Si la semana pasada hablábamos de la CB Seven Fifty como un modelo muy completo dentro de la familia CB de Honda, hoy traemos a la hermana mayor que sigue sus pasos, aunque más bien sigue los pasos de la CB1100 Super Four que fue presentada allá por 1992 y que en nuestro mercado no tuvo una gran acogida. Por ello la marca con la CB1300 actualizó su fórmula con unos componentes mas actuales y con el motor de mayor cilindrada que se ha montado en la gama CB, algo que le aportaba el extra de pimienta y sal que quizá algunos echaban en falta.
Aunque fue presentada en 1998, la CB1300 únicamente salió a la venta para el mercado japonés, y en Europa tuvimos que esperar cinco años, hasta que en el año 2003 la marca decidiese a empezar a vender una evolución de este primer modelo. Esta decisión quizá vino marcada por la apertura del nicho de mercado por parte de la Yamaha XJR1200-1300 y la posterior Kawasaki ZRX 1200 que en la marca, con la desaparición de la CB1000 Super Four, habían dejado sin cubrir.
Estéticamente es una moto que busca jugar con la elegancia de los modelos clásicos y la utilización de componentes actuales que podemos encontrar en modelos naked de corte mas deportivo, por lo que cuando echamos un vistazo al conjunto no vemos una moto retro al uso que busca evocar a modelos anteriores -como se hace en la actualidad-, sino una moto que ha envejecido muy bien por mantener un diseño sencillo y limpio.
El motor que se decidió emplear fue un tetracilíndrico de nueva creación con refrigeración líquida, cuya cilindrada es de 1.284 cc, posee distribución DOHC y se encuentra alimentado por un sistema de inyección electrónica propio de la marca -PGM-FI- con cuatro cuerpos de 36 mm. Se encuentra asociado a una caja de cambios de cinco relaciones cuya trasmisión final es mediante cadena. Con este motor no se conseguía una elevada cifra de potencia -para su cilindrada-, ya que disponía 115 CV a 7.500 RPM, pero sí que se disponía una contundente cifra de par de 117 Nm desde 6.000 RPM.
La parte ciclo recurre a un chasis de entramado tubular de acero con doble viga desdoblada que va anclado mediante dos amortiguadores paralelos -ajustables en precarga- a un basculante que en este caso es de aluminio. En la parte delantera encontramos una horquilla convencional con barras de 43 mm de diámetro, que dispone de ajuste en compresión y extensión y posee un recorrido de 120 mm.
El apartado de frenos delantero se encuentra compuesto por una pareja de discos de 310 mm que son accionados por dos pinzas Nissin de cuatro pistones. En el eje posterior encontramos un único disco de 256 mm que es mordido por una pinza de pistón simple también de la marca Nissin. El tamaño de los neumáticos y las llantas -de cinco radios- de 17 pulgadas -en ambos ejes- es de 120/70 para la rueda delantera y de 180/55 en la rueda trasera. Un equipo suficientemente eficaz para frenar y darle el suficiente agarre a un conjunto que llega a los 246 kg con todos los fluidos.
Es una moto que fue pensada para realizar largas kilometradas, y esto lo podemos observar en detalles como su asiento corrido a doble altura con generosas dimensiones tanto para piloto como para acompañante, unas estriberas que te proporcionan una postura erguida o un manillar que aunque algo estrecho para lo voluminoso del conjunto se encuentra a una altura que nos permite conducir sin tener que cargar mucho peso sobre las muñecas.
La instrumentación es muy completa y dispone de dos esferas analógicas para el velocímetro y el tacómetro, además de dos pantallas LCD que tienen funciones de reloj horario, nivel de combustible, odómetro total y parcial, temperatura ambiente y del refrigerante, cronómetro, distancia recorrida diaria y hasta recordatorio de intervalo de servicio. Además posee un generoso hueco debajo del asiento en el que poder dejar alguna herramienta, traje de lluvia, e incluso un pequeño botiquín que nos salven de algún inconveniente en caso de ser necesario.
Aunque como comentaba es una moto pesada, la altura del asiento a 790 mm hace que se llegue al suelo con relativa facilidad aunque no seamos pilotos de talla alta, y una vez en marcha el tacto suave y el empuje del motor con muy buenos bajos -y mejor sonido- nos ayudarán a moverla olvidando esos kilos que obviamente se dejan notar en parado.
Es una moto que no nos tiene que llevar a equívocos, acelera y corre de verdad, con una punta de 232 km/h, y que si se lo pedimos nos retorcerá el cuello sin piedad, así que si sois de los que no queréis sentir esa sensación también podéis buscar la versión semicarenada o S, que aunque le quite algo de belleza al conjunto os ayudará en vuestras largas aventuras cargadas de kilómetros.
Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.Tengo una y no la cambio por nada, he pasado por CBFs CBRs F y RR y nada como la CB1300. Cómoda y si sales con algun “estalentao” no haces el ridiculo. Aunque hecho en falta la ST1300 que tenia tambien… soy mayor