Hay motos que en cuanto las ves sabes que sacarán lo peor de ti. Si eres un tipo educado, de los que dan los buenos días y gracias (lo que hoy se considera ser “rarito”), la Moto del día de hoy sacará lo peor de ti. Y si ya eres un macarra, pues seguirás siéndolo igual, pero con una sonrisa en la cara. Así es la Suzuki TR 50 Street Magic, el azote de las “viejas” en los pasos de peatones.

Posiblemente sea uno de los ¿scooter? ¿ciclomotor? Bueno, una de las motos de 49 cc y dos tiempos menos conocida. De hecho, era más fácil darse de bruces con una Gilera DNA (y mira que son raras) que con una Street Magic. Es más, siempre he creído que el modelo de Suzuki era una DNA que había perdido todos los plásticos por debajo del chasis. No me digáis que no parece que le falta un trozo.

Entre 1998 y 2008, la Suzuki TR 50 Street Magic estuvo en el mercado. Por lo que hemos podido saber, fue muy utilizada por mensajeros en Europa. Dado su pequeño tamaño, te podías colar por casi cualquier hueco. Si entraban tus hombros entre los retrovisores (es una moto extremadamente pequeña, casi una pocket bike) el resto también pasaba.

Como pesaba nada o menos, 75 kg, cuando por ejemplo la Suzuki Katana coetánea pesaba algo más de 90 kg, los 7 CV que entregaba el motor a 7.500 vueltas hacían que fuese muy viva en reacciones y prestaciones. Dicen las malas lenguas que si la deslimitabas, un filtro y un escape más abierto, alcanzaba los 80 km/h (reales, no los de marcador) sin pestañear.

Su chasis tipo underbone estaba claramente por encima de las posibilidades del motor. Una horquilla invertida delante, amortiguador ubicado en el lateral y disco de freno de 180 mm delante ayudado por un tambor de 110 mm detrás era todo lo que necesitabas. Las ruedas, de 12″ con una medida de 120/80 delante y detrás (en versiones posteriores se cambiaron a 120/70 y 130/70), unido a una distancia entre ejes de 1.080 mm (volviendo a la Katana, esta tenía 1.260 mm), cuando tu cerebro se planteaba que era hora de tumbar ya lo habías hecho.

Un faro cuadrado muy “endurero” con una pequeña cúpula, el cuadro de instrumentos tras él con un reloj desplazado a la derecha, y dos intermitentes de grandes dimensiones a modo de orejas, era todo el lujo con el que podías contar. Lo bueno es que si te ibas al suelo era complicado estropear algo, porque realmente no había demasiado que estropear. No llegaba a los extremos de la Yamaha Slider que, literalmente, tenía deslizaderas intercambiables en los laterales, pero casi.

Aunque sea un modelo extraño y poco visto, es posible adquirir una Suzuki TR 50 Street Magic con facilidad. Los precios oscilan entre los 500 euros y los 2.000 euros, dependiendo del estado y la originalidad. Ya sabéis que algunos scooter eran carne de preparaciones, y este tan “macarra” no se libró. Eso sí, si caéis en la tentación, negaremos todo lo que hemos dicho aquí incluso delante de un juez.

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