Hace algo más de seis meses os hablamos de la Yamaha SZR 660, un curioso modelo japonés que no tuvo el éxito esperado. Pero es interesante saber que existe un antecedente a esta moto, con el mismo planteamiento, pero de origen alemán. La Yamaha llegaría en 1995 pero, en 1994, un pequeño constructor germano tuvo la misma idea al usar el monocilíndrico de 660 cc en una moto con intenciones más deportivas. Esta es la historia de la MuZ Skorpion, también conocida como MZ Skorpion.

Nos vamos a mediados de los años 50, momento en el que se funda la Motorenwerke Zschopau GmbH (MZ para los amigos). Esta nueva firma se erigía sobre lo que antiguamente había sido DKW. Como muchas fábricas pequeñas, sus primeros éxitos se centraron en la competición tanto en velocidad (donde se quedaron a las puertas del título de 125 cc) como en motocross. En 1992, y tras la reunificación alemana, empezaron a tener problemas financieros, pasando a partir de entonces a denominarse Motorrad und Zweiradwerk (MuZ).

MuZ Skorpion Tour

MuZ buscaba ofrecer una alternativa real a los modelos monocilíndricos japonesas. Por aquel entonces estaba metida en competición, concretamente en la categoría de monocilíndricas conocidas como SoS. Decidieron que podría ser una buena oportunidad lanzar una moto de calle con esa misma base, y que fuese económica y fácil de mantener gracias al uso de componentes tomadas de otras motocicletas.

El desarrollo se encargó al especialista británico Seymour Powell. Idearon un interesante chasis tubular que, en vez de soldado, usaba adhesivos de tipo aeronáutico para unir las diferentes partes. A nivel de propulsor iban a contar con el monocilíndrico Rotax que se había desarrollado para la BMW F 650 presentada un año antes. Como en el caso de la SZR 660, Italia estaba muy presente en el proyecto. Pero no sería Belgarda sino Grimeca quien se encargaría de suministrar la parte de ciclo.

MuZ Skorpion Traveler

A medida que se fue desarrollando el proyecto se vio que no conseguirían alcanzar un acuerdo con Rotax, por lo que usaron el Plan B que consistía en coger el motor de cinco válvulas que ya se usaba en la Yamaha XT 660. Empezáis a entender el gran parecido de la MuZ Skorpion con la SZR, y que a Yamaha seguramente no se le ocurrió la idea “en una noche loca de alcohol”. Para el chasis tampoco llegaron a usar la idea original y, con el fin de ahorrar costes, algunos tubos fueron soldados en vez de pegados.

El resultado era una moto muy ligera (173 kg en vacío), con 48 CV y buena pegada a bajas vueltas. A nivel de componentes estaba un poco por debajo de la SZR, montando una horquilla convencional regulable en precarga y compresión, además de un amortiguador trasero regulable en precarga. El freno delantero era un disco de 316 mm con pinza de dos pistones y, detrás, la medida estándar de 240 mm. Venía calzada con neumáticos en medida 110/70 R17 y 150/60 R17.

MuZ Skorpion Replica

Sobre la misma base se hicieron varias versiones. Las primeras en llegar fueron la versión Sport (semicarenada y con un faro muy TRX) además de la Tour, que era completamente naked. Un año después vendría la MuZ Scorpion Traveler, con carenado completo y maletas. Las últimas en llegar, ya en 1996, fueron las versiones Copa y Replica.

Esta última optaba también por un carenado completo y mejoras en la parte de ciclo, basadas en la experiencia en competición: horquilla invertida WP, neumáticos en medida 120 y 160 delante y detrás, dos discos Brembo de 300 mm delante y un peso rebajado a los 168 kg gracias al uso de unas llantas Marchesini. El escape era demás un 2-2 de Sebring elevado con el que se extraía algo más de potencia (50 CV a 6.500 vueltas, 250 RPM por encima del régimen alcanzado por las otras versiones).

Estuvieron a la venta hasta 2004, momento en el cual la marca cesó la actividad. Con ellas se disputaron interesantes copas monomarca, y siempre han tenido fama de fiables (algo lógico si tenemos en cuenta el motor que usan), y también de contar con un mantenimiento bajo además de un buen equilibrio. En España es imposible encontrar una, por lo que habría que importarla. Esto obligaría a matricularla como histórica para poder usarla, ya que nos imaginamos que no cuenta con contraseña europea que pudiese servir en España.