El futuro está en lo eléctrico o, al menos, eso es lo que nos dicen. En los últimos años ha habido una verdadera revolución en cuanto a los transportes eléctricos, uno de ellos las motocicletas. Quién se habría imaginado que íbamos a ver una competición de motos eléctricas en el Mundial de MotoGP. Mucho menos que Harley-Davidson iba a dejar su clasicismo a un lado para sumarse al carro de las baterías con su Project LiveWire.
Esto ya ha ocurrido. Empezó en 2014 siendo un simple proyecto para fabricar lo que sería la primera moto eléctrica de la compañía. El Project LiveWire era un prototipo para que los clientes de Harley-Davidsonla probarán y dieran sus impresiones a la compañía para arreglar los posibles fallos y se ajustara al consumidor “Harlista” antes de que saliera al mercado. La marca de Milwaukee afronta un importante relevo generacional en su clientela.
El proyecto ha estado en desarrollo durante más de cinco años, intentando mejorar todo lo que se ofrecía en su momento con unas tecnologías que daban pasos de gigante año tras año. El prototipo tenía un motor eléctrico trifásico de inducción sin escobillas de 55 kW, unos 75 CV de potencia con 70,5 Nm de par máximo hacia la rueda trasera. Aceleraba de 0 a 100 km/h en apenas 4 segundos. La velocidad estaba limitada electrónicamente a unos casi 150 km/h.
Llevaba una batería ion-litio de 7 KWh que podía cargarse por completo en aproximadamente 3 horas y media. Tenía dos modos para la conducción, el Range, menos potencia con más autonomía, y el Power, todo lo contrario, más potencia para reducir la autonomía.
Contaba con una horquilla delantera invertida Showa SFF, mientras que detrás llevaba un amortiguador central con sistema Cantilever con control electrónico. También llevaba frenos de disco con pinza de dos pistones Brembo con ABS de función en curvas, de 300 mm para la rueda delantera, de 260 mm para la trasera.
En cuanto al diseño, Harley-Davidson se olvidaba de lo que había creado hasta la fecha para tirarse a la piscina. A los más puristas le parecerá una aberración. Primero el cambio a lo eléctrico, ahora el cambio de diseño. ¿Qué será lo siguiente, remodelación del logo? Sin embargo, es una estrategia con vistas al futuro.
Para esta Project LiveWire desechó el modelo custom para decantarse por uno más deportivo. Líneas rectas, agresivas, como si fuera una verdadera moto deportiva. Estéticamente podría tener parecido incluso con la Ducati Monster, con las barras por debajo del depósito, aunque no son comparables a nivel motor. La Project LiveWire tiene un chasis de aluminio, luces tanto delanteras como traseras y pilotos en LED, y los espejos por debajo del manillar. Se estima que tuviera un precio alrededor de 33.700 euros. A ese precio salió el modelo definitivo Harley-Davidson LiveWire cuando se abrieron las reservas en dos concesionarios españoles.
El cambio a lo eléctrico, según Keith Wandell, CEO de Harley-Davidson en el momento de la presentación de la Project LiveWire en 2014, se debe a que los jóvenes eran el segmento de menor rendimiento comercial de la compañía -estaban acostumbrados a vender motos de más de 20.000 dólares- y que una apuesta de estas características podría servir para abrir mercado y llamar la atención de la franja de edad entre los 18 y 35 años. También era un paso hacia la vanguardia de las energías eléctricas, aunque Harley-Davidson nunca se había preocupado en seguir las tendencias evolutivas del mercado, manteniéndose siempre en la tradición y en lo clásico americano.
Este Project LiveWire tuvo una gran campaña de promoción durante 2015. Para dar a conocer esta nueva moto eléctrica, qué mejor que una de las películas de una de las sagas más rentables del cine. Fue utilizada durante el rodaje de “Vengadores: Era de Ultrón”, la undécima película del Universo Cinematográfico de Marvel -también llamado UCM en corto-, dirigida por los hermanos Joe y Anthony Russo.
Comienzan spoilers. La superestrella en conducir esta moto no era, ni más ni menos, que Scarlett Johannson en su papel de Natasha Romanoff/Viuda Negra mientras que perseguía un camión con una cuna con la supuesta versión mejorada de Ultrón, la inteligencia artificial creada por Tony Stark, que luego será Visión. En esta escena, en la que los Vengadores están luchando contra Ultrón, se ve a Johannson y a su doble saltar con la Project LiveWire desde un avión, conducir entre el tráfico de Seúl, bajar escaleras y destrozar la moto. Lo normal en una película de Marvel. Pocas motos suelen dejar con vida.
No era la primera vez que se veía una Harley-Davidson en las películas de Marvel. Es cierto que son más frecuentes en películas sobre el Capitán América, ya que es una forma de enlazar la simbología patriótica del personaje con el espíritu americano de la marca centenaria.
El Capitán América condujo unas cuatro motocicletas Harley-Davidson hasta 2015. Empezó derrotando a los nazis en la Segunda Guerra Mundial con una WLA Liberator en “Capitán América: El primer vengador”, a los chitauri alienígenas con una Softail Slim del 2012 en “Los Vengadores”, a Hydra camuflada con una Softail Breakout -destrozadísima- en “Capitán América y el Soldado de Invierno”, y asaltó la base de Hydra en Sokovia al principio de “Vengadores: Era de Ultrón” con una Street 750. Fin de los spoilers.
Harley-Davidson tiene una gran presencia en el UCM, como en mucha de las producciones cinematográficas que se realizan en Estados Unidos. Hace una semana rescatábamos la 1979 FLH 80 Electra Glide que apareció en la serie “Twin Peaks”, pero no es ni la primera ni la última vez que se ha utilizado esta marca para el séptimo arte. Inolvidable también es la 1991 Fat Boy que condujo el Terminator T-800 en la segunda película de la famosa saga de James Cameron.
Aunque la versión inicial del prototipo de la Project LiveWire es algo rudimentario para nuestras tecnologías, el modelo definitivo, la LiveWire 2019, no tiene nada que envidiarle ni al mismísimo Tesla Model 3, y eso que es un coche muy potente. No tendría claro por cuál apostar en una carrera de cuarto de milla.
Laura Salas
Quise ser periodista porque campeona del mundo de motociclismo ya no podía. De pequeña jugaba con los cochecitos de los huevos de chocolate y con cualquier coche que mi padre dejara desprotegido y a la vista. Le rompí la puerta a su miniatura de un Ferrari. Nunca volvió a ser el mismo (el Ferrari). Siempre intento aprender algo nuevo todos los días. Soy curiosa por naturaleza, qué se le va a hacer.COMENTARIOS