Una de las novedades más importantes que se han presentado estos días en el EICMA de Milán ha sido la Kawasaki Z 400, una naked de media cilindrada ideal para todos aquellos motoristas con el carné A2 recien sacado. La Z 400 es uno de esos productos “redondos” que combinan numerosas virtudes y cuentan con un equilibrio perfecto, pero puede que eso no sea suficiente para triunfar, al menos en nuestro país.
La llegada de este modelo era un secreto a voces, ya que hace unos meses se descatalogó la Kawasaki Ninja 300 para dar paso a la nueva Ninja 400. Como la naked y la deportiva tienen muchas cosas en común, era sólo cuestión de tiempo que la zeta se actualizara con 100 cm3 más y el nuevo chasis que ya montaba su hermana carenada.
Mecánicamente, la Kawasaki Z 400 es una moto hecha a la medida del permiso A2. Con su bicilíndrico en linea de 400 cm3 y sus 45 CV de potencia está casi al límite de lo que permite esta licencia. Por otra parte, con tan solo 167 kg de peso en orden de marcha -tres menos que el modelo previo- estamos ante una auténtica peso pluma.
Aun a riesgo de ser repetitivo, he de destacar la importancia de un peso bajo. Con poco kilos los caballos de la moto cunden más y las aceleraciones son más contundentes. El peso también influye en la agilidad de la moto y en la rapidez de esta a la hora de realizar cambios de dirección. Por último, un bajo peso significa que a nosotros, como pilotos, nos va a suponer mucho menos esfuerzo efectuar maniobras con la moto, especialmente en parado.
La parte ciclo de la Kawasaki Z 400 es correcta teniendo en cuenta las prestaciones del modelo. El chasis es de tipo tubular y emplea el propulsor como elemento central de la estructura. La horquilla delantera es de tipo convencional, pero de unos razonables 41 mm de diámetro, mientras que atrás monta el sistema Uni-Trak con bieletas. Para el equipo de frenado se recurre a un disco semi flotante de 310 mm y pinza de doble pistón y, en el eje trasero monta un disco de 210 mm. Además, viene equipada de serie con un sitema ABS firmado por Nissin.
La distancia entre ejes es de tan solo 1.385 mm, por lo que podemos esperarnos un conjunto muy vivo y ágil, ideal para zonas reviradas. Por otra parte, el asiento se sitúa a unos democráticos 785 mm del suelo, reforzando más esa faceta de moto asequible y para todos los públicos. Se va a ofrecer en dos colores: Candy Lime Green -verde y negro para los amigos- y Candy Cardinal Red –rojo y negro-.
En cuanto a equipamiento, encontramos algunos gadgets curiosos y que no suelen ser habituales en este segmento, como el nuevo embrague asistido, que permite accionar la maneta con una mínima cantidad de fuerza y por ende con mayor control y precisión. Aparte de esto, el modelo también cuenta con iluminación LED para las luces de carretera y el piloto trasero.
A falta de poder echarle el guante a una de estas, sobre el papel podemos hacernos a la idea de que la Kawasaki Z 400 es una moto muy válida tanto para moteros que acaban de llegar a este mundillo y tienen el carné recien sacado, como para otros conductores más senior pero que saben lo que quieren, que no necesitan más, y les da igual la aparienca o fardar.
Con esta potencia ya no tienes problemas para viajar, hacer rutas largas o incursiones por la autovía. No tendrás la sensación de que el motor va forzado. Por otra parte, ya hemos destacado el caracter amable y de iniciación que tiene el modelo, pero es que además, tiene pinta de ser un conjunto muy divertido y ágil si se lleva por las carreteras adecuadas, cuanto más ratoneras mejor.
En resumidas cuentas, estamos ante un modelo que en teoría tiene todos los ingredientes necesarios para triunfar, a la espera de conocer su precio definitivo, pero cuyo principal problema lo tiene en casa. En España siempre hemos sido de burra grande, ande o no ande.
Muchos moteros prefieren empezar con una moto enorme y pesada como la Kawasaki Z 900 -por no salirnos de la marca- pero limitada a 48 CV, en vez de decantarse por opciones más racionales y didácticas como la protagonista de esta entrada. Sobre la idoneidad de decantarse por una opción o la otra, hablaremos próximamente en estas páginas.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS