Hace más de cinco años que KTM nos presentó su Duke 390 con un motor que se encontraba dentro de la potencia máxima permitida para el carnet A2 sin necesidad de limitación, y desde ese mismo momento muchos éramos los que pensábamos que ese motor sería un gran aliado en una trail de iniciación con la que poder disfrutar en el campo y viajar con garantías y comodidad cuando apeteciese pisar la carretera.

Se ha hecho esperar, pero la nueva KTM 390 Adventure ha llegado para quedarse. Principalmente por que la calidad de su parte ciclo está un punto por encima de lo que podemos encontrar en su competencia directa, y conjuntamente tiene buenas aptitudes offroad y no solo una estética aparente, como veremos a continuación.

Para demostrar sus intenciones, la nueva Adventure pasa a utilizar una llanta delantera de fundición de aluminio de 19 pulgadas con neumático estrecho en medidas 100/90, y una llanta trasera también de fundición de aluminio de 17 pulgadas con un neumático 130/80. En ambos ejes se utilizan unos neumáticos mixtos Continental TKC 70 diseñados para tener un buen compromiso tanto en tierra como en carretera.

Otro de los puntos donde nos deja clara que no es únicamente una moto aparente, es con un conjunto de suspensiones enfocado para los terrenos offroad. La horquilla delantera es una WP APEX invertida multiajustable, con los reglajes divididos en cada barra, la compresión se ajusta en la barra izquierda y la extensión en la derecha. Las barras son de 43 mm de diámetro y cuentan con un recorrido de 170 mm. El monoamortiguador trasero también de la misma marca y modelo posee a su vez un generoso desplazamiento de 177 mm y es también ajustable en precarga y extensión.

El apartado de frenos varía ligeramente respecto a sus hermanas que ya conocíamos, ya que ahora pasa a montar un disco delantero de 320 mm -en lugar de 300 mm que montan sus hermanas Duke y RC-, y aunque su pinza delantera parece la misma Bybre -filial de Brembo encargada de motos de pequeña cilindrada- de anclaje radial y cuatro pistones opuestos, ahora cuenta con un novedoso sistema de ABS desconectable de dos canales de Bosch 9.1 MP.

Este avanzado sistema ABS es capaz de reconocer la inclinación de la moto, para ajustar la potencia de frenado en curva y no bloquear ninguna de las ruedas. También, si lo desconectamos, su funcionamiento lo que hace es que no haya ningún tipo de intervención en la rueda trasera y a su vez reduce la intervención en la rueda delantera para que la frenada sea mas efectiva sobre tierra.

La gestión electrónica se ha modificado incorporando un nuevo sistema de control de tracción -MTC- que actúa sobre la rueda trasera, evitando su deslizamiento de una manera suave y progresiva. Además de la nueva gestión electrónica, ahora se complementa con la posibilidad de incluir de manera opcional un sistema Quickshifter+ con el que no necesitaremos accionar el embrague a la hora de realizar cambios de marchas, ni cortar gas.

A nivel de motor y chasis no muestra grandes cambios, y se mantiene el mismo chasis multitubular con ligeras modificaciones y también el mismo propulsor monocilíndrico cuatro tiempos de 372 cc que rinde 43,5 CV. Este propulsor recordemos que cuenta con distribución DOHC, eje de equilibrado para mitigar vibraciones y acelerador electrónico Ride by Wire de respuesta dulce y consumo bajo, aunque ahora ha sido adaptado para la normativa Euro 5.

El equipamiento tecnológico es grande, con iluminación LED tanto para el faro delantero, piloto trasero e intermitentes. El cuadro de instrumentos se realiza a partir de un panel TFT a color de 5 pulgadas que muestra información que se puede configurar a través de un mando situado en la piña izquierda del manillar, además, cuenta de serie con la aplicación KTM My Ride con la que podremos conectar nuestro móvil a la pantalla y utilizar funciones como recibir llamadas si llevamos un intercomunicador o utilizar el GPS.

Sin ningún tipo de duda podemos decir que la espera ha merecido la pena, y que este modelo va a sentar cátedra en el segmento.