Previamente os trajimos hasta espíritu RACER moto una de las motocicletas más revolucionarias y especiales que se han fabricado en la Galia, la Barigo Tanagra. Hoy queremos seguir con la que de algún modo seria su sucesora, la Barigo Supermotard 600 o SM 600, además de una versión mucho más completa a nivel usuario y que no hizo más que recalcar la magia que podría salir desde la fábrica francesa.
Recordemos que aquella Tanagra de algún modo inventó lo que hoy conocemos como supermotard, sorprendiendo a propios y extraños en el Salón del Automóvil de París de 1986, gracias a un diseño revolucionario que ni los gurús europeos del diseño habían soñado, ni los disciplinados japoneses habían podido visualizar en ninguno de sus proyectos.
Pues tras aquella “Magia negra”, nombre con el que se quiso bautizar inicialmente a la Tanagra (no se pudo por temas comerciales), nació a finales de 1991 y se empezó a comercializar meses después la Barigo SM 600, llena de detalles y argumentos dignos de un orfebre que busca reflejar en ella su esplendorosa obra maestra.
La Barigo Supermotard 600 llegaba como relevo de la Tanagra, que tanto revuelo creó seis años antes en el momento de su presentación
Como decimos, todo en esta nueva versión es digno de ser observado al detalle, porque todo ello es lo que la hace especial y única a partes iguales, como por ejemplo su renovado propulsor Rotax, con refrigeración mixta de aire-aceite, y unas cotas internas de diámetro por carrera de 97 mm por 81 mm. Este motor además contaba con detalles como un triple encendido o doble árbol de levas, estando la alimentación a cargo de un doble carburador Dell’Orto de 36 mm.
El propulsor austriaco era capaz de desarrollar una potencia final de 61 CV a 8.000 RPM, con un par máximo a la rueda trasera de 59 Nm a 6.000 RPM, consiguiendo transmitir por medio de su cambio de cinco relaciones una sensación constante de potencia y logrando alcanzar una velocidad máxima de unos 180 km/h, aunque como es evidente, este no era el fin de la Barigo.
Pero como ya hemos hecho referencia, esta motocicleta destaca ante todo en los detalles y en ellos es donde reside su exclusividad. Véase la toma de aire situada en la parte superior del depósito o su doble salida de escape por debajo del guardabarros trasero, confiriéndole una estética brutal, porque no olvidemos que esta moto se produjo hace casi 30 años.
Además de un potente motor producido por los austriacos de Rotax, esta Barigo contaba con una parte ciclo colmada de elementos de calidad y a la altura del resto del conjunto
Por otro lado, y como no podía ser de otra manera, la Barigo Supermotard 600 gozaba de una parte ciclo de primer nivel, y buena prueba de ello es su chasis perimetral fabricado en aluminio y arropado por un kit de fibras de apariencia racing, gracias a las tomas de aire aplicadas en estas, que además de darle un look más agresivo, ayudaban a la refrigeración de los colectores de escape.
Para esta versión mejorada de aquella Barigo “Magie Noire”, se optó por la implementación de llantas de 17 pulgadas (al igual que haría Gilera con su novedosa Nordwest 600 unos meses antes), que podían ser radiales o de cinco palos forjadas en aluminio, las mismas que vimos en la Barigo Onixa 600 un año después, ambas calzadas con neumáticos 120/60 R17 y 150/60 R17 delante y detrás, respectivamente.
En otro de los aspectos donde se evolucionó en la Supermotard 600 fue en la frenada, y para esta ocasión se optó por un disco flotante delantero de 310 mm con pinza de cuatro pistones, que opcionalmente podía ser de seis para los clientes más exigentes. Atrás la medida era de 220 mm y la pinza monopistón, todo ello suministrado por la marca francesa Beringer.
Las suspensiones, dado el modo de empleo esperable de la Supermotard 600, debían ser de primer nivel, y para ello la compañía gala dispuso de una horquilla invertida telescópica con barras de 40 mm en el frontal de su SM, así como un mono amortiguador accionado por un sistema de bieletas, siendo en este caso WP la empresa que fabricaba el kit al completo.
Al igual que luego sucedería con la Barigo Onixa, la Supermotard 600 disponía de llantas forjadas en aluminio, aunque también teníamos la opción de elegir unas de tipo radial
Con todo esto, esta Barigo Supermotard 600 se convertía en una poderosa motocicleta reina del drift, gracias a un contenido peso en seco de 132 kilogramos declarado por la marca, a lo que había que sumarle un buen aplomon logrado entre otras cosas por una distancia entre ejes de 1.520 mm. La altura del sillín quedaba a 851 mm del suelo, por lo que había que tener “las patas largas” para sacar el pie en las curvas.
Pero la triste realidad es que tan solo se fabricaron 48 unidades de aquella máquina tan singular durante aquel 1992, ya que ni la marca tenía medios para una producción mayor y el precio por aquel entonces de la Barigo no estaba al alcance de todo el mundo, haciéndola aún más exclusiva si cabe.
Hoy en día es muy complicado que alguien que tenga una y se deshaga de ella, ya que esta moto es parte ya de la historia de la extinguida marca y por supuesto del sector de la automoción por ser una de las pioneras en un segmento tan especial como es el supermotard.
Calcula cuánto cuesta asegurar un Barigo Supermotard 600 con nuestro comparador de seguros.
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS