Debemos reconocer que tener una motocicleta nueva a la venta, con un precio por debajo de los 2.000 euros, para cualquier marca que tenga que cumplir con la legislación Europea ha de ser una tarea cuanto menos difícil. Obviamente, hay algunas opciones en el mercado, pero la mayor parte de ellas no son ni de lejos tan vistosas como nuestra Moto del día de hoy, la Hanway Raw 125 SR Sport, que la encontramos actualmente con un precio de tarifa de 1.795 euros.
Para mí, este precio sin duda es la característica que más resalta sobre todas las virtudes que tiene la moto y que debemos tener presente antes de que la empecemos a desgranarla parte por parte. Este modelo se presentó en 2017 y todavía se encuentra a la venta, aunque han salido más versiones como Hanway Raw 125 Café Racer y Raw 125 Café.
Pero obviamente, cuando compramos una moto no solo debemos valorar la opción del precio, y aquí la segunda virtud que más resalta sobre las otras es su diseño. Nos encontramos ante una moto que entra por el ojo, que si me pidiesen describir con una sola palabra diría que es simplemente bonita, sobre todo -y para mí-, en su combinación de color negro con chasis pintado en rojo. También se puede elegir con un intenso naranja.
El aspecto retro y de estética café racer le sientan como un guante y está cargada de buenos detalles, como la utilización de un faro halógeno, piloto trasero de ledes, estriberas con recubrimiento de goma, escape cromado y elevado en su tramo final, e incluso trae como equipamiento de serie una tapa de colín para convertir el asiento de símil piel en monoplaza, y lucir así, aún más vistosa -y ahora, recordad el precio-.
Quizá donde menos brille sea en el apartado técnico, ya que para este modelo de 125 cc se utiliza también una configuración vintage para el propulsor, mucho menos elaborada que la que pudimos ver por ejemplo la semana pasada en la F.B Mondial HPS 125. Aquí encontramos un monocilíndrico de 124,6 cc refrigerado por aire, con un único árbol de levas (SOHC) y dos válvulas, que eso sí, se encuentra alimentado por un sistema de inyección Mikuni.
Un propulsor sencillo, que rinde una potencia de 10,6 CV a 8.000 RPM. Un motor que se siente a gusto escalando en el tacómetro, y que gracias a su cambio de cinco relaciones bien escalonado -aunque de accionamiento tosco- y a su bajo peso de tan sólo 118 kg en seco, hacen que la motocicleta se mueva con dignidad, sobre todo en ámbito urbano. Pudimos comprobarlo en la toma de contacto con la Hanway Raw 125 Café Racer.
El chasis es, como no podía ser de otra manera, una de las configuraciones más simples que podemos encontrar, pero no por ello insuficiente para las pretensiones, peso y potencia del modelo. Es un chasis de simple cuna interrumpida en la zona inferior, en la que se ancla el motor de manera directa y que se encuentra realizado a partir de tubo de acero. Un componente que se comparte sin variación alguna con la versión ciclomotor de 49 cc (Raw 50), y la versión de superior cilindrada que equipa un monocilíndrico de 250 cc (en España no se comercializa).
El equipo de suspensión consta de una horquilla invertida con barras de 35 mm de diámetro que no tiene posibilidad de regulación y cuenta con un tarado firme. Los dos amortiguador traseros con muelle pintado en negro van anclados de manera directa entre basculante y subchasis, y a parte de no poseer regulación tienen un funcionamiento especialmente seco, algo que se amplifica ya que no disponen de mucho recorrido, por lo que los resaltos y otros obstáculos de las yincanas urbanas se dejarán notar en nuestras lumbares.
Los frenos son suficientes en su conjunto en ambos trenes para la potencia y peso de la moto, contando con doble freno de disco. El disco delantero es de 300 mm y está accionado por una pinza de tres pistones, el trasero que es de 220 mm por una pinza de un solo pistón. Aunque el modelo no dispone de ABS, sí que cuenta con un sistema de frenada combinada (CBS) mediante el cual al presionar el pedal de freno trasero se acciona a su vez uno de los tres pistones de la pinza delantera. Los manillares de la SR Sport están retrasados.
Otro de los factores que contribuyen a ese aspecto retro son unas bonitas llantas de radios fabricadas en aluminio con los aros pintados en negro. Estas llantas que en ambos trenes son de 17 pulgadas montan unos neumáticos con generoso ancho, con un 110/70 el delantero y un 130/70 el trasero y poseen un dibujo ligeramente offroad. Para ese propósito es más adecuada la versión scrambler.
En cuanto a dimensiones generales, nos encontramos con una moto pequeña, válida para que pilotos de talla superior a 1,60 puedan defenderse sin mucha dificultad sobre ella gracias a su asiento bajo. Es bastante estrecha, con un ancho de 800 mm, un largo tampoco muy elevado, de 2.050 mm, y buen radio de giro que nos permitirá serpentear entre el tráfico de la ciudad sin demasiada dificultad.
Podemos decir que esta moto fabricada en China, que la marca también lo es, y que se ha convertido en una buena urbanita de aspecto retro y postura deportiva -a mi gusto demasiado para ser una moto cuyo ámbito de uso es la ciudad en mayor medida- con la que empezar a dar los primeros pasos en el mundo de la motocicleta, sin renunciar al estilo y sobre todo realizando un desembolso económico bajo, pero sin llegar a la calidad y comportamiento que te pueden ofrecer otras alternativas.
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Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.Esta o la Brixton? Con cual os quedáis?
Como puedes ver por el precio, Hanway es una marca de primer precio, hay una serie de cosas que sabes que van aparejadas a poseerla: empezar a aprender mecánica o mantenerla con cariño si es de uso frecuente, componentes con una vida útil inferior a la esperada… ni los chinos dan duros a pesetas.
Pero es extensivo a casi cualquier naked de 125 cc que compres por debajo de los 3.000 euros y sea de fabricación asiática, con honrosas excepciones.
Hombre, hay excepciones muy honrosas. Una Honda CB 125 F (2.750 euros) o una Yamaha YS 125 (2.800 euros) son motos muy robustas y con una alta calidad de fabricación. El problema es que se las ve austeras y no lucen tan bonito como algunos modelos chinos que entran por los ojos, pero luego no están tan bien hechos.