El Salón Comercial de la Motocicleta, denominado este año Motorama Madrid 2021, ha vuelto a ver reducida su asistencia de forma importante a pesar de que las medidas sanitarias han permitido cierto nivel de normalidad. La organización ha informado de una asistencia de 11.000 personas los tres días que se celebró el evento, del 4 al 6 de este mes, viernes a domingo.
Hay que resaltar que es el primer evento motero de cierta importancia en un periodo de 15 meses tras el aluvión de cancelaciones debido al COVID-19. Es más, el Motorama de 2020 se celebró el fin de semana anterior al primer estado de alarma y el confinamiento general, y ya sufrió una caída notable de visitantes respecto al Motomadrid 2019 -así se llamaba- porque empezaba a calar en la población el temor al coronavirus.
En nuestra crónica del año pasado informamos de que la asistencia había caído un 30 %, hasta 28.000 visitantes, frente a los niveles de 2019, cuando la cita madrileña tuvo una asistencia de 39.100 personas. Pecando un poco de ingenuos, tanto nosotros como la organización creímos que el Motorama 2021 se celebraría en las mismas fechas, segunda semana de marzo, este año. Obviamente no fue así.No solo el tráfico de visitantes ha caído a su cuarta parte en un plazo de dos años, también se ha notado una bajada importante de la superficie de exposición. Mientras el año pasado había tres plantas completas del Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, este año solo se ha ocupado la superficie del piso superior, además de las tradicionales carpas en exteriores.
La organización ha respetado todas las medidas sanitarias y de aforos, con especial cuidado por la ventilación del espacio, pero es evidente que hay una caída muy importante también de expositores. Es más, durante la primera mitad de la jornada del viernes, que estuvimos allí, ya notamos una afluencia de público muy inferior a la esperable en un evento de estas características.
La media de asistencia de los últimos años (pre-pandémicos) era en torno a 40.000 personas
Entre las marcas con representación podemos citar a Aprilia, Moto Guzzi, Benelli, Brixton, Keeway, Wottan, Hyosung, Segway, UM, Polaris, Linhai, Voge, y Lambretta. También había motos disponibles para probar de las marcas Harley-Davidson, Triumph, Super SOCO o Brixton, entre otras. No había una demanda especialmente alta para pruebas, de hecho, apenas tuvimos que esperar para probar un par de modelos. En función del tráfico, fueron recorridos de 15 a 25 minutos, aproximadamente.
Novedades en el sentido de primicias no vimos ninguna, aunque novedades a secas sí podían verse. Kawasaki ZX-10R, Harley-Davidson Pan America 1250, Aprilia RS 660 (que probamos hace unos meses), Triumph Trident 660 o Zontes M310 estuvieron a disposición del público al menos para poner las posaderas sobre sus sillines. El puntito exótico lo puso un sidecar Ural M-72, la evolución “moderna” de una reliquia que se diseñó en los años 30.
Como siempre, hubo descuentos para unidades nuevas o con pocos kilómetros, algunos puestos donde comprar material y equipación a precios muy atractivos, asociaciones y exposiciones -ya vistas, eso sí- de motos de Policía, algunas clásicas, etc. Pero no fue suficiente para atraer al público que cabría esperar, incluso considerando la situación actual de la pandemia.
A fin de cuentas la Comunidad de Madrid y autonomías limítrofes no ponían ya pegas a los desplazamientos, de hecho, unas pocas poblaciones tienen confinamientos en España hoy día y son muy específicos. Tampoco era un problema el precio de la entrada -12 euros-, ni la restricción de aforos, tampoco fue un impedimento el clima. Al menos los asistentes pudieron beneficiarse de todo lo bueno de una baja asistencia: las colas no fueron un problema.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.COMENTARIOS