La Egli-Vincent 1330 nació en la década de los 60 para subsanar un problema que siempre arrastraron las Vincent Black Shadow: el chasis. Las Vincent eran motos muy innovadoras y excepcionalmente rápidas, pero ele chasis, aunque superior al de muchas rivales, no era capaz de soportar con garantías los envites del propulsor. Por lo general, solía sufrir en altas velocidades y por las elevadas cargas de suspensión que era capaz de generar el dos cilindros que las daba vida.
Por ello, un tipo llamado Fritz Egli, quiso “arreglar” la situación con un nuevo desarrollo. Fritz no era un cualquiera, era un ex piloto de origen suizo que conocía las Black Shadow bastante bien y se dio cuenta de una cosa: el chasis tenía muchas flexiones. Las Vincent Black Shadow tenían un chasis muy particular; un depósito de aceite, fabricado con acero soldado, se fijaba a las culatas –el motor era de tipo portante– y no lograba la rigidez suficiente, lo que a su vez, perjudicaba el rendimiento del motor y el comportamiento de la moto.
Con el objetivo de eliminar esos problemas, comenzó a trabajar en un nuevo chasis para su Vincent y el primer paso fue tomar un tubo de acero recto de 100 milímetros al que añadió la pipa de dirección en un extremo y los soportes para el subchasis de la suspensión trasera en el otro. También añadió las fijaciones de las culatas en la parte baja del tubo. Básicamente, era un chasis tipo espina central con el motor portante y una estructura de tubos en la parte trasera para dar soporte al asiento y a la suspensión trasera.

El motor también tiene trabajo, pues pasó de 998 centímetros cúbicos a desplazar 1.330 centímetros cúbicos, además de recibir tapas laterales de magnesio. El aumento de desplazamiento permitió que la potencia pasara a ser de 111 CV, lo que suponía una notable mejora.
Todo ello se vistió con una serie de elementos fabricados totalmente a mano, como el depósito, el colín, los guardabarros… Todo ello fabricado de forma artesanal con aluminio, que contrastaba mucho con todas las piezas adicionales de magnesio, como los frenos Fontana con tambores de 250 milímetros delante –con cuatro zapatas–.
Según el señor Fritz, el peso en vacío de su Egli-Vincent 1330 es de 172 CV y podría ser capaz de plantar cara a muchas motocicletas modernas. Como curiosidad, se mantienen algunas características típicas de las motos británicas de la época, como el cambio en el lado derecho.
Fritz compitió con esta moto en el Campeonato de Montaña de 1968, el cual ganó y sirvió de publicidad para que la existencia de este chasis se expandiera por el mundo. En poco tiempo, Fritz estaba fabricando nuevos chasis y desde entonces, la estructura ha evolucionado y se ha adaptado poco a poco a todo tipo de necesidades.
Actualmente, Patrick Godet, ingeniero y piloto, es el único que tiene permiso de Fritz Egli para seguir con la producción de chasis.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS