Moto Guzzi es una reconocida firma de motocicletas italiana, que destaca por sus modelos vintage y por su carácter deportivo. Pero en realidad, Guzzi no siempre fue un fabricante de motos de sabor añejo ni un fabricante de motos “grandes”, por eso de la cilindrada. En sus tiempos pasados, Moto Guzzi, como todas –incluida Ducati o MV Agusta–, tuvo modelos de motores pequeños en su catálogo, no en balde, eran los más populares en aquellos años y en realidad, lo raro era que ofrecieran modelos con motores muy grandes.

De hecho, Moto Guzzi fabricaba también motores “dos tiempos”, la primera montura con motor monocilíndrico “cuatro tiempos” fue la Moto Guzzi Stornello 125 y además, fue una moto que también permitió a Guzzi afrontar la crisis del mercado de motocicletas de años 60 italiana. En aquella época, en Italia se montaban alrededor de 500.00 scooter, pero el aumento de los ingresos en las familias, hizo que su atención se dirigiera al automóvil, tal y como ocurrió en España. Así, las marcas de motos, que contaban con unas elevadas ventas anuales, vieron como las ganancias caían notablemente y se veían obligadas a apretarse el cinturón después de unos años de bonanza.

La Moto Guzzi Stornello 125 llegó para intentar paliar esa caída de ventas y tenía un talante relativamente económico. Se había diseñado con la simplicidad constructiva en mente, con el objetivo de contener los costes de producción y poder ofrecer el modelo a un precio que resultara lo más interesante posible. Se fabricó durante 14 años, entre 1960 y 1974 y contó con versiones de 125 y 160 centímetros cúbicos y contó con una versión “Sport”, que buscaba mantener vivo el espíritu deportivo de Moto Guzzi.

Esa búsqueda de reducción de costes llevó a emplear un chasis de tubos de acero, frenos de tambor en las dos ruedas y suspensiones sencillas –con dos amortiguadores atrás–. El motor, de un solo cilindro y cuatro tiempos, rendía 7 CV a 7.200 revoluciones y permitía a la Guzzi Stornello alcanzar los 100 km/h. La Moto Guzzi Stornello Sport apareció en 1962 sobre esta base, pero recibió algunos cambios para que fuera más potente y rápida, así como para modificar la posición de conducción y el comportamiento.

Lo primero que se hizo fue cambiar la culata e instalar un filtro de aceite centrífugo, con lo que se logró extraer 13 CV a 7.400 revoluciones y la velocidad máxima se aumentó hasta los 110 km/h con una caja de cambios de cuatro marchas. Los frenos todavía eran de tambor, pero se cambió el asiento y se colocaron los semimanillares más bajos.

A finales de 1968 apareció la versión de 160 centímetros cúbicos, que aumentaba ligeramente la potencia y alcanzaba los 118 km/h y para la década de los 70 se añadió la caja de cambios de cinco relaciones.

Fuente foto cabecera: classic.com