La Kawasaki Z H2 es una de las naked más bestias del mercado, pero sobre todo, una de las motos más especiales de su segmento. Es la única con motor sobrealimentado, lo que afecta a su comportamiento, al tacto de conducción y, por supuesto, al temperamento de la moto.

Kawasaki siempre ha sido la referencia en cuanto a motos de altas prestaciones, incluso en lo que se refiere a motocicletas muy locas, como la H2 con motor sobrealimentado. De hecho, se trata de una moto tan especial y única, que nadie ha querido seguir sus pasos cuando, por lo general, las marcas japonesas se persiguen unas a otras en una guerra eterna.

De todas formas, deberíamos decir que nadie fuera de Kawasaki ha seguido sus pasos, pues en el catálogo de la marca existen varias motocicletas que nacieron de la “semilla H2”. Dos modelos a cada cual más distinto, pues una de ellas tiene un enorme carenado y puede llevar maletas y la otra está completamente desnuda y representa lo más bestia en el segmento de las naked –palabra que viene a significar “desnudo en inglés, por cierto–.

La Kawasaki Z H2 no solo es una brutal naked, también se posiciona como la cúspide de la familia Z, con un comportamiento y unas prestaciones muy radicales. No obstante, como cabe esperar, todo gira alrededor de su motor, el mismo que monta la Kawasaki H2, pero ligeramente suavizado. En esta ocasión, la cifra de potencia es de 200 CV, que no es la más alta del segmento, pues hay otras naked con cifras de potencia similares, pero donde nadie puede igualarla es el par: 137 Nm a 8.500 revoluciones.

Su motor sobrealimentado es único en el mercado, y aunque no supere en potencia a otras rivales, por temperamento y prestaciones, está entre las mejores

Es un motor de carrera ultracorta, con pistones de 76 milímetros, que tienen una carrera de 55 milímetros. A pesar de ser un motor sobrealimentado, llama la atención la compresión de 11,2:1, bastante alta, así como el régimen al que obtiene los 200 CV: 11.000 revoluciones.

La estructura de la Z H2 es similar a la usada para la H2 “a secas”, un entramado tubular de acero, aunque el basculante es diferente y procede de la ZX-10R. Las suspensiones Showa –con sistema KECS semiactivo– y los frenos Brembo ponían de su parte para controlar las embestidas del motor, aunque las auténticas riendas proceden de los sistemas electrónicos –ABS en curva, control de tracción, anti wheelie, control de crucero, varios programas de conducción… – gestionados por una plataforma de medición inercial desarrollada por Bosch.

Sin embargo, aunque se trata de una auténtica bestia, las publicaciones más destacadas del mundo de la moto, afirman que la Kawasaki Z H2 es una moto muy utilizable en el día a día, aunque claro, no es tan cómoda como una Kawasaki Z650, por ejemplo.