El pasado domingo, pese a lo desapacible del tiempo, se reunieron en Madrid entre 5.000 y 7.000 moteros para reclamar al consistorio capitalino más sensibilidad con el colectivo de las dos ruedas. Desde la implantación de Madrid Central, moverse por la zona centro de la ciudad es más complicado, a menos que se trate de residentes o con alguna exención. De hecho, el recorrido de la manifestación tuvo que alterarse porque por la Gran Vía (pleno Madrid Central) no podían circular las motos clásicas que se adhirieron a la convocatoria de Madrid en moto sí.

Ahora mismo solo se puede acceder de forma libre a Madrid Central con el distintivo ambiental CERO o ECO de la DGT, que lo tienen prácticamente en exclusiva modelos eléctricos y en función de su autonomía. Con distintivo B o C se puede acceder, pero solo de 07:00 a 22:00, salvo que se entre en un aparcamiento. Sin distintivo ambiental solo se podrá entrar a garajes particulares, eso sí, solo hasta el 31 de diciembre de 2019.

Bien es cierto que las motocicletas también tienen emisiones contaminantes, pero tienen ventajas respecto a los vehículos de turismo, como que ocupan menor espacio paradas y en movimiento, que son más ágiles en el tráfico, y que evitan mucho tráfico de búsqueda de sitio pese a las restricciones de la nueva ordenanza en cuanto a dónde aparcar en la calle.

Pregúntome qué pasaría si, estando las motos sin limitaciones para moverse por Madrid Central, al menos las que tienen distintivo ambiental, se podría notar alguna mejoría en el tráfico. Una moto con distintivo B no resulta precisamente cara en el mercado de segunda mano -salvo que sea algo muy especial o muy potente-, y hay muchas opciones de primera mano con cilindradas pequeñas que pueden retirar de la circulación turismos, sobre todo si va únicamente una persona.

En otras palabras, permitir la libre circulación de motos con distintivo ambiental -aunque sea con el B- facilita al ciudadano medio tener un vehículo más amistoso con la urbe en caso de no poder reemplazar su turismo por uno que tenga libertad de movimientos por ciudad. Habría que hacer algún estudio al respecto. Aumentar la cultura motera en ámbito urbano puede tener consecuencias positivas, y aunque hablemos de vehículos contaminantes, notarse alguna mejora que prohibiéndolos o poniéndolos trabas.

Más de uno argumentará que montar en moto es peligroso, que se pasa frío en invierno y calor en verano, etc. A todo puede acostumbrarse uno, especialmente si uno se equipa en condiciones y utiliza la motocicleta correcta para el día a día, las escapadas de fin de semana son harina de otro costal. Con la tradición motera que ha habido en este país, creo que no estoy hablando de un imposible.

Yo ahí lo dejo.

Podéis ver cómo fue la jornada, de forma resumida, a través del videoblog de Mario Camacho: