aprovechar un motor con una banda de uso relativamente estrecha, y que daba lo mejor de él mismo entre casi las 7.000 vueltas y poco más allá de las 8.000 RPM.
El carburador de 40 mm se cambió por un Dell’Orto de 42 mm de tiro directo, con el que había que lidiar dada la dureza que generaba en el puño del gas. Con una puesta a punto perfecta, el motor ganaba 11 CV respecto a la versión de calle y anunciaba 55 CV a 8.250 vueltas (sin filtro de aire y a megáfono abierto, como debe ser una moto de carreras). Prescindía de batería o arranca a patada, y se ponía en marcha conectando unas baterías externas ya que a empujón era imposible.
El motor se instaló en un chasis de doble viga de aluminio, derivado del de acero que se usaba en las Gilera SP01 y la Gilera SP02 (que estaba a punto de ser presentada). El basculante con refuerzos interiores también era de aluminio. Delante montaba una horquilla Marzocchi con 40 mm de diámetro de barras, la misma de la SP02 pero con diferentes tarados y un recorrido acortado (de 120 mm pasaba a 100 mm). El amortiguador trasero, con un sistema progresivo de bieletas, también estaba firmado por Marzocchi.
Las llantas en 17″ eran de magnesio y montaba un doble disco delantero de 260 mm con pinzas de cuatro pistones, asistidos por uno trasero de 210 mm.
Lo más llamativo de la Gilera Saturno Bialbero “Piuma” era su peso extremadamente bajo. No tanto para la categoría, pero sí teniendo en cuenta de la moto que derivaba. Para que nos hagamos una idea, declaraba en seco solo 118 kg, lo que eran 2 kg más que la citada Gilera SP02. Y a todo el mundo le queda claro que un motor 125 cc de dos tiempos es mucho más ligero que un “monoperolo” de casi 600. Sin duda, era toda una “pluma”.
El problema vino derivado de que sus 55 CV se antojaban escasos frente a los 70 CV y 100 kilos pelados que declaraban sus competidoras japonesas o italianas, como la Ducati Supermono. Esto le obligaba a lidiar contra ellas a base de agilidad y de pilotos que pusiesen lo que le faltaba a la moto.
Pero para Gilera esta moto era un escaparate en las carreras, y con un carenado que era el mismo de la Gilera SP01, los aficionados veían una moto de competición igual a la que podían comprar para la calle. O al menos estéticamente.
La Gilera Saturno Bialbero “Piuma” costaba, cuando fue lanzada, la friolera de 18 millones de liras. Eran más de un millón y medio de pesetas (9.300 euros) de 1990. Precisamente, el ejemplar de Cathcart fue vendido hace tres años en una subasta (ojo a la galería) por casi 12.000 euros, lo que nos parece literalmente un chollo.
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS