La Yamaha RZ 350, también conocida como RD 350 LC, fue el epítome de la tecnología de dos tiempos de la compañía, dado que los ingenieros pensaron que podría ser la última moto que tendrían la oportunidad de construir. Cuando se inauguró el XXIII Salón del Automóvil de Tokio en 1979, el stand de Yamaha se inundó de inmediato con una multitud de fanáticos de las motos ansiosos por ver el nuevo modelo.
En 1972 aparecen por primera vez las siglas RD (Race Development). Esa primera RD era una 250 enfriada por aire, y acabó evolucionando hacia los modelos RD 350, RD 400 y RD 500 de refrigeración líquida. También estaban equipadas con el sistema YPVS (Yamaha Power Valve System), dado que sus motores podían generar un mejor índice de eficiencia gracias a la válvula de escape que se abría a partir de las 6.000 RPM, dando un empuje extra que era muy notable al pilotarlas.
Pero en la segunda mitad de los 70, a medida que los controles de emisiones se volvían más difíciles en Estados Unidos, se realizó una investigación de mercado desde Europa para diseñar una sustituta. Este estudio demostró que había muchos con ganas de una deportiva de dos tiempos. La noticia animó a muchos ingenieros que se habían enorgullecido de la reputación de Yamaha por este tipo de mecánicas, y en este punto comenzó el desarrollo de la RZ 350 y 250.
Los ingenieros de Yamaha incorporaron convertidores catalíticos en el sistema de escape, una primicia mundial para una motocicleta a comienzos de los 80
El motor era un bloque de bicilíndrico refrigerado por líquido. Con un tamaño de 347 cm3, el propulsor era un 12 % más ligero que el de la RD 400, y el bastidor también era un 20 % más ligero. Los esfuerzos para hacerla más ligera en busca de un manejo más ágil se extendieron a las partes exteriores, y se usó plástico en los guardabarros, las cubiertas laterales y el cárter.
Con apenas 150 kg de masa en seco y 49 CV, se consiguió una relación potencia-peso superior a 3 kg/CV. Otra cuestión que llamaba la atención era la suspensión delantera, compuesta por una horquilla convencional de aire y aceite, algo inusual en su época. Este mecanismo es efectivo y cómodo, especialmente porque es posible regular la presión del aire y con ellos la rigidez de la suspensión.
Por su aspecto, muchos podían pensar que se trataba de una moto viajera, pero su rendimiento en pista era desdeñable, incluso a pesar de sus llantas de 18 pulgadas en el eje delantero.
La Yamaha RZ 350 era una auténtica deportiva que exigía ir siempre en la zona alta del cuentavueltas para aprovechar su máximo rendimiento
En la década de los 80 los ingenieros japoneses de motocicletas habían avanzado mucho en el diseño del cuadro: los cuadros de espagueti de los años 70 habían desaparecido en su mayor parte. La RZ 350 tiene un marco perimetral de acero tubular que conecta el cabezal de dirección con el punto de pivote del basculante para un manejo óptimo.
Las especificaciones, por supuesto, fueron recibidas con entusiasmo, pero el diseño elegante y refinado también causó sensación, con características que incluían un depósito de combustible blanco perla, llantas de espiral, un gran radiador negro y soportes de aluminio pulido. El cuadro de mandos quedaba presidido por un tacómetro tarado hasta 12.000 RPM, custodiado a ambos lados por un velocímetro con cuentakilómetros total y parcial, y un medidor de temperatura.
Yamaha fue incrementando la potencia de la RZ 350 con el paso de los años, 39 CV en 1980, 59 CV a partir de 1983 y 62,5 CV desde 1986
Cuando terminó el Salón del Automóvil de Tokio los concesionarios se vieron inundados de pedidos. En las clasificaciones anuales de motocicletas producidas en Japón publicadas por la revista Autobike, la RZ 350 ocupó el primer lugar de la lista a pesar de que la votación se había llevado a cabo antes de llegar al mercado.
En marzo de 1981 se puso a la venta, un año después que la RZ 250, y de inmediato se convirtieron en los modelos más vendidos de Yamaha.
Sin embargo, las pruebas de prensa y las experiencias de los propietarios mostraron poco después del lanzamiento algunas debilidades: el cojinete del basculante se guardó en bujes de plástico, que podrían haberse desgastado tras unos pocos miles de kilómetros; los motores que no son cuidadosamente calentados antes de iniciar la marcha podrían exigir, después de 20.000 km, una revisión completa; el consumo podría ascender a más de 10 l/100 km a un ritmo alegre; y los orificios del suministro de aceite en los dos carburadores deben limpiarse regularmente.
Con este modelo, también se homenajeó a uno de los mejores pilotos de la marca de Iwata, Kenny Roberts. Mejor conocido en el mundo de las dos ruedas como “El Marciano” o “King Kenny”, ganó dos campeonatos AMA (1973 y 1974), tres títulos consecutivos en la categoría de 500 cm3 (1978, 1979 y 1980) y tres victorias en la Daytona 200 (1978, 1983 y 1984).
Bautizada como Yamaha RZ 350 Kenny Roberts Edition, se diferenciaba del resto por su librea “Speed Block” amarilla con tintes negros y blancos, y la firma del piloto en el carenado frontal.
Cycle World probó la Yamaha RZ 350 cuando fue lanzada y declaró que “se convirtió en un hecho cotidiano ser invadido por personas curiosas cada vez que aparcamos la RZ. Si el buen aspecto pudiera matar, el RZ sería la bomba atómica de las motocicletas”. Esta moto es una de las grandes antepasadas de la moto deportiva moderna, ahora común, pero en su momento una revelación. Una herramienta específica para enderezar giros y otorgar al piloto emoción.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.Moto mítica donde las haya, recuerdo que en la España de los 80 fue famosísima entre los “quemados” y había tortas por pillar una, porque fue de las primeras deportivas “de verdad” que se pudieron comprar en aquella época por un precio razonable con calidad y sobretodo fiabilidad japonesas… tanto éxito tuvo, que la llamaban la “viuda negra” (casi siempre eran negras) de los “piñazos” que se metían con ella gente poco acostumbrada a manejar tanta caballería… y muchos opinan que fue la puntilla a las marcas tradicionales españolas (Bultaco, Ossa, Montesa) pues los modelos más “punteros” de éstas no… Leer más »