La Honda CBF 600 N, apareció en 2004 como la nueva gama de acceso a la media cilindrada de la firma japonesa. No llegó sola, también tuvo una hermana con un pequeño carenado superior cuya denominación cambiaba la “N” por la “S”. Diseño discreto, soluciones sencillas y probadas, así como economía de uso y también de adquisición – alrededor de 7.000 euros–.

El mundo de las dos ruedas siempre ha estado dominado por las deportivas, pero las motos lógicas, las básicas y sencillas, eran uno de los pilares de las ventas, aunque no tanto como hasta ahora. Sin embargo, Honda, Honda, que no es uno de los referentes en el mando de las motos por casualidad, contaba con una gama de acceso más que interesante, pero que, por motivos de emisiones, tuvo que revisar y modificar. Así, la CBF 500, que no superaba la normativa Euro2, dejó su lugar a la Honda CBF 600 N

La Hondo CBF 600 N era una montura básica, diseñada para ser útil, para ser el caballo de batalla diario para todo tipo de usuarios. Un planteamiento que, como cabe esperar, afectaba a sus prestaciones y al equipamiento. Se partió de la segunda generación de la Hornet, se podría decir que la CBF 600 N es una Hornet 600 F más tranquila, pues el chasis, un viga central de acero, y el motor, un cuatro cilindros de 599,3 centímetros cúbicos, eran compartidos. El resto, con solo ver las fotos ya quedaba claro que no eran ni siquiera parecido, pero claro, el planteamiento de ambas motos era totalmente diferente.

La mecánica escogida, ese tetracilíndrico “de 600”, procedía de la Honda CBR 600 F, pero muy cambiado para la ocasión. En lugar de mucha potencia a muchas revoluciones, se buscó una mejor respuesta a bajo y medio régimen, una rebaja de consumos y, en general, un mayor agrado de uso en el día a día. Así, los 76 CV a 10.500 revoluciones declarados, y los 58 Nm a 8.250 revoluciones, se formaban más que suficientes y la alejaban de la Hornet, que se posicionaba como la naked deportiva con sus más de 90 CV.

Una moto que nació con vocación utilitaria, pero con corazón de guerrero

Además, Honda configuró la CBF 600 N como una auténtica moto “para todo”. Montaba de serie caballete central, el asiento, grande y mullido, se podía ajustar en tres posiciones y si hacemos caso a las pruebas de la época, resultaba una moto sencilla de conducir, manejable y muy cómoda, sobre todo gracias a unas suspensiones muy suaves, aunque el amortiguador trasero se quedaba un poco corto en determinadas situaciones, como al circular con pasajero, en superficies en mal estado, buscando el máximo de sus prestaciones… Algo, por otro lado, bastante normal en motos sencillas como la CBF 600.

La opinión general de la prensa, allá por 2004, era que la Honda CBF 600 N era una moto polivalente, suave y nada extrema, una compra lógica que no obligaba, no obstante, a prescindir de una buena dosis de diversión cuando así se requería.

En el año 2008 se renovó con el objetivo de cumplir con las nuevas regulaciones que iban a entrar en activo, como era el caso de la Euro 3. Para ello, al igual que hizo la Hornet, la CBF 600 tomó el motor de la Honda CBR 600 RR, aunque la potencia se mantuvo en el mismo rango. El depósito aumentó su capacidad en un litro y el chasis pasó a ser compartido con la Hornet presentada un año antes –2007–, fabricado con aluminio en lugar de acero. .