Si la semana pasada os contaba que la Honda NSR 125 R (JC22) era una japonesa con sabor italiano, debido a su fabricación en el país vecino, esta semana no podía dejar pasar la oportunidad de hablar de una japonesa de fabricación española: la Yamaha TZR 125 (3FN), parte de la famosa saga TZR 125.
Este modelo fue producido por Yamaha Motor España, tras dejar de ser el grupo SEMSA -Sociedad Española de Motocicletas S.A-; un grupo creado tras la absorción de la marca española Sanglas por parte del grupo Yamaha y un conglomerado de bancos accionistas. Se produjo en la nueva factoría que construyó la marca en Palau de Plegamans en 1987, tras su presentación en el Salón del Automóvil de París en el mismo año.
Para la pequeña Yamaha de octavo de litro se utilizó una imagen que derivaba de la hermana deportiva afamada del momento, la FZR 600. Contaba con un carenado muy cuadrado, de líneas muy rectas con dos aperturas laterales para mejorar la refrigeración, pero que no dejaba a la vista prácticamente ningún elemento de chasis ni motor.
Los mandos e instrumentación no cuidaban mucho el diseño, aunque eran de sólida construcción japonesa con una instrumentación totalmente analógica, que constaba de una esfera redonda para el velocímetro y otra para el tacómetro, nivel de temperatura y cuatro testigos luminosos muy simples, pero a su vez de fácil lectura.
El motor derivaba de las mecánicas dos tiempos que utilizaba Yamaha para la competición de la época, y era un monocilíndrico refrigerado por agua que entregaba una potencia de 23,94 CV a 10.250 RPM. Contaba con sistema YEIS (Yamaha Energy Induction System), que se encargaba de mantener un flujo de aire óptimo en la admisión para que no se produjese un descenso acusado de par, sobre todo cuando el motor circula a bajas vueltas, empleando una precámara previa a la lumbrera de admisión.
Otra de las señas de identidad del modelo, era el empleo del sistema YPVS (Yamaha Power Valve System) que ya había utilizado en modelos como la RD, consistente en una válvula controlada electrónicamente para regular la lumbrera de escape en función del régimen de giro del motor.
La alimentación se realizaba a través de un carburador Mikuni VM 26 SS, que posee admisión por láminas, bomba de engrase separado con botella para el aceite, a su vez separada del depósito de gasolina, y una caja de cambios de seis relaciones con transmisión final por cadena. Su funcionamiento no es tan puntiagudo como el de los competidores italianos, pero consigue hacer mejores recuperaciones, con una velocidad punta de “sólo” 148,9 km/h.
En la parte ciclo destaca su chasis Deltabox, mucho mas rígido y elaborado que los tubulares coetáneos que presentaban algunas rivales, se trata de un chasis perimetral de doble viga de acero que dejaba al motor colgado por la parte inferior, iba unido a un basculante bastante delgado de sección cuadrada también fabricado en acero.
Las suspensiones no estaban muy elaboradas, siendo quizá la parte mas sencilla del conjunto. La horquilla delantera producida por la marca es de 33 milímetros, no dispone de ningún tipo de ajuste y tiene un tarado muy blando. El monoamortiguador trasero sí dispone de un sencillo ajuste en precarga y también es producido en casa.
En cuanto a frenos y ruedas tenemos dos versiones, los modelos de 1987 y 1988 que montan llantas de tres radios dobles en ambos ejes, y en el eje posterior se monta también un freno de tambor de 130 mm. A partir del año 1989 se montó un equipo de freno trasero con disco, y unas llantas de tres radios simples mas ligeras. La frenada delantera siempre se encomendó a un equipo con un generoso freno de disco de 245 mm y una pinza de pistón simple con una buena potencia para parar el conjunto, de solo 119 kg.
El tamaño de las ruedas era mas propio de un ciclomotor de 50 cc que de una motocicleta de 125 cc con unas prestaciones algo mas serias, concretamente la medida delanteras es de 90/90 en llanta de 16 pulgadas y la medida trasera de 100/90 en llanta de 18 pulgadas.
La moto en sí nació quizá un poco desfasada respecto a sus competidoras Italianas, que contaban con una parte ciclo de mayor calidad y motores ligeramente mas potentes, pero el menor precio de la TZR junto con una puesta a punto algo mas neutra y un motor fiable y plano para los estándares de los motores sin válvulas, hizo que tuviese un buen nivel de ventas y gran aceptación por parte del público.
Aún así, Yamaha en 1991 decidió que las nuevas TZR 125 (4DL) o TZR 125 R, se producirían en la fábrica que la marca tenía en Italia, elaborando una moto mas puntera con un nuevo chasis de aluminio y un motor mas potente, pero a su vez tomaron la decisión comercial de que no se vendería en nuestro país, por lo que las unidades que encontramos son prácticamente importaciones de aficionados y coleccionistas.
Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.COMENTARIOS